El colaborador de El Correo de Andalucía Álvaro Romero, a la sazón columnista y corresponsal del Bajo Guadalquivir desde hace veinte años, recibió anoche de manos del alcalde de su pueblo natal, Los Palacios y Villafranca, el galardón Tomate de Plata 2019 que entrega cada año, y ya van siete ediciones de la gala, la Asociación de Productores del Tomate que integran no solo el Ayuntamiento sino las principales cooperativas agrícolas del municipio: Las Nieves, Frupal y Parque Norte, que quisieron reconocer así “la gran difusión y promoción del tomate de Los Palacios, haciendo que las cualidades de este producto palaciego sean más conocidas en Andalucía”. El Tomate en sí es una pieza exclusiva de plata obra del joyero local Bartolomé Castillo.
En un acto multitudinario celebrado en el teatro municipal Pedro Pérez Fernández, y amenizado por las voces blancas del ensemble de Lux Aeterna, alumnos de la Escuela Municipal de Música y de la Escolanía de Los Palacios, recibieron asimismo las insignias Tomate del Año 2019 varios agricultores destacados en su producción y vinculados a cada una de las cooperativas. Así, por parte de Parque Norte recibió la condecoración Diego Gayango Domínguez; por parte de la asociación agraria Frupal, las hermanas Loli e Inés Jiménez García; y por parte de Las Nieves, Carmen Román Belver. Los cuatro tuvieron palabras de agradecimiento, aunque ellas también reivindicaron ayudas a las mujeres agricultoras de más cuarenta años, “porque todas las ayudas que vienen son para jóvenes, pero las mujeres de cierta edad, que tenemos que conciliar y que dirigimos explotaciones agrarias también estamos aquí”, señaló Carmen Román en su discurso. “Porque además el noventa por ciento de las mujeres de los agricultores también trabajan con ellos, aunque estén detrás”, dijo, “pero a mí me ha tocado estar delante”.
El acto, en el que también se entregó el Tomate de Plata ex aqueo al corresponsal del diario ABC, Fernando Rodríguez Murube, terminó precisamente con la entrega del Tomate de Plata 2019 a Álvaro Romero Bernal, que hilvanó un discurso de agradecimiento que emocionó a todos al recordar los orígenes de campo de su propia familia y su propia casa, la aventura del tomate americano hasta consolidarse en una tierra tan trabajada como la de su pueblo y el reto de que los más de 12 millones de kilos que se producen anualmente siga haciéndose con la máxima calidad del producto, sobre lo que Romero no dudó: “En este reto tampoco habrá quien nos gane”, dijo. “Lo dice alguien hoy puede hablar en plata, y con el corazón y un tomate en la mano”.