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Actualizado: 03 dic 2018 / 14:35 h.
  • Dos décadas endulzando la Navidad
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  • Dos décadas endulzando la Navidad

El inicio de la Navidad en Morón de la Frontera es una mezcla de sabores que, en los primeros días de diciembre, va calentando el ambiente para vivir los días festivos en la ciudad. El sabor dulce del chocolate y la nata, mezclado con el bizcocho, da la bienvenida a estas Fiestas en la ciudad del gallo. Aunque será el miércoles cuando se comience con el encendido del alumbrado y un espectáculo de marionetas gigantes con efecto de luces, los moronenses se han empapado del espíritu navideño en la mañana de este lunes.

Como cada año, el día 3 de diciembre, día internacional de la discapacidad, se organiza el tradicional brazo gitano de la asociación Apadis, que ha vuelto a batir su propio record, con cientos de vecinos que han llenado el Pozo Nuevo solidarios con la causa.

De madrugada, cuando aún es noche cerrada, los pasteleros se afanan en montar el dulce manjar que durante días han estado amasando en los obradores de la panadería de Tahona Parrillas. Llevan ya casi veinte años realizándolo y, con la misma ilusión que el primer día, esperan esa mañana donde el centro de Morón se llena de vecinos solidarios que van a degustar el dulce, colaborando con la asociación de discapacitados.

Se comenzó con 30 metros de dulce

Corría el año 1999 cuando la asociación de Discapacitados Psíquicos Apadis, con el objetivo de recaudar fondos, decide realizar un brazo gitano en conmemoración del Día Internacional de las Personas con discapacidad que se festeja el día 3 de diciembre. Han sido veinte ediciones donde la ilusión marca la pauta de un día que es casi festivo en la localidad. Miguel Parrilla, de Tahona Parrilla, cuenta que “entonces una monitora de la asociación fue quien dio la idea y luego Apadis me lo comentó a mí. Hicimos 30 metros que se comieron antes de casi ponerlo en la mesa”.

El primer corte se realizaba rondando las diez de la mañana. Isabela Campos, de la asociación Apadis, no perdía detalle organizando al voluntariado y ultimando la venta de los tickets para degustar el pastel con un vaso de dulce chocolate. Aunque el objetivo en un principio era la construcción de una unidad de día, tras la finalización del edificio, con lo recaudado por la venta del pastel “se costean las necesidades de la asociación, fisioterapia, terapia con caballos que se le dan a los niños ahora, etc”.

Este año se han degustado casi 200 metros

Este gran bizcocho recubierto de deliciosa nata comenzó con solo 30 metros para alcanzar este lunes cerca de 200 metros, casi veinte más que el año pasado. Mesas y más mesas eran necesarias para este dulce que era degustado en la calle o también en los centros escolares. Muchos de los colegios llegaban ilusionados para comer su dulce con chocolate en las mesas que se montan junto al pastel. Sin embargo, otros colegios más lejanos preferían llevarse los dulces para degustarlos en los centros. Además este año, desde la asociación, para festejar el veinte aniversario han realizado sorteos de material escolar entre los centros escolares, así como una Tablet entre los más pequeños que este lunes han desayunado colaborando con la causa.

Nadie en la ciudad se quería perder la mañana de fiesta. Incluso la charanga amenizaba la espera a quienes entre las meses aguardaban su trozo mientras ya otros se calientan las manos con el chocolate.

El encargado de fabricarlo desde los inicios es Tahona Parrilla quien se presta, de manera desinteresada, a realizar todo el pastel que fabrica en el obrador de sus pastelerías y panaderías. Allí se amasan planchas y planchas de bizcochos que luego rellenan con nata o chocolate para posteriormente cubrirlo también de una blanca nata que realizan durante la madrugada pocas horas antes de comenzar la degustación.

Panaderos solidarios con las personas con discapacidad

Miguel Parrilla supervisa todo el proceso aunque desde hace algunos días en el obrador no se para de amasar. Lo hacen poco a poco y es “incalculable las horas que se tarda en hacerlo”. Al finalizar la jornada “los pasteleros desinteresadamente comienzan a hacer el bizcocho” explica Miguel quien este año también ha recibido un entrañable presente de parte de Apadis en agradecimiento a su labor.

Desde la pastelería confiesan que “es muy complicado calcular los ingredientes” aunque son cientos de docenas de huevos, así como otro tanto de harina y azúcar lo que se utilizan para endulzar la mañana a los moronenses con este manjar que está relleno de nata o chocolate y que se ha degustado por un módico precio acompañado por chocolate. También se vendían porciones más grandes para aquellos que decidían llevar el rico dulce a casa.

Desde los inicios, el reto ha sido llegar a la Catedral de Sierra Sur pasando por el Ayuntamiento. Son muchos metros los que aún quedan, sin embargo, Tahona Parrilla y Apadis, esperan seguir con esta acción solidaria que endulza la Navidad.