El 15 de agosto la Iglesia conmemora el tránsito de la Virgen a los cielos tras su vida terrenal. Este dogma de fe tiene especial significación en Cantillana, donde se celebra con hondo fervor la solemnidad de la Asunción. Cultos y actos que tienen su máxima expresión devocional con la procesión de Nuestra Señora de la Asunción en la noche de su fiesta, por calles profusamente engalanadas y bajo el estallido de cohetes y fuegos artificiales.
Las fiestas asuncionistas comienzan este miércoles con la solemne novena en honor a la Virgen, celebrada ante su efigie gloriosa en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Esta noche iniciática continúa con el Rosario de Vísperas.
El simpecado con la imagen de la Virgen de la Asunción saldrá en procesión, con un cortejo compuesto por hermanas con mantillas blancas y negras, desde la ermita de San Bartolomé hasta la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. La banda de cornetas y tambores de la Vera Cruz de Utrera abrirá la procesión, que cerrará la banda de música de la Soledad de Cantillana.
La solemnidad de la Asunción de la Virgen amanecerá el 15 de agosto con la misa de alba y la diana floreada de la banda cantillanera, que antecederá con sones festivos a la celebración de la Función principal de la corporación.
Con ansia se vivirán las horas hasta que a las 20.00 horas se abran las puertas de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Iniciará la procesión la referida banda de Utrera, que hará entrada por la puerta del Palacio. En el interior interpretará distintas marchas, para continuar su desfile saliendo por la puerta de la calle Iglesia y abriendo el recorrido.
Entre vivas y aplausos el paso realizará su primera levantá a las 20.45 horas. Será a las 21.00 horas, con las últimas luces del día, cuando Nuestra Señora de la Asunción salga en procesión tras un año de espera. Nuevamente, la cantillanera banda de la Soledad será la encargada de poner sones a su discurrir por el pueblo.
Desde un dorado sepulcro barroco, la Virgen asciende a los cielos, donde fija su mirada. Una corte de ángeles la elevan, portando sus atributos reales, entre los nardos de las andas y un profuso exorno floral en el propio sepulcro, que varía cada año.
“Lo que se ve en este pueblo en sus fiestas no se ve en ningún sitio”, asegura el hermano mayor, Manuel Pérez Campos. Sobre todo por “el amor que le tenemos a la Virgen. No es fanatismo, sino amor, porque a través de Ella llegamos a Dios”. Una honda devoción que se transmite por vía materna.
Acompañada por una masa de fieles y devotos, la procesión irá avanzando hasta llegar a uno de sus momentos más esperados. En torno a la media noche la Virgen llegará a la conocida calle Martín Rey. Será recibida con el canto del himno asuncionista y una gran petalada. Justo al salir de esta calle se sitúa otro de los puntos de especial emoción, en el conocido como arco de las Veredas. “La Virgen, al cruzar bajo este arco y por el efecto de las luces, parece que sonríe”.
Tras rodear la plaza del Llano y enfilar la calle Real, Nuestra Señora de la Asunción será recibida con una gran petalada, con los sones de la marcha ‘Pasan los Campanilleros’, en el arco de las tres esquinas, en la confluencia de las calles Antonio Machado y Asunción Camacho ‘la Monja’. Como igualmente se vivirá otro momento de fervor en el arco ubicado en la calle Cantarranas.
Este será el prólogo para la última y esperada parte de la procesión. Se trata de “la chicotá eterna”, que recorre de una vez la Cuesta del Reloj. Una vez culminada, restarán las últimas calles para concluir la procesión, con la entrada prevista en torno a las 5.30 de la mañana.
Esta salida procesional reúne a multitud de visitantes, que no dudan en acercarse a Cantillana para conocer sus fiestas. “Somos una hermandad que, al igual que la Virgen, tenemos nuestros brazos abiertos para acoger a todo el que quiera visitarnos”, asegura el hermano mayor.
Pero para acercarla también a aquellas personas que no puedan desplazarse hasta la localidad, la hermandad retransmitirá en directo, a través de su canal en Youtube y al que se conectarán distintas páginas y portales, desde la salida hasta el arco de las Veredas.
El día 16 se retomará la novena, con la exposición de la reliquia del sepulcro de la Virgen el sábado 17 y la procesión claustral con el Santísimo en la noche del domingo 18. El día 23 concluirán los cultos. Tras el canto de despedida procesionará nuevamente el simpecado en el conocido como Rosario de la última noche de novena. Con igual cortejo y acompañamiento musical que el de Vísperas, discurrirá entre la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción y la ermita de San Bartolomé.
Desde el 16 de septiembre la hermandad volverá a estar de fiesta, conjugando esta vez distintos cultos y actos con un ambiente más festivo. Es la semana de la Subida, que culminará el domingo 22 con la recreación del ascenso de la Virgen desde el sepulcro a los cielos, acto con el que la imagen es elevada hasta su altar. Tanto estos como los que ahora se celebran serán unos festejos vividos con fervor y entrega.
