No es la primera vez que en Sevilla se encuentra removiendo tierra un trozo de historia. Las 19 ánforas romanas que contienen aproximadamente 600 kilos de monedas de bronce (algunas bañadas en plata) de finales del siglo III y del siglo IV después de Cristo encontradas este miércoles en Tomares durante unas obras paralelas al camino interno del parque de Zaudín «son un gran descubrimiento en la historia de España y del mundo». Lo ha explicado así, ante multitud de medios, la directora del Museo Arqueológico de Sevilla, Ana Navarro.
La expectación de la prensa concentrada en la puerta del Museo ya revelaba la importancia del descubrimiento. Entre los periodistas se cuchicheaban muchas cosas, pero uno de ellos se extrañaba cuando le comentaban que las ánforas estaban un metro por debajo de la tierra. «¿De verdad? Vamos que han estado ahí todo este tiempo y ahora el destino ha querido lucirlas». Un hallazgo que se ha producido de forma casual durante el desarrollo de unas obras con las que ni mucho menos esperaban encontrar tal descubrimiento. Se trata de «un conjunto único y con poquísimos paralelos en la historia del Bajo Imperio Romano», ha analizado Navarro con las monedas a su alrededor.
Un total de 19 ánforas, nueve de ellas conservadas intactas. El resto se rompió durante el desarrollo de la obra. Bendita obra, pues gracias a ella Sevilla podrá presumir de un descubrimiento único en el mundo. «Aporta a nuestro patrimonio histórico y arqueológico de la Junta de Andalucía una contribución enorme y de la que sacaremos mucho más partido una vez que empecemos a documentarla y a investigarla», ha remarcado la directora del centro en varias ocasiones.
«Se trata de unas monedas conocidas, pero lo que es increíble es el hallazgo de 19 ánforas en las que la gran mayoría de monedas no han circulado», ha vuelto a afirmar Navarro mientras lanzaba una anécdota: «Una sola persona no ha sido capaz de mover una ánfora por la cantidad de monedas que hay dentro». Con ganas de comenzar a trabajar en dicho descubrimiento, dada las hipótesis que se han abierto y las que se pueden resolver, la directora del museo no quiso precipitarse y hacer conjeturas sobre por qué había tantas ánforas almacenadas en ese lugar. «Pensamos que puede estar relacionado con pagos al ejército o con algún tipo de entidad pública del estado, pero ahora mismo no podemos aventurar nada más». Estos metales cuentan con inscripciones dispares, ha analizado la experta, pues algunas presentan al emperador Constantino y otras a Maximiliano, pero, probablemente, «puedan reflejar otra franja cronológica más amplia». Eso sí, todavía pueden aparecer otros emperadores dado el número de monedas halladas y las pocas que se han analizado: «Ni una décima parte».
En cuanto al terreno donde se ha localizado este trozo de historia, se controlará y revisará en búsqueda de otros tesoros. En este sentido, la Delegación Territorial de Cultura ya ha puesto en marcha las medidas correspondientes para un hallazgo de esta envergadura. Navarro ha aseverado que «ahora mismo hay una documentación de determinados yacimientos del entorno que habrá que estudiar y relacionarla, quizás, con una villa importante, pero realmente ahora empieza el trabajo de la hipótesis arqueológica e histórica que hay que contrastar con la documentación y con la investigación».