Guardias civiles pertenecientes a la Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC) de la Comandancia de Sevilla, se encontraban circulando sobre el medio día por la Autovía A-92 , cuando a la altura del kilómetro 12 en sentido Málaga, observaron a un varón que paseaba por el arcén en compañía de un perro al que conducía con una correa.
Como no podía ser de otra manera, los agentes se entrevistan con el “paseante” para informarle de la peligrosidad y la prohibición de dicha conducta y observan que el mismo utiliza la conocida estrategia del idioma y la carencia de documentos para intentar aburrirles. La veteranía de los agentes les permite hacer ver al hombre que su capacidad de comunicación es mayor de la que alega y logran obtener sus datos personales y además les manifiesta dirigirse a Tarifa.
Durante dicha conversación, en zona segura ya tras los primeros instantes de contacto, los agentes observan que el animal se encuentra deshidratado, que no parece obedecer al hombre y que igualmente, éste que ya no puede disimular que iba con él, tampoco parece mostrar el mínimo interés por el mismo, por lo que las sospechas se consolidan, hasta el punto de solicitar apoyo al cuerpo competente en materia de animales de compañía que no es otro que la Policía Local de Alcalá de Guadaíra.