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Actualizado: 03 sep 2017 / 22:04 h.
  • La labor polifacética de Calvo: tiene un grupo de música, practica el barranquismo y espeleología y, además, es alcalde. / El Correo
    La labor polifacética de Calvo: tiene un grupo de música, practica el barranquismo y espeleología y, además, es alcalde. / El Correo

Cuando se tiene el tiempo en las manos, las posibilidades se multiplican. Las personas que tienen la capacidad de hacer muchas cosas, lejos de tener prisa, están más presentes cuando están realizando cualquiera de ellas. Esa capacidad, ese arte de tener el tiempo en las manos parece ser el secreto del alcalde de Tocina-Los Rosales, Francisco José Calvo, quien ha configurado una red de actividades complementarias que, lejos de restar capacidad para la tarea por la que sus vecinos lo han elegido, le ayudan a tener más energía e ilusión por seguir desempeñando su cometido de servicio público.

Calvo desembarcó en 2011 en un Ayuntamiento que se encontró, asegura, «hecho un caos», después de una larga oposición por el PA durante la etapa de gobierno del PSOE en su municipio. Un «endeudamiento excesivo, proveedores esperando cobrar y facturas por pagar», llenaron su tiempo y el de su equipo, del que presume, que solo podía dedicase «a lo urgente». Dos años después, en 2013, se produjo, dijo, un cambio en la forma de trabajo en el Consistorio «dejando de apagar fuegos y atender lo importante».

«Cuando se puso todo al día se empezó a trabajar a futuro», relata Calvo. A futuro significa que se dedica a planificar el modelo de pueblo y a buscar proyectos para su localidad que, una vez aprobados, reparte por tareas entre sus concejales. Así él queda libre para buscar nuevos proyectos, estar en contacto con la ciudadanía y participar en eventos protocolarios. «La clave está en delegar», apunta.

Con este modelo de gestión del trabajo y del tiempo, y como respuesta «al estrés vivido durante dos años muy malos», llegaron a su vida actividades de alto riesgo que le sirvieron para descargar adrenalina. Primero barranquismo y luego espeleología, kick boxing –un deporte de combate japonés– y alpinismo.

Un gran hematoma en su brazo izquierdo delata la peligrosidad de las actividades que hace en su tiempo libre. Se lo hizo con un «golpe tonto» en su última aventura, realizada en el Valle del Jerte. Actualmente está más centrado en las expediciones de espeleología que realiza junto con los miembros del club local Nevadensis, al que llegó de la mano de un amigo de la infancia. Estas salidas las graba en vídeo y las comparte a través de sus redes sociales. En las imágenes se pueden ver las claustrofóbicas y oscuras profundidades de las cimas en las que se adentran estos deportistas. «Se pasa mucho miedo», describe, «pero no hay nada más reconfortante que enfrentarse a un miedo, ir a bocajarro a por él y disfrutar del placer de superarlo». «Esa sensación es la que engancha», apostilla. Cuenta en su haber con unas 40 cuevas, que han dado para algún que otro accidente.

Actualmente dedica ocho horas por la mañana y dos por la tarde cada día a sus tareas consistoriales. Los actos protocolarios, como inauguraciones o representaciones, y de cortesía, como las bodas civiles, que se desarrollan los fines de semana y son repartidos entre el equipo de gobierno. Así, el Ayuntamiento está disponible las «24 horas al día, 365 días a año, como un médico de guardia», apunta. «Y si se ausenta el alcalde, el Ayuntamiento sigue funcionando igual». «Conozco regidores que han renunciado a su vida familiar y al final les acaba pasando factura», manifiesta Calvo, para quien «poder dedicar tiempo a su vida privada hace que pueda trabajar mejor» por su localidad. «Vivir al día es incompatible con la innovación», señala Calvo.

Además de las actividades deportivas, este polifacético político tiene un grupo de música y escribe relatos sobre reflexiones personales que «pueden servir de autoayuda» al lector y que cuelga en su blog del que presume tener «unas 30.000 visitas». Entre sus deseos futuros está «escribir un libro». El pasado mes de febrero, el Consistorio organizó un concurso de relato con motivo del 28-F, en el que participaron personas de toda España y América Latina. Él no participó. «No vaya a ser que salga elegido y para qué queremos más», bromea.

«No respondo al estereotipo de alcalde, no cumplo con los cánones», admite Calvo, «pero curiosamente gusta». Asegura que ha dejado de hacer algunas cosas que hacía antes, como «ver televisión y ver fútbol», para poder hacer otras cosas. «No tengo mucho tiempo pero lo gestiono muy bien», sentencia.

Su propio futuro lo ve «trabajando por Tocina y Los Rosales si lo vecinos así lo desean». Así, concurrirá a las próximas elecciones a través de «un nuevo partido que se está poniendo en marcha, de corte andalucista, y en el que puedan participar todas las personas que quieran sumarse a este proyecto». La denominación de andalucista responde para Calvo a «sentir Andalucía de una forma especial y con indignación porque no hay nadie que vele por los intereses de los andaluces». «Mientras eso no ocurra», señala, «estaremos siempre en la cola» y añade que «si hubiera una representación a nivel nacional de Andalucía, como la que tienen otros territorios, quizás podríamos estar en la mitad de la tabla».