Hace varias décadas, la asociación ecologista Anea clamaba en el desierto en un pueblo, Los Palacios y Villafranca, que, como otros, vivía de espaldas a la conciencia ambiental, de modo que los ecologistas de entonces pintaban en las acequias que necesitaban un parque y ahí quedaba todo. Ayer lo recordaba el actual presidente, José Manuel Benítez, orgulloso de que ahora encuentren más y nuevos cómplices en su sueño por preservar el entorno natural de este municipio situado entre la marisma y la campiña y rodeado justamente de tres humedales (el Pantano, el Cerro de las Cigüeñas y la Laguna de la Mejorada Baja) a los que las nuevas generaciones se están asomando con ojos distintos, porque no ven oportunidades de vertedero, como las anteriores, sino espacios naturales que fomentan incluso la paz. En este sentido, el proyecto de la Junta de Andalucía Escuela: Espacio de Paz ha encontrado aquí un nuevo sentido de realización estrechamente vinculado al medio ambiente. Y aunque no hace demasiado los alumnos del colegio público Picasso se desalentaran al observar la gamberrada de que unos desalmados (o uno solo) destruyeran sus arbolitos recién sembrados en el Cerro de las Cigüeñas, “la mayoría de la gente está concienciada, aunque siempre llame la atención más lo malo”, asegura el presidente de Anea.
Entre ayer y hoy mismo, por ejemplo, unos 600 escolares del pueblo, de casi todos los centros educativos, van a llevar a cabo una iniciativa que salió de la imaginación de una profesora del IES Almudeyne, Raquel Mauriño, y que ha calado hondo no solo en Anea, sino también en la asociación para la mediación Madiba: “Limpia tu kilómetro”. La idea surgió cuando, después de lo más duro de la pandemia, solo se podía pasear en un kilómetro a la redonda “y veíamos cada flor y cada animalito con otros ojos”, escribió la propia Raquel en una carta que se difundió entre las directivas de los centros, buscando que esa renovada solidaridad y compromiso se encauzara hacia la naturaleza más próxima, poniendo en práctica aquel lema de la educación para el desarrollo que reza “Piensa globalmente, actúa localmente”. Pues dicho y hecho, aunque haya que haber esperado a una mejoría real de la situación del Covid para que los chicos se arremanguen y el Ayuntamiento les dispense guantes y bolsas de basura. Cada colegio o instituto se está encargando, desde ayer, de su kilómetro más cercano, y los alumnos se dividen en grupos para recoger plástico, orgánicos u otros desechos que siguen ruborizándolos en sus paseos por el rico entorno natural y ornitológico por la zona de los muros de contención, de las marismas o de alguno de los humedales.