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Actualizado: 12 jun 2019 / 10:16 h.
  • La adolescencia de Utrera cambia tuits por aforismos
    Uno de los tres grupos de Bachillerato que han participado en el proyecto. / El Correo
  • La adolescencia de Utrera cambia tuits por aforismos
  • La adolescencia de Utrera cambia tuits por aforismos

El medio centenar de alumnos del primer curso de Bachillerato del IES Ponce de León, de Utrera, en todas sus modalidades (humanidades, ciencias sociales y científico-tecnológico), no solo ha descubierto esa relación asombrosa que une a todas las generaciones a través del vector que enlaza los tuits de su época con los aforismos de los clásicos literarios, sus conversaciones sincréticas del Whatsapp con los refranes de sus abuelos, sino que, durante este curso, y gracias al impulso de su nuevo profesor, Javier Vidal Vega –a la sazón también periodista, escritor y estudioso de la cultura grecolatina- han conseguido que la editorial sevillana Alfar les publique en un libro el resultado de un taller de aforismos en el que han trabajado no solo con su profesor de Lengua y Literatura, sino también con sus profesoras de Francés, Paula Domínguez y Nuria Manzanares, pues los chicos no solo se han esforzado por podar pensamientos profundos e incluso líricos hasta generar aforismos, sino que, una vez en castellano, los han traducido al francés, no solo para presumir de bilingüismo, sino para “mejorar su competencia comunicativa y tender puentes lingüísticos y culturales entre dos idiomas”, como explica en una nota la dirección del instituto, orgullosa de presentar la publicación este viernes en la Casa de la Cultura del pueblo de Rodrigo Caro, a las 19.00 horas. La publicación del libro también ha sido posible gracias al apoyo del AMPA Las Torres.

“Como podrá comprobarse en las páginas del libro, cada uno de los aforismos presenta su traducción a la lengua de Molière, un trabajo minucioso para atrapar el sentido de los textos en una lengua extranjera que solo ha sido posible gracias al esfuerzo de nuestros alumnos”, insiste Vidal Vega, que intervendrá en la puesta de largo de la publicación junto a su equipo directivo, los otros docentes volcados en el proyecto y los auténticos autores del libro: los alumnos de 1º Bachillerato del IES Ponce de León, que leerán sus aforismos e incluso pondrán música al acto.

El mundo es solo palabras

Entre el medio centenar de aforismos que incluye Verba volant (que traducido del latín quiere decir “las palabras vuelan...”, el principio de aquel aforismo que rezaba: verba volant, scripta manent: “las palabras vuelan, lo escrito permanece”), hay dichos de toda condición. Como plantea en el prólogo el profesor Vidal, “recorre nuestro pensamiento un río de palabras conversadas o escritas del que seguimos necesitando aprender, que nos alegra y alumbra la vida: sentencias, máximas, apuntes, escolios, greguerías, aforismos... Reciben muchos nombres, pero tienen en común su brevedad y su concisión”.

Dando precisamente ejemplo de intertextualidades históricas y culturales, Vidal asegura que “son las palabras de nuestros antepasados relámpagos verbales, como diría Cornelio Tácito, que se reproducen constantemente en el gran discurso de la humanidad”, y añade: “En ellas hallamos toda la historia, todas las historias: el ingenio, la razón creadora, el humor, el amor y el desamor, la paz y la guerra, la vida y la muerte, el recuerdo y el olvido... Nada se escapa. Todos tenemos nuestras citas y posiblemente nos acompañarán hasta el final de nuestras vidas. Constantemente nos emocionamos al escucharlas o al leerlas. Por ese motivo son el mejor punto de partida de nuestros discursos. Además, gracias a ellas podemos generar nuevos conocimientos, despertar nuestro espíritu y lanzarlo en pos de una idea”.

En este sentido, el libro se abre oportunamente con un aforismo que demuestra el poder del género: “Con una frase se hiere y hasta se mata”, que por supuesto tiene su traducción al francés: “Avec une seule phrase, on peut blesser quelqu’un et même le tuer”, de Antonio Nicolás Cantón Olivares. Hay aforismos más rebeldes: “Se quejan de la sociedad cuando son ellos quienes la construyen”, que en francés suena hasta revolucionario: “Ils se plaignent de la société alors que ce sont eux qui la créent”, en palabras de Carmen Jaramillo Rodríguez. Otros aforismos son más optimistas: “Echar de menos es la energía para encontrar mucho más”, de Paula Lozano Zamudio. Y los hay hasta profundamente líricos: “Alumbrando con tus versos oscuridades ajenas”, de Eva María Mancera Campanario. Algunos encierran una resignación universal, como este de Paula Moreno Álvarez: “El mundo no para, eres tú el que no sigue”. Algunos otros rezuman cierto resentimiento: “No reconocer tu hogar no es cuestión de memoria, es cuestión de vacío”, que escribe Alicia de la Rosa Cordero. Los hay que son consejos muy esperanzadores: “El tiempo perdido en tu enemigo inviértelo en tus amigos”, de Francisco Javier Mendoza Garrido, que en francés suena así, tan proustiano: “Consacre le temps perdu avec tes ennemis à tes amis”.

Hay, en fin, algunos maravillosos, porque uno no se cansa de leer este libro surgido de lo más jondo de estos adolescentes utreranos que han cambiado el compás del tuit por el compás por soleá a ritmo de adagio: “Grita para que todos vean lo que llevas dentro, no dejes que te corten la inspiración”, escribe Alejandro Salas Quesada. Y su compañera Andrea Cañada Yerpes: “El corazón nunca olvida dónde dejó sus mejores latidos”. Y Raúl Domínguez Torres: “Fui a buscarla hasta que la encontré, y cuando la encontré me quería perder yo”. En fin, podríamos seguir, pero esto es solo una reseña, y hasta los aforismos nos aconsejan sosiego: “Si vives muy rápido, al final te chocas”, escribe Pablo Pérez Moreno.