La amenaza es más grave de lo que se imagina, pero la gravedad no se ha señalado hasta hoy, a pesar de que el propio Seprona de la Guardia Civil ha reconocido que la documentación tuvo lugar el pasado miércoles 28 de abril. El Seprona de Sevilla y una dotación del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Benemérita han documentado el primer hallazgo de especímenes de la especie vegetal invasora Eichhorni crassipes, más conocida como camalote o jacinto de agua, en plena dársena del río Guadalquivir, es decir, a la altura de la ciudad de Sevilla, lo que representa una preocupación de primer orden y una amenaza muy seria sobre los ecosistemas fluviales. Si se deja, el camalote es capaz de cubrir el río por completo. Tan grave es el asunto, que la Guardia Civil ruega a quien aviste esta planta en el río –o en lagunas o incluso en fuentes de centros comerciales- que lo comunique inmediatamente, si puede ser con foto, al siguiente correo: exoticas.invasoras.capdps@juntadeandalucia.es. Asimismo, se ha recordado que la venta o tenencia de estos ejemplares está prohibida por la ley.
Tiempo habrá de investigar por qué se no ha dado antes la voz de alarma, pues el jacinto de agua está incluido en la lista de las cien especies alóctonas más invasoras de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). De hecho, está incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras y no por ningún capricho, aunque es cierto que su inclusión no se produjo hasta 2011, y hasta entonces se podía incluso comercializar y transportar sin restricciones.
Hace apenas seis años, sin embargo, se produjo la invasión del camalote en el río Guadiana y sus consecuencias fueron devastadoras, incluidas las pérdidas millonarias para Extremadura. Aquella población concreta de camalote, de hecho, fue la que más semilla producía de las existentes a nivel mundial, pues cada fruto contenía alrededor de 400 semillas. La planta ha sido muy utilizada como especie ornamental, por lo que ni entonces ni ahora se descarta que fuera depositada en el agua por un particular, si bien tampoco sería descabellado que su vía de entrada fuera la importación de semillas de arroz procedentes de otros lugares del mundo que pudieran traer mezcladas semillas de camalote. No se sabe nada a ciencia cierta todavía. Pero el Seprona está investigando sobre el origen de estos especímenes para dilucidar si un caso fortuito o si puede derivarse alguna acción con repercusiones penales.