Desde que el amor lo hizo recalar en Los Palacios y Villafranca, hace una década, el guitarrista Fernando Larios (La Palma del Condado, Huelva, 1982) lleva años ensayando el gran espectáculo que aúne sus grandes pasiones: la guitarra flamenca, cuyas primeras lecciones recibió de su propia madre; la música clásica, que también mamó en su tierna infancia incluso con clases de violín; y la religiosidad popular, en la que respiró desde que nació y que, al aterrizar en Sevilla, lo catapultó al éxito con el evento “Sevilla en los labios”, que aunque llevara el nombre del célebre libro de Joaquín Romero Murube (otro palaciego y sevillano ilustre de cuyo fallecimiento se cumplen ahora 50 años), fue un atípico concierto en el que se conjugó, el año pasado, la participación de bandas señeras como Las Tres Caídas y Las Cigarreras, la Orquesta Sinfónica de Triana e incluso las voces de Joana Jiménez y Manuel Cuevas, todos tutelados por la guitarra con funciones de batuta del propio Larios, que consiguió girar por los palacios de congresos de Sevilla, Granada o Cáceres...
En rigor, Fernando Larios ya había ensayado otras mezcolanzas en sus mil y un eventos: la Exaltación a la Saeta que organizaba la Hermandad del Gran Poder de Los Palacios, la gran gala flamenca de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de este mismo pueblo, el suyo de acogida, pregones varios y otros eventos que siempre le permitieron ir probando con diferentes artistas e instrumentos, especialmente el violín que nunca pudo olvidar de sus primeros años y que luego quiso integrar en una versión de Mi Amargura, la famosa marcha de Víctor Manuel Ferrer, que alcanzó tanta celebridad en las redes sociales que terminó siendo la primera semilla del disco que se lanza este próximo jueves: Esencia Flamenca, del que Larios insiste en sentirse especialmente “orgulloso y esperanzado” porque no solo encierra once temas de Semana Santa que pueden gustar a ese amplio público que va de lo flamenco a lo cofrade, sino que constituye en sí mismo el melódico guion de un ulterior espectáculo que integre cante, baile y otros ingredientes susceptibles de ser pasionales... No en vano, en la portada del disco, que estará a la venta en las próximas 48 horas, aparece un juego especular en que una guitarra flamenca se ve reflejada en el agua con forma de violín...