"Productos elaborados de forma artesanal en el obrador del monasterio de La Purísima Concepción (Santa María) Marchena, Sevilla. España". Así reza este mensaje que se puede leer en la web del convento marchenero. Dos de los conventos del pueblo, en estos días, sacan a la calle sus delicias para ponerlas a la venta en la Plaza del Ayuntamiento.
Como bien recuerda este convento, "la compra de estos productos no solo le permitirá conocer una parte muy importante de la gastronomía de nuestro país, sino que con ello contribuirá al sostenimiento de las hermanas del convento".
"Manos de ángel tienen las monjas para hacer dulces, de ángeles entendidos en repostería, licenciados por el cielo para trabajos tan terrenales. “Ora et labora”, es decir, rezan y trabajan las monjas como antiguamente". En realidad, es una frase que se podría aplicar casi a cualquier convento del que salgan delicias como las que se pueden comprar en estos días.
“El toque humano de sus manos limpias”
Y es que, "los pasteles de las monjas tienen el toque humano de sus manos limpias y la gracia de su ángel casero supervisando la masa y las esencias para hornear los dulces en su punto exacto. Los dulces de las monjas no saben a fábrica, a industrialización. Saben a casa y horno de pueblo con algo de cielo". Y es así.