Aunque, de momento, ninguna de las peticiones le ha llegado de su propio pueblo, Los Palacios y Villafranca, la puja incluso internacional por llevarse a su parroquia o hermandad la Virgen que Juan Manuel Martín García lleva haciendo desde que empezaron los estados de alarma por la pandemia del COVID-19, hace casi tres meses, va creciendo por horas. Ya hay una lista de 390 peticiones procedentes de 18 países distintos. Pero él, que terminará de vestir la imagen este próximo domingo, no tiene claro a quién la donará. “Me pondré en manos de Dios y que Él me ilumine”, asegura. Será una donación histórica para la iglesia o cofradía que se la lleve, sea de donde sea.
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Actualizado: 09 jun 2020 / 14:02
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La historia comenzó al principio del confinamiento, cuando estaban previstas, como otras Cuaresmas, tantas visitas de aficionados, cofrades, escolares y curiosos al taller que este escultor tiene en su pueblo. Como no pudo ser, se le ocurrió la idea de empezar a trabajar en el busto de una Virgen para que los interesados pudieran seguir el proceso a través de vídeos en directo de Facebook. Pero los estados de alarma comenzaron a alargarse y la devoción también. Tanto, que los asombrados espectadores de aquellos vídeos no solo empezaron a necesitarlos cada tarde, sino a propagar la idea de que la Virgen, antes de nacer como tal, precisaba de una canastilla que no tardó en recolectarse por todos los rincones del mundo. “Nos han llegado regalos de muchísimos sitios, desde Sidney a Guatemala, pasando por Barcelona o Jerez, por citarte solo unos cuantos”, explica un abrumado Martín, a quien un obispo de la Conferencia Episcopal Española le anunció esta semana que el asunto de esta devoción vía internet ha llegado al Vaticano y que “pronto tendré noticias”.
La imagen, de un acabado más maduro que la apariencia juvenil que suelen mostrar otras Vírgenes, “en homenaje a las personas mayores que se ha llevado la pandemia”, está plagada de detalles significativos: como los ojos inspirados en los de la madre del imaginero, fallecida en diciembre; un rodete que es como la madeja del Nodo, o unos jazmines en el pelo, “que eran las flores con que se adornaban aquí en Sevilla nuestras mayores”.
En estos meses de labor y de vídeos en directo, la Virgen ha acumulado un camarín sin precedentes para una imagen que, sin haber terminado de nacer como tal, “me dicen que es ya la más conocida a nivel mundial”, asegura su autor. Desde luego, entre las donaciones que le han llegado no solo hay cosas materiales, sayas, coronas y hasta broches de oro y diamantes, sino también inmateriales: una marcha cofrade y una saeta recién compuestas en su honor, un grupo de costaleros dispuestos a portarla, grupos cerrados en internet para financiarle otros complementos y hasta cientos de propuestas para un nombre. “Nos han sugerido Nuestra Señora de la Salud, de los Enfermos, de la Esperanza, del Amparo y un sinfín de nombres más”, explica Martín, “pero de momento no hay nada decidido”.
Gran expectación
Ayer mismo, un seguidor de los vídeos del proceso de facturación de la talla llamó al escultor en privado para pedirle un favor especial: “Me dijo que sus hijos habían terminado el curso bastante bien, que habían aguantado el confinamiento igualmente y que su premio sería hablar conmigo en directo mientras me veían trabajar”.
La expectación con la Virgen, sobre todo por verla vestida el próximo domingo, está siendo enorme. La Hermandad de la Santa Cena, en Sevilla, ya ha ofrecido exponerla por primera vez en su iglesia a finales del próximo mes de septiembre. Allí, “como cuentan con una escuela de saeteros, cada día le cantarán una saeta exclusiva”, adelanta Martín, que también anuncia ya que la Virgen hará un recorrido itinerante en los próximos meses por muchas iglesias de toda Andalucía y hospitales sevillanos.