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Actualizado: 22 mar 2018 / 07:31 h.
  • Foto de familia de los bodegueros sevillanos premiados en la convocatoria Vinos de la Provincia. / El Correo
    Foto de familia de los bodegueros sevillanos premiados en la convocatoria Vinos de la Provincia. / El Correo

Quien diga que en Sevilla no hay buenos vinos es porque desconoce su historia. Durante las obras de la línea 1 del metro, se hallaron bajo el suelo de San Juan de Aznalfarache los restos del lagar más antiguo de España, conocido como el lagar de Osset y que data de la época de los turdetanos. En honor a este descubrimiento, Bodegas Salado lanzaba al mercado, hace ahora ocho años, su vino Turdetano, un blanco y un tinto de crianza, que se han alzado como los mejores vinos de la provincia en la tercera edición de los Vinos de la Provincia de Sevilla, impulsado por Prodetur.

Estas bodegas aljarafeñas han hecho pleno en la última edición. De las cuatro categorías, se han alzado con el máximo galardón en tres y con la mención de oro en la última.

En la categoría de vinos blanco tranquilos, la mayor puntuación de la cata a ciegas se la llevó el Turdetano Blanco Roble (2013), un crianza elaborado a partir de un coupage de cuatro variedades de uva foránea (Garnacha blanca, Chardonnay, Cabernet Sauvignon blanc y Verdejo), «que se vendimian, se exprimen y fermentan a la vez», explica el gerente de Bodegas Salado, Rafael Salado. Durante seis meses fermenta en barrica de roble americano y antes de salir al mercado reposa durante dos años en la botella. De ahí, que este caldo destaque por ser «muy aromático».

Junto al Turdetano blanco, en el año 2010, Salado lanzaba el Turdetano Tinto Roble, siendo una de las primeras bodegas del Aljarafe en plantar uva tinta. Esa apuesta le ha servido alzarse en esta edición con la mención especial en la categoría vinos tintos tranquilos. Elaborado con uva Tempranillo 100 por cien, este caldo destaca por el equilibrio de su acidez. Según Salado, «la ventaja de trabajar con Tempranillo es que el vino es muy diferente según donde se plante la viña; por eso, el sol y la tierra albariza del Aljarafe hace que la acidez sea menos pronunciada que en La Rioja». De hecho, «es tan fácil de beber que normalmente siempre se pide una segunda copa», asegura el responsable de la bodega.

Pero el reconocimiento que los hermanos Salado han recibido con más ilusión es la mención especial al M de Salado dentro de la categoría vinos singulares de la provincia de Sevilla. El mosto es el «buque insignia» de esta casa, el vino que el padre de Rafael llevó a la máxima expresión, a sentarlo en todas las mesas del Aljarafe y a dedicarle un día, que ya es fiesta asegurada en Umbrete.

El pleno lo hicieron con la mención Oro que recibió el generoso Don Curro dentro de la categoría vinos de licor y vino de uvas sobremaduras. Un vino «de toda la vida», que está elaborado con la variedad Pedro Ximenez y fermenta en bote de roble americano bajo el sistema de solera y criaderas, que cuentan con más de un siglo de vida, de los tiempos del bisabuelo de los Salado.

El triunfo de estas bodegas de Umbrete fue tal que hasta el alcalde del municipio, Joaquín Fernández Garro, aplazó una junta municipal para acudir a la gala de entrega ante la insistencia de la organización. La ocasión de hacer pleno lo merecía.

Después de siete años de trabajo, Rafael Salado dice con orgullo que hoy «en ningún restaurante sevillano falta vino de la tierra en sus cartas». Ha sido gracias al esfuerzo realizado entre la Asociación de Vinos y Licores de la Provincia y la Diputación, que durante años han peleado por que el visitante «tenga la oportunidad de probar un vino de aquí, de la tierra». De hecho, parte de este reconocimiento que otorga Prodetur es realizar una campaña de promoción con el objetivo de dar a conocer estos caldos a los ciudadanos y a los sectores especializados a través de jornadas gastronómicas. Además, la Diputación promueve los vinos ganadores sirviéndolos en sus actos promocionales, catas o degustaciones.