La Guardia Civil de Sevilla, en el marco de la operación "Huracán Norte", incluida dentro del Plan Especial de Seguridad contra el narcotráfico, ha detenido a 34 personas en las localidades sevillanas de Aznalcóllar, Sanlúcar la Mayor, Pilas, Castilleja de Sevilla, Camas, Dos Hermanas y Sevilla Capital, así como en la localidad onubense de la Palma del Condado, pertenecientes a una organización criminal dedicada al tráfico de cocaína y heroína, con 16 puntos de venta y elaboración de drogas.
Se han intervenido 800 gramos de cocaína pura en roca, 65 gramos de heroína, además de 61 dosis de cocaína y 173 dosis de heroína preparadas para la venta, 450 gramos de hachís, 4 kilos de marihuana, 1 escopeta sustraída y munición diversa, además de 48.000 euros en efectivos y 8 vehículos de alta gama.
La operación se inició el pasado marzo, cuando la Guardia Civil detectó un repunte de los delitos contra el patrimonio en Aznalcóllar. Se sospechaba que dicho aumento estaba relacionado con la delincuencia asociada al mundo de la droga, por lo que se realizan las primeras gestiones de investigación y se consigue localizar a un vecino de Aznalcollar que resulto ser el líder de la organización, y había establecido su centro de operaciones en Sanlúcar la Mayor y repartía tareas y funciones entre un amplio entramado de personas, afincadas en diferentes localidades de Sevilla y Huelva.
El líder se abastecía de droga a través de clanes dedicados a la venta de cocaína afincados de barrios de la periferia de Sevilla, según la Guardia Civil.
A lo largo de más de 8 meses se investigó el entramado creado por el líder, que abastecía hasta a 7 clanes subordinados afincados en Sevilla y Huelva. Estos clanes, una vez cortada y preparada la droga para su venta, proveían a consumidores de sus zonas.
La investigación se ha visto dificultada debido a que los clanes investigados guardaban fuertes medidas de seguridad, como instalación de cámaras de video vigilancia, puertas blindadas en los puntos de venta o personas vinculadas con la organización, conocidos como "aguadores" cuya función era dar el aviso por mensajes instantáneos de la presencia policía.
La Guardia Civil averiguó que, para realizar el transporte de grandes cantidades de estupefacientes, además de valerse de lo que se denominan "vehículos lanzaderas", que circulaban con anterioridad por las vías donde posteriormente accederían los vehículos con las sustancias estupefacientes, dichos vehículos estaban dotados de habitáculos, denominados "caletas", perfectamente ocultos, de difícil acceso y ventilados, por los que incluso se permitía la circulación del sistema de aire acondicionado, para evitar ser detectados por los agentes caninos detectores de drogas y dinero en caso de que se inspeccionasen dichos vehículos.