Profesionales del Hospital Universitario de Valme de Sevilla se han alzado por segundo año consecutivo con el premio al Mejor Caso Clínico de Retina en el Congreso de la Sociedad Andaluza de Oftalmología, celebrado recientemente en Málaga.
Según informa la Junta de Andalucía en un comunicado, este foro, considerado como uno de los más importantes de España en patología retiniana, ha reconocido mediante este galardón la excelencia de este hospital sevillano abordando de forma eficaz una enfermedad rara y compleja donde se ha logrado la estabilidad clínica de la paciente.
El caso clínico premiado corresponde a una paciente joven que había desarrollado síntomas diversos debido a la afectación sistémica y de diferentes órganos. Había sido diagnosticada de forma aislada de hipoacusia (disminución de la audición) y encefalopatía y, además, presentaba pérdida brusca de parte del campo visual, detectándose oclusión de rama arterial en la retina.
En el servicio de Oftalmología, que dirige Ana García Bernal, es derivada a la Unidad de Uveítis. Se trata de un dispositivo asistencial en el cual el Hospital Universitario de Valme es referente, habiendo sido el primer centro en crearlo en Andalucía hace más de 20 años. Está integrado por la oftalmóloga Rosario Andersen y el reumatólogo Sergio Rodríguez.
Desde ambas especialidades médicas se desarrolla una valoración oftalmológica y sistémica de las enfermedades que afectan al globo ocular bajo un abordaje integral y coordinado. Estos profesionales consiguen encauzar la tríada sintomatológica presentada por la paciente, hacia un diagnóstico: 'Síndrome de Susac'.
Constituye una enfermedad rara con menos de 400 casos descritos a nivel mundial, lo cual en sí mismo supone una complejidad superior. Afecta principalmente a mujeres de 15 a 40 años de edad y, aunque su origen todavía es desconocido, se considera de carácter autoinmune.
Puede presentarse con esta triple afectación cerebral, retiniana y auditiva (como en esta ocasión), o de forma parcial con alguna de estas tres implicaciones. Tras el diagnóstico, se inicia una escalada terapéutica; es decir, se emplean tratamientos farmacológicos sucesivos, cuya potencia y efectividad va aumentando progresivamente hasta conseguir el control clínico.
El mismo incluye, corticoides, inmunosupresores clásicos, agentes biológicos (bloqueantes del TNF-a), e inmunoglobulina intravenosa para combatir el origen autoinmune de esta enfermedad junto con anticoagulación.
Desde el pasado mes de noviembre, la paciente se encuentra estable, habiendo remitido los continuos brotes que comprometían su calidad de vida: aparición de nuevas manchas en el campo visual de ambos ojos, cefalea severa refractaria e invalidante y pérdida auditiva.