Mientras llegan las 300.000 mascarillas de China prometidas por el controvertido Amancio Ortega, en Los Palacios y Villafranca -a este ritmo que les ha imprimido la solidaridad contra la crisis del coronavirus- son capaces de superar ese número, pues un creciente batallón de costureras que roza el centenar ha sido capaz de confeccionar más de 2.000 en solo dos días, desde que el viernes pidiera la colaboración para ello la asociación para la mediación Madiba, un referente a nivel nacional liderada por el juez de paz del municipio, Antonio Hormigo. Aunque las primeras que aceptaron el reto y se pusieron manos a la obra fueron las AMPAS de los colegios palaciegos, en las últimas horas se han sumado voluntarias no solo del pueblo y sus pedanías, sino de otros poblados como Pinzón (dependiente de Utrera). De momento puede haber como un centenar, pero el número aumenta con el paso de las horas y la reacción por redes sociales. El caso es que cientos de mujeres están siguiendo estrictamente las recomendaciones sanitarias para su elaboración, han habilitado un cuarto en exclusiva para la máquina de coser y tienen la esperanza de surtir de mascarillas a todos los hospitales y profesionales sanitarios que las precisen en estos próximos días. El ritmo es frenético.
La idea surgió después de que la diseñadora sevillana Rocío Osorno lanzara el compromiso de poner sus talleres de moda, normalmente dedicados a los vestidos de novia e invitadas, a confeccionar mascarillas para los sanitarios que trabajan durante esta pandemia. “Ya veremos cuántas somos capaces de hacer por un día”, explicó a mediados de esta semana, y enseguida se les ofreció la asociación Madiba con desmedido entusiasmo. “Nos enteramos de que estaban desbordados de peticiones y decidimos echar una mano”, explica Hormigo, “y así nos hemos puesto a coordinar la confección, entrega y recogida de mascarillas terminadas y puestas a disposición de los promotores de esta iniciativa.
Las costureras voluntarias -todas mujeres, aunque hay también muchos hombres implicados en la logística del improvisado proyecto- siguen a pies juntillas un protocolo de actuación que incluye un compromiso de responsabilidad y varias normas, como que la máquina de coser debe estar aislada y frecuentemente limpiada con solución desinfectante, que eviten el contacto con otras personas mientras están trabajando ellas mismas mascarilla, y que la guarden inmediatamente hecha en la bolsa de transporte.