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Actualizado: 11 mar 2018 / 08:00 h.
  • Concepción Vera García, en el centro, entre trabajadoras de Casa Verita, en Arahal. / El Correo
    Concepción Vera García, en el centro, entre trabajadoras de Casa Verita, en Arahal. / El Correo Nicol Jiménez

sevilla

¿Cómo y cuándo nació Casa Verita?

—Dejé el instituto para estar en el negocio que tenía mi padre, una tienda de barrio que abrió en 1967, pero yo tenía en la cabeza la idea de hacer algo diferente, así que en 2005 cree Casa Verita. Tenía mucha experiencia tras tantos años detrás del mostrador. Conocía los gustos del público, así que pensé en abrir un negocio más especializado para hacer algo distinto. Mi padre y yo ya cortábamos mucho jamón, pero quería que mi marca tuviera más prestigio y llegar más lejos. Incluso ya había algunos que nos estaban copiando la marca, así que la registré. Mi padre cortaba el jamón a cuchillo y al hombro porque a él no le gustaba la tabla.

Pero no tiene un negocio tradicional de venta de jamón, se especializó en la venta cortado y envasado.

—Mi empresa fue pionera, fue la primera en Andalucía en vender jamón cortado a cuchillo y envasado al vacío. Pagamos un registro sanitario para poder distribuirlo y eso no lo hacía nadie. Alquilé en el centro del pueblo un local y abrí mi empresa con mi marca. Vendemos jamones, paletas de todo tipo y embutidos de calidad, cortado a cuchillo y envasado al vacío. Tenemos muchos clientes madrileños, de Cuenca, de Cataluña y de Cantabria, por ejemplo. Se está corriendo la voz. Los clientes piden que le cortemos un jamón entero y que se lo enviemos en sobres de cien gramos y se lo mandamos con el hueso cortado, con taquitos, en una caja como de bombones, muy bonita, y le echamos de regalo hasta sus picos (sonríe). Incluso cortamos paletas, que la competencia no lo hace, y de todo tipo, jamones tanto en blanco como ibérico, en bellota y en cebo. Así hay para todos los bolsillos.

¿Cómo ha evolucionado su facturación?

—En cuanto a las ventas, el pasado año hemos crecido un 20 por ciento respecto al ejercicio de 2016.

¿Desde cuándo venden por internet?

—Desde 2007 tenemos venta online.

¿A dónde llega su jamón?

—A Francia, Inglaterra, Alemania, Austria, Noruega... vendemos a muchos particulares por toda Europa. Aunque pequeñas cantidades han llegado a todo el mundo a través de particulares que han viajado a países donde la exportación es más complicada.

¿Cuáles son sus principales clientes?

—Cash, panaderías, supermercados, así como bares y restaurantes. Además de clientes particulares de todas las partes del país. En 24 horas está el jamón cortado y envasado al vacío en cualquier sitio de España y en entre tres y cinco días en cualquier país europeo.

¿Cuál es su principal objetivo para 2018?

—Vender más online, en la tienda física y, sobre todo, por la distribución. Ahora mismo pongo más empeño en esto último porque sé que podemos crecer mucho más.

¿De dónde proceden sus productos?

—Del Valle de Los Pedroches, de Jabugo, de Extremadura, de Castilla y León, incluso de Granada. Tenemos los mejores proveedores. Y siempre compramos productos sin acelerar, sin máquinas, con curación artesanal, de secaderos naturales, algo que nos distingue también.

¿Qué opina sobre la nueva normativa del etiquetado?

—Es lo mejor que nos ha podido pasar. Había un fraude enorme. Todos los jamones eran de bellota sin serlo. Y un consumidor final no tenía forma de saber si lo estaban engañando o no. Confío en que se cumpla la normativa y que se persiga el fraude. Ahora hay en ibérico cuatro tipos: el cebo, el cebo campo, bellota y bellota con padre y madre cien por cien raza ibérica. Cuatro pulseras de cuatro colores.

¿Se redujo el fraude?

—La nueva normativa ha beneficiado a los que nunca hemos engañado. Espero que reduzca el fraude. Últimamente han pillado a algunos. Había muchísimo engaño.

¿A cuánto vende el jamón más barato y el más caro?

—Sin cortar, es decir, la pieza, desde seis euros el kilo hasta 39 euros de bellota. Cortado, desde 18 euros el kilo hasta 100 euros el de bellota. Tenemos también todo tipo de embutidos, como caña de lomo buenísima e incluso dos tipos de quesos de oveja con nuestra marca. Tenemos de todo en lo que se refiere a charcutería.

¿Hay muchas mujeres empresarias en este sector?

—No, pero yo no he tenido ninguna traba por ser mujer. No he sentido discriminación. Siempre me trataron bien. Hay que animar a las mujeres emprendedoras para que creen sus propias empresas, porque merece la pena aunque cuando tienes hijos pequeños se pasa mal, te lo puedo asegurar. Alguna vez se me quedaron los niños dormidos sin comer y me he sentido tan mala madre que me he puesto a romper platos de la ira y la rabia. Pero quería ser empresaria y todo tiene un precio. Ahora que son mayores lo entienden, pero he llorado mucho. Y tengo que agradecer el apoyo de mi marido porque, de no ser así, habría sido imposible. ~