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Actualizado: 07 dic 2018 / 22:49 h.
  • El nacimiento del Señor según Alcalá del Río
    El nacimiento se encuentra bajo la torre mudéjar de la parroquia de la Asunción. / F.J.D.
  • El nacimiento del Señor según Alcalá del Río
    Palacio de Herodes. / F.J.D.
  • El nacimiento del Señor según Alcalá del Río
    Las calles de Alcalá del Río tomaron un aspecto muy diferente al actual. / F.J.D.
  • El nacimiento del Señor según Alcalá del Río
    Cerca de 500 actores intervinieron en el belén viviente alcalareño. / F.J.D.
  • El nacimiento del Señor según Alcalá del Río
    Los participantes hacían actividades propias de la época representada. / F.J.D.
  • El nacimiento del Señor según Alcalá del Río
    Unos soldados romanos instaban a la población a inscribirse en el censo por orden del rey Herodes. / F.J.D.

Al resguardo de la torre mudéjar de la parroquia alcalareña ha nacido el Hijo de Dios. Una estrella prendida en ella ha alumbrado su venida al mundo, al tiempo que un ángel lo alza para la pública veneración y los cielos cantan Aleluya. Ha nacido el Niño Jesús en Alcalá del Río y se anticipa así la Navidad, en la representación que hasta la tarde del domingo está convirtiendo el casco histórico de la localidad en la ciudad de Belén.

El nacimiento del Señor según Alcalá del Río
Momento en el que el ángel Gabriel le anuncia a María que concebirá al Hijo de Dios. / F.J.D.

Porque Belén se erige a apenas 15 minutos de Sevilla. Con casas - ricas y modestas - que ocultan el urbanismo contemporáneo. Tiendas y tenderetes, puestos y hogares de artesanos van jalonando un recorrido donde nada recuerda a Alcalá del Río y todo rememora a Belén. Los atuendos de túnicas y mantos trasladan en el tiempo. Al abrigo de candelas y con la luz de las velas los hebreos alcalareños se meten en su papel. Cabras, ovejas, conejos y patos conviven con las personas. Molinos harineros, posadas, jaimas del desierto; carpinteros, carboneros y alfareros se afanan en sus talleres ajenos al constante trasiego de público. Un paseo por la historia gracias al trabajo de meses y la experiencia de años de los soleanos.

Una narración itinerante a lo largo de 1 kilómetro

El nacimiento es el final en este paseo, pero para llegar hasta él es necesario recorrer un kilómetro de narración itinerante, por unas calles de reminiscencias árabes. Alcalá del Río se hace Belén, y durante este fin de semana está saliendo a escena Sucedió en Belén. Una actividad de la Hermandad de la Soledad que cumple doce años, y que hace de ella «una catequesis pública» para este tiempo de Adviento.

El nacimiento del Señor según Alcalá del Río
Mercado del belén viviente. / F.J.D.

Pero no todo es atrezo y decoración. El Belén viviente de Alcalá del Río es una ciudad viva, que narra la historia del nacimiento del Señor desde que Gabriel se anunció a la Virgen hasta la adoración de los Reyes Magos. Entre ambos pasajes, ocho escenas principales y multitud de decorados. Y un cuidado relato, basado en las Sagradas Escrituras, en el que los actores ponen su punto de emoción.

En torno a 500 hermanos participan en esta narración itinerante

Un palmeral lleva hasta la entrada. Un lugar continuo de trasiego, entre los que llegan y los que entran a visitar la representación. Allí, entre dulces típicos, chocolates y licores se hace más amena la espera. Un narrador sumerge en este viaje. «Y de ti Belén ha de salir aquel que ha de regir mi pueblo, Israel», declama, en el instante en el que el bullicio del mercado proclama todo el género del que se ha provisto para estos días. Telas, cerámicas, frutas, pan... Es la bienvenida a un pueblo que, sobre los restos del antiguo Alcázar, tiene como ilustre vecina a la Virgen María, y como actores casi 500 a hermanos de la cofradía del Viernes Santo.

El nacimiento del Señor según Alcalá del Río
Los pastores reciben del ángel la anunciación del nacimiento del Señor. / F.J.D.

«He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra», consiente María al ángel, con una magistral actuación de una soleana que –según comenta entre grupo y grupo de visitantes– cumple con ilusión su sueño de interpretar a la Señora. Y llena de emoción, María visita a su prima Isabel, también encinta, para contarle la buena nueva. «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador», entonan ambas.

En camino desde Nazaret a Belén, atraviesan José y María las angostas calles para empadronarse. «Es orden de Cirino, gobernador de Siria», concluyen los Armaos al leer el decreto que obliga a acudir a las oficinas del censo. «No te apures José, Dios nos ayudará», se resigna María –otra actriz en esta ocasión, unos metros más abajo– cuando tras empadronarse los Sagrados Esposos no encuentran posada, cogiendo un pellizco en el corazón de todos los que siguen con emoción la escena.

El nacimiento del Señor según Alcalá del Río
Todos los habitantes de Nazaret estaban obligados a inscribirse en el censo por orden del rey Herodes. / F.J.D.

Días de Hermandad en la calle en una ciudad que se levanta en un día

Entre las escenas principales van repartiéndose figurantes y escenas secundarias, dando realismo a la narración. Estos días se viven en hermandad y en las calles. Familias, grupos de amigos, vecinos, llevan meses trabajando para transformar cada metro cuadrado en calles de la antigua Belén. Una ciudad que se alzó –con un ingente trabajo– en la jornada del jueves, y que desde el viernes está recibiendo a cientos de visitantes, de la localidad y de fuera, deseosos de ser testigos del nacimiento del Señor.

Un flanco de la parroquia desaparece entre la maleza y la vegetación, recreando ese paraje donde los pastores pernoctaban con sus rebaños. Allí el ángel les avisa del gran acontecimiento: «Encontraréis a un Niño envuelto en pañales y reclinado en un pesebre». Y a Belén que van cantando para adorarlo. Por el camino se cruzan con los Reyes, que hacen parada ante un Herodes, que les dice que si lo encuentran se lo comuniquen «para ir yo también a adorarlo», entre risas de su corte.

El nacimiento del Señor según Alcalá del Río
Adoración de los Reyes Magos. / F.J.D.

Pero al Señor no le hace falta Herodes. Porque los pastores, los hebreos y los Reyes Magos se postran ante Jesús recién nacido. Y los cientos de personas que ya han visitado Sucedió en Belén desde su inicio. Y así finaliza otro pase, otro año de narración en los que la magia, la ilusión y el esfuerzo se ven sobradamente justificados y recompensados. Si quieren conocer cómo se vivía en Belén hace 2.000 años y dónde nació el Señor, tienen hasta la tarde del domingo para visitar Alcalá del Río y conocer de primera mano lo que sucedió en Belén.