A José Miguel Durán Moguer (Los Palacios y Villafranca, 1996) lo bautizaron sus propias hermanas como Coco. Él se ha añadido lo de Loqueo, derivado de Loco, tal vez por la locura de triunfar en la música a la que no piensa renunciar. El Negro Jari (productor de temas tan sonados como Habibi, Cosas de gitanos o A duelo), a quien conoció a través de Instagram después de enviarle su primer sencillo, “El virus somos nosotros”, ha confiado en él, desde Dagrama Producciones, que le ha lanzado primero el videoclip “El castigo”, que no tardó en convertirse en auténtica revelación de Youtube, y ahora “Así voy a seguir”. Coco es representante del llamado flamenco urbano, una especie de pop aflamencado que aspira a llegar, masivamente y a través del móvil, al corazón de una juventud alejada de la tradición pura del flamenco.
-Lo de Coco Loqueo, ¿de dónde te viene? ¿Es un mote o un nombre comercial?
-A mí me decían Coco desde pequeño. Es un mote cariñoso que me pusieron mis hermanas desde que nací. Toda mi familia me llama El Coco. En mi casa soy el sobrino Coco o el primo Coco... Luego empezaron a decírmelo mis amigos y, en mis redes sociales, fui a ponerme Coco Loco, pero parece ser que el nombre estaba ya escogido, así que cambié lo de Loco por Loqueo.
-¿Esas letras las escribes tú?
-Las letras y la música, sí. La base instrumental la hace Yoseik, pero la letra y la melodía son mías.
-¿Es más difícil o más fácil triunfar hoy en el mundo de la música? No se estila sacar un disco como antes, pero están las redes sociales...
-Es cierto que todo es más asequible, tal vez lo tenemos todo más a la mano y te puedes permitir el lujo de lanzar un single y probar suerte. Y apostar. Pero yo considero un triunfo que a una sola persona le transmita de verdad una canción mía y que le llegue de corazón. Para mí el triunfo ha llegado desde hace mucho tiempo. No persigo llegar un estadio, sino llenar un corazón, empezar por uno, porque solo por ese camino llenaré un estadio.
-¿Cantas y tocas desde que eras pequeño o todo esto te vino después?
-La guitarra me vino después, con 11 años. Pero es que con solo cinco años, cuando yo estaba dando clases de sevillanas en lo de Charo, la mujer de Romerito, lo veía a él de lejos y yo quería tocar como aquel hombre. Pero cuando Romerito me sentó en aquella silla de anea que tenía allí y la guitarra era más grande que yo, imagínate... Con nueve años, volví a ir, esta vez con El Niño del Fraile, que se sorprendió de lo chico que era. Con once, me dijo exactamente lo mismo, pero yo le insistí y le pedí una oportunidad. Y allí fue donde empecé a tocar la guitarra. Pero a cantar, y lo que es la afición por el arte en general, sobre todo por el flamenco, empecé antes de tener uso de razón.