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Actualizado: 19 ene 2018 / 23:50 h.
  • Los Palacios y Villafranca: un turismo de mesa y mantel
    En Fitur se unió lo más granado de los fogones de Los Palacios y Villafranca. / El Correo

Los Palacios y Villafranca ha participado en la Feria Internacional de Turismo para dejar constancia no solo de que ha descubierto su fuerte en la gastronomía, ámbito en el que, afirman, ningún otro pueblo sevillano puede hacerle sombra, sino de que ha organizado en torno a la buena mesa no solo a todas las instituciones que la apoyan, desde la Diputación hasta el Ayuntamiento, sino incluso a los demás sectores económicos, pues los productos de las arenas –como los tomates, las habas, los espárragos, los pimientos o los calabacines– y los productos de la marisma –como el arroz y los cangrejos– crecen con vocación de restaurante; el principal sector servicios son los propios bares; y hasta la propia construcción –que tuvo su boom antes de la crisis– ha respirado luego, en parte, no solo por la creación de nuevos restaurantes, sino por las magnas ampliaciones de algunos de ellos, entre los que destaca Casa Moral, espacio multigastronómico de 5.000 metros cuadrados en el viejo corazón del pueblo.

En la delegación palaciega que el jueves lució sus fogones en Madrid no solo estaba Casa Moral, que elaboró en directo un risotto de habas y espárragos en colaboración con el bar Rocío, sino grandes de la restauración palaciega que ya colaboran estrechamente en diversos proyectos promocionales y han conseguido formar, como sostenían orgullosos, «un equipazo»: el restaurante Manolo Mayo, Casa Juanma, La Pachanga, Taberna La Liebre, No Ni Ná y Tasca Ramos, nombres que no solo se han convertido en marcas a nivel comarcal, sino en sabrosos embajadores de su propio pueblo. Con ellos, como cónsul de tantas pastelerías y obradores de los que presume el pueblo, Confitería Navarro, con sus irresistibles cuñas y cisnes de nata.

No en vano, junto a ellos han presumido de pueblo el alcalde, Juan Manuel Valle, acompañado de sus concejales de Agricultura y Turismo, y hasta el presidente de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos. «Esto es un escaparate que no se puede perder nuestro pueblo», decía el tan galardonado Fernando Mayo, después del show cooking en el que participaron todos los bares con platos elaborados al alimón, frente al lema Paladares palaciegos. Descubre los sabores de la marisma y tras proyectar un vídeo promocional facturado por la empresa local Grado Creativo. «Habrá que repetir», añadió el dueño del Bar Rocío, Cristóbal Olmo, a la sazón responsable de hostelería en la asociación de empresarios Alacipa. Todos conjugaron tradición y modernidad, clave del éxito de una gastronomía palaciega que se apoya en los fogones de las abuelas sin dejar de ofrecer la mejor atención de vanguardia.

El alcalde recordó en Madrid que Los Palacios y Villafranca tiene una ubicación privilegiada a pocos minutos del río, de la marisma y de la capital y que el éxito de estas acciones promocionales lo confirman las visitas cada fin de semana, «cuando vienen cientos de personas a comer bien, lo que contribuye a dinamizar la economía y la creación de empleo».

Tras Fitur, la marca Destino gastronómico tiene un año por delante con eventos que esperan repercusión incluso estatal, como una muestra de repostería de Cuaresma en marzo, la dedicación de la Feria Agroganadera de abril, el festival flamenco de La Mistela en junio al universo de la gastronomía, o los guiños de sabor que prepara el llamado festival Tomate Blues para octubre.