Los pronósticos lo venían advirtiendo, y los días previos los ánimos se hacían a la idea. Tenía las aguas puestas el final de la Semana Santa, y la anhelada tregua parecía que no iba a llegar. Pero los peores presagios no se produjeron y la hermandad de los Dolores de La Rinconada pudo hacer su estación de penitencia en la tarde del Sábado Santo. Una salida procesional en la que además iba implícita la necesidad de pasear a la Virgen de los Dolores por su pueblo a modo de despedida, en la que ha sido su última salida antes de la retirada del culto para ser restaurada.
Las predicciones dieron esperanzas para poder realizar la estación de penitencia
La recoleta capilla de los Dolores albergó por igual esperanza y resignación durante la mañana. Las continuas visitas a los titulares de la corporación llevaban aparejadas plegarias pidiendo una meteorología favorable. La Rinconada quiere a su Patrona, y deseaba disfrutar de Ella un Sábado Santo más. Las predicciones fueron bajando porcentajes para hacer crecer la ilusión de una nueva estación de penitencia. Más aún después de ser suspendida, en la tarde del Viernes Santo, la de la hermandad del Cristo del Perdón en el núcleo de San José de La Rinconada.
Blanca sobre rojo, la cruz de la orden de Malta lucía orgullosa en los antifaces morados de los nazarenos, que fueron componiendo los tramos del cortejo en la calle aledaña a la recoleta Capilla de los Dolores. Emblema que también aparece en el escudo de la localidad, que brillaba en la medalla de oro de la villa que lucía en el tocado de la Virgen, magistralmente ataviada por Francisco Carrera Iglesias, ‘Paquili’. Un inmaculado exorno floral, compuesto por rosas y claveles blancos, perfumaba a la dolorosa, que también ostenta el título de alcaldesa perpetua de la localidad.
A pesar del sol que brilló a la salida de la dolorosa, fue una tarde plomiza. De cielo y de ánimos. Por el carácter luctuoso del día, con Cristo muerto y su Madre en soledad. Pero también por la sensación de despedida, pues pasado este día, la Virgen de los Dolores – imagen anónima del siglo XIX, atribuida a las gubias de Manuel Gutiérrez Cano – será retirada del culto para ser sometida a un proceso de restauración en el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH). Una previsión de doce semanas de trabajos en las que el pueblo quedará huérfano de su Patrona, y que se echó a la calle en este sábado para encomendar a la dolorosa sus oraciones y peticiones para este tiempo de ausencia.