Ha costado quince años y más de 2,1 millones de euros, pero vuelve a relucir más que nunca. Carmona cuenta desde este sábado con el nuevo centro cultural de la antigua Iglesia de Santa Ana tras las obras de rehabilitación y puesta en valor ejecutadas en este inmueble histórico.
El alcalde de la localidad, Juan Ávila, el delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía, Ricardo Sánchez, la delegada territorial de Cultura y Patrimonio Histórico, Susana Cayuelas, y el rector de la Universidad Pablo de Olavide, Francisco Oliva, entre otros, han presidido el acto de reapertura de un edificio que se convertirá en un nuevo referente cultural, patrimonial y turístico para la capital de Los Alcores.
La reapertura de la antigua Iglesia pone fin a un período de más de quince años en el que el edificio, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1978, ha permanecido cerrado, lo que había agravado de manera importante su estado de conservación.
Las obras de rehabilitación han tenido una duración de veinticinco meses, pandemia aparte; ha costado más de 2,1 millones de euros y han sido cofinanciadas por el propio Ayuntamiento, por el Ministerio de Fomento a través del programa 1,5% Cultural y por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional-Feder de la Unión Europea gracias a la inclusión de este proyecto en la estrategia EDUSI de la localidad.
El alcalde de Carmona, Juan Ávila, ha señalado en la inauguración, con el aforo completo, que “éste es un día histórico para Carmona porque recuperamos este edificio como un elemento más de la riqueza cultural, universitaria y patrimonial de nuestra ciudad, respondiendo al deseo mayoritario de los carmonenses que observábamos con tristeza el deterioro paulatino del inmueble”.
La puesta en valor de este edificio histórico permitirá compatibilizar los usos de la iglesia con actividades culturales y educativas tales como conciertos, exposiciones y congresos, respetando la idiosincrasia del templo. De hecho, y según fuentes consultadas por El Correo de Andalucía, el Consejo General de Hermandades y Cofradías de Carmona ya trabaja en una próxima exposición que tendrá lugar en este edificio.
El templo de Santa Ana, cuya construcción data del siglo XV, formaba parte de un antiguo convento de dominicas situado en lo que entonces eran los extramuros de Carmona. Con la desamortización de 1840, la iglesia perdió su uso y hasta 1975 fue utilizada como capilla del cementerio municipal.
¿Volverá el Santo Entierro?
En la misma inauguración, miembros de la Hermandad del Santo Entierro han acudido y han escuchado de boca del propio alcalde, Juan Ávila, el compromiso por parte del consistorio carmonense de la vuelta definitiva de la corporación del Sábado Santo a la que fue su casa hasta 2006. Fuentes municipales consultadas afirman que “la hermandad va a volver, pues es el compromiso público, claro y rotundo expresado ayer por el alcalde. Pero debe formalizarse administrativa y legalmente a través de un convenio”, afirman.
Sobre los edificios anexos construidos y recuperados, uno de ellos se destinará a la propia gestión de la Iglesia y del centro cultural, deportivo y docente anexo. Otra zona, está a la espera de la firma del convenio para que la Hermandad pueda ocuparlo y, así, poder volver a la que fue su casa.
Igualmente, el Ayuntamiento ha ofrecido públicamente el edificio a las universidades de Sevilla y Pablo de Olavide. El hecho de que ayer estuvieran el rector de la UPO, Francisco Oliva y responsables de la Universidad de Sevilla es “significativo”, indican estas fuentes consultadas.
Santa Ana y el Santo Entierro
Corría el año 1967 cuando un grupo de jóvenes decidió poner en marcha el sueño de crear una nueva hermandad de penitencia en la ciudad. A pesar de las dificultades, en 1975 el Arzobispado da el sí definitivo y comienza a hacerse realidad el sueño. Ya dos años antes, la junta de gobierno le solicitó al Ayuntamiento la capilla del Dulce Nombre del antiguo convento de Santa Ana para constituirlo como sede, a lo cual el pleno dio el sí con una concesión administrativa.
Desde su concesión, la hermandad se dedicó a la recuperación del edificio, sobre todo para que fuera nombrado Bien de Interés Cultural (BIC) como puerta necesaria para la llegada de subvenciones, ya que el Ayuntamiento de la época, por desidia, dejó fuera a este templo en la última catalogación de monumentos. En 1978, consiguió dicha distinción, gracias en gran parte a Cayetana Fitz-James Stuart por su vínculos con Carmona.
Tal era el mal estado que la bóveda de cañón barroca se derrumbó en 1983. A esta desgracia se unió el parón ordenado desde Palacio los años 95 y 96 para poner orden en las cuentas. Una vez recuperada la tranquilidad, incluida su inclusión en la tarde del Sábado Santo, como antaño, llegó 2006, el exilio y la larga espera. Ahora parece que todo vuelve al origen. Que así sea.