Mientras ayer arrancaban las Carreras de Caballos en Sanlúcar de Barrameda, tras el parón por el Covid del verano pasado, en su Ayuntamiento se despachaban con una noticia que no entrañaba más novedad que el hecho de que alguien señale el hecho consumado, porque el edificio en sí, el propio palacio que sirve de sede al Consistorio, lleva en mal estado varias décadas. La novedad es que lo señale así, “al borde de la ruina total”, una asociación de tanta enjundia como Hispania Nostra, que acaba de incluirlo en su temida Lista Roja del Patrimonio, que incluye hoy casi 900 monumentos españoles que corren serio riesgo de desaparecer si no se hace algo inmediatamente. “Desde las rehabilitaciones efectuadas en la década de los 90, el inmueble no ha recibido mantenimiento alguno”, señala la asociación en su web, www.listarojapatrimonio.org, y añade: “En la parte más noble del edificio, los ricos techos se encuentran con problemas de desprendimiento”.
Se trata, sin duda, de uno de los mejores edificios civiles de la ciudad gaditana, “construido con mimo y con especial interés por miembros de la familia real española en el siglo XIX”, recuerda Hispania Nostra, que señala asimismo que fue “edificado por los mejores arquitectos del momento, con obras procedentes de distintos palacios reales de Madrid y con un jardín de ensueño”, el de la entrada, que es hoy la entrada al Ayuntamiento, que evidentemente usa la parte en condiciones. Es, además, el primer edificio de estilo neomudéjar construido en España y el mejor reflejo de una época y el gusto de su mecenas, Antonio de Orleans, duque de Montpensier.
No ha servido ni siquiera el hecho de estar catalogado como Bien de Interés Cultural, inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico de Andalucía, ni que la asociación local Aula Gerión lleve una década denunciando la situación. En 2015, esta asociación llevó el caso a la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, pero de nada sirvió tampoco. En el escrito de hace seis años, Aula Gerión señalaba que el palacio “no solo muestra un estado lamentable al exterior, por los puntales que sustentan la valla perimetral por la calle Caballeros o las redes que protegen la caída de los cascotes por la cuesta de Belén, que llevan ahí años, sin que el Consistorio parezca inmutarse”, decían, “sino que también ofrece otra cara que no se ve ni se enseña al visitante, la cual se encuentra en ruina total”.
Aula Gerión ya señalaba entonces “la zona trasera que vierte a los jardines posteriores”, en una época en la que el actual vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín, sanluqueño, era teniente de alcalde gracias al pacto de su partido, Ciudadanos Independientes de Sanlúcar, con el PSOE. “El abandono continuado durante años de esta parte de la edificación ha provocado su progresiva devastación”, señalaba la asociación entonces, preocupada porque hubieran llegado “ayudas económicas a Sanlúcar que se podían haber invertido en su rehabilitación”.
Lo cierto es que antes, en el verano de 2007, el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se comprometió a rehabilitar el palacio. Justo al año siguiente, la entonces ministra de Vivienda, Beatriz Corredor, firmó un convenio de colaboración con el Ayuntamiento para rehabilitar todo lo dañado e incluso ampliar las dependencias municipales. En 2009, los Presupuestos Generales del Estado llegaron a contemplar 3,2 millones de euros para todo ello, la primera de cuyas partidas, de 910.107 euros, llegó a ser anunciada a bombo y platillo por la entonces alcaldesa sanluqueña, la socialista Irene García, luego aupada a presidenta de la Diputación de Cádiz. Esa fue la última noticia al respecto.