Corrían las once de la mañana en el CEIP Duques de Alba de Gelves cuando una decena larga de niños de tres años accedía de la mano de sus padres al patio de entrada para vivir su primer día de cole. Una cifra pequeña gracias a la iniciativa de este centro, que da la bienvenida a sus nuevos estudiantes –sólo hay una clase de Primero de Infantil, con 25 niños– en dos turnos: los primeros habían entrado de 10 a 10.40 horas.
Los del segundo lote entran en silencio –los progenitores se encargan de saludar a la profesora– y sin aspavientos... hasta que al formar la fila se oye el primer llanto. Es Daniel, al que acompañan sus padres Nieves y Juan Carlos. «Estaba muy contento pero ha roto a llorar en la fila, no sé por qué», relata ella antes de añadir que «tenía muchas ganas de empezar, hasta se sabe el nombre de la seño». Y, es más, el pequeño ya tiene el rodaje previo de «tres años de guardería».
Esta pareja, que ya tiene en el colegio a la hermana de Daniel, Elena, de siete años, se muestra muy satisfecha de haber elegido este centro para sus hijos: «Lo tienen muy bien montado, la verdad. Para la clase de Daniel tienen tres maestras, la tutora, otra de apoyo para los niños con necesidades especiales, y una tercera para estar pendiente de los pipís y esas cosas», explica la madre. «Es un lujo realmente», tercia el padre. Y es que el Duques de Alba se ha quedado este año con una sola línea de Infantil (el pasado año tenía hasta tres) ya que la mayoría de padres ha optado por el otro centro del pueblo.
Mejor para los críos, que caben a más atención, y para la tutora, Isabel Aguado, que confirma que la entrada ha ido según lo previsto: «Hemos dividido los niños en dos grupos y a cada uno lo vamos a tener 40 minutos, así se les hace más llevadero este primer día», cuenta esta profesora con 17 años de experiencia: «Han entrado estupendamente. Ya les había dado unas recomendaciones a los padres se nota. Quitando a alguno que llora...».