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Actualizado: 20 ene 2016 / 20:54 h.
  • El embriagador aroma de un arroz de las Marismas sevillanas
    Loli Rincón, de Manolo Mayo, a punto de comenzar el showcooking. / El Correo
  • El embriagador aroma de un arroz de las Marismas sevillanas
    Villalobos saluda a los personajes que amenizaron el stand. / El Correo

A juicio del público que, durante toda la jornada de ayer, se congregó en el stand de Sevilla de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) de Madrid, pocas probabilidades tuvieron el presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, y el alcalde de la capital hispalense, Juan Espadas, de degustar el socarrat de arroz de carabinero que sirvió el catering Manolo Mayo, de Los Palacios y Villafranca.

Y es que, ayer quedó muy claro que la cocina es una de las principales bazas con las que Sevilla acude a esta muestra internacional. Los productos gastronómicos más emblemáticos de la provincia estuvieron ayer, y estarán hasta el sábado, muy presentes en el espacio dedicado a Sevilla. De hecho, desde que el embriagador aroma que desprendía la improvisada cocina instalada en el sitio sevillano despertó el estómago de los allí asistentes, curiosos, empresarios y hasta políticos se empezaron a agolpar en torno a la puerta desde la que saldrían las delicias culinarias. Pero no todo fue gastronomía en el stand de Sevilla durante la jornada inaugural de Fitur. Un stand que la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, visitó después de hacer lo propio con las otras siete provincias andaluzas. Puntual llegó la socialista a su cita con el pabellón número cinco de Ifema –donde se encuentran los stands andaluces–.

Pronto cruzó las primeras palabras con el regidor de Sevilla y con el presidente de la Diputación. Después, la visita de la Reina, que llegó al pabellón verde y blanco acompañada por un nutrido grupo de ministros del actual Gobierno en funciones. Sin embargo, poco tardó Susana Díaz en robarles protagonismo y colocarse junto a Letizia, que dedicó algunas palabras a Sevilla mientras se dirigía a la presidenta.

Las principales figuras políticas de la provincia y de la ciudad no tardaron en verse sumidas en el caos propio que caracteriza a la jornada inaugural de la feria internacional. Entre presentación y presentación, todos coincidieron en huir de la condescendencia. «Debemos y tenemos que superar las cifras de turistas del año pasado porque el turístico es un sector clave para la reactivación económica de la provincia y de la capital».

Además de la gastronomía, el río Guadalquivir, el deporte y el Palacio de las Dueñas se convirtieron en los protagonistas de la primera jornada de Fitur en el expositor sevillano. Un expositor que, según se pudo escuchar entre parte del público, parecía algo «soso». Y es que, Andalucía ha querido alejarse este año de los montajes grandilocuentes del que sí gozan algunos otros stands nacionales e internacionales. Eso sí, algunos divertidos personajes se empeñaron en hacer reír a los asistentes promocionando algunos de los atractivos de la provincia. Los piratas Angustias y Malasangre, por ejemplo, lo hicieron con Isla Mágica. Una cocinera con un tenedor gigante, un ciclista con casco muy particular, una flamenca y un peculiar trovador también llegaron a Fitur para representar los principales alicientes de la provincia: gastronomía, parajes naturales para practicar deportes, las fiestas y tradiciones y la cultura. «En Sevilla hay mucho por descubrir. Nuestra misión es hacer llegar ese mensaje a todos los que, durante estos días, se darán cita aquí», alcanzó a comentar uno de los actores.

Fitur es turismo, promoción y negocio. Pero Fitur también es ocio. Al menos, eso se dejaba entrever en las conversaciones de todos los personajes anónimos que ayer se acercaron al stand de Sevilla, presidido por una panorámica del casco histórico de la ciudad y del castillo de Carmona. Fitur es, para Sevilla, una oportunidad única para exponerse al mundo.

Un mundo que, ayer, se fijó en ella o, al menos, en el arroz de carabinero de Manolo Mayo.