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Actualizado: 25 nov 2017 / 22:19 h.
  • Un cicerone llamado Don Juan
    Una de las escenas de Don Juan Tenorio interpretada por Ludiligencia y Mairami en el camposanto. / Fotos: F.J.D.
  • Un cicerone llamado Don Juan
    Otra de las interpretaciones a las puertas del cementerio de Alcalá del Río.
  • Un cicerone llamado Don Juan
    El grupo Chalaura, de Santiponce, interpreta el acto ‘Profanación’.

José Zorrilla hubiera cumplido este año la nada desdeñable edad de 200 años. Y, como es lógico, su obra le va a la zaga. Su personaje más conocido, Don Juan –a un cuarto de siglo del bicentenario– anda más actual y en boga que nunca. Porque noviembre se ha convertido por excelencia en su mes, y raro es el sitio donde al menos no se hable de él, de sus amoríos y sus correrías. Pero más que nunca porque desde Alcalá del Río sus compañías Ludiligencia y Mairami se han dedicado a conquistar –con el Tenorio, tesón, tablas y artes escénicas– a la provincia. Y de toda la provincia han llegado este sábado hasta la localidad para reclamarlo a modo de abanderado del teatro clásico español.

Desde una perspectiva novedosa, este Don Juan que compone rimas en las redes sociales como agradecimiento a tantos mecenas que posibilitan su existencia, decidió ayer quitarse el polvo de las tablas y sacar su obra a la calle. Uno en esencia y múltiple en la escena, siete compañías dieron vida al seductor Tenorio. Y de escenario y atrezo nada más –y nada menos– que el entorno monumental de Alcalá. Su torre mudéjar, las espectaculares vistas de La Vega o la renacentista Cruz Blanca de Juan Bautista Vázquez el Viejo fueron algunos de los elementos que dieron luz, aire y vida a la obra teatral.

Esta original puesta en escena, exclusiva de Alcalá del Río, representó de forma itinerante el texto de Zorrilla, aportándole a su magistral composición el paseo turístico, guiado por personajes de la obra, por la localidad. Desde múltiples visiones, con distintos lenguajes y puestas en escenas, que dieron sobrada cuenta de que la obra sigue vigente y es posible revisarla. Tanto en su formato clásico, con sus expresiones y vestuario de la época, como con una estética actual, adaptada al habla de nuestros días y aprovechando para reivindicar la igualdad de género o hacer un manifiesto contra la violencia hacia las mujeres, precisamente en el día donde con más fuerza se exige su desaparición.

Aunque es la segunda edición, podría decirse que es la primera vez que Don Juan se representa así en Alcalá del Río. Aunque el año pasado se escenificaron pasajes en la Plaza del Calvario, la obra quedó deslucida y el cariz itinerante fue desechado por la lluvia. Por tanto, este sábado de sol y nubes fue el estreno de esta modalidad de teatro, turístico, paseante e itinerante. Algo positivo había que sacarse de esta pertinaz sequía.

Daban las cuatro de la tarde cuando Merkabah Teatro, de Gines, rompía el hielo en la Plaza del Calvario con el primer acto del drama, Libertinaje y Escándalo. Cambiando el escenario a la Plaza de España, se representó el segundo, Destreza. Las compañías Escánpolo, de Herrera, y La Ribera, de La Algaba, dieron forma a la primera y segunda parte del mismo, respectivamente. Les dio la réplica Chalaura Teatro, una brillante cantera de jóvenes actores que desde Santiponce trajo el tercer acto, Profanación.

El numeroso público fue guiado por el centro histórico hasta la Cruz Blanca, el crucero que ponía fin a la localidad, y donde Cerrado x Obra de Mairena del Alcor hizo suyo el cuarto acto, El diablo a las puertas del cielo, con una personalísima puesta en escena. Y de ahí, un nuevo desplazamiento llevó la representación hasta uno de los escenarios románticos por antonomasia, el cementerio. En su puerta fueron de nuevo el grupo Chalaura los que interpretaron el primer acto de la segunda parte, La sombra de Doña Inés. Dentro del camposanto, con las últimas luces del día, las dos compañías anfitrionas dieron fin al espectáculo con Misericordia de Dios y apoteosis de amor.

Pero la jornada no quedó en esta magistral exhibición de teatro callejero. Durante el día se propició un encuentro de todas las compañías participantes, una enriquecedora convivencia donde se pusieron en común modos de hacer y de actuar. La parte más académica –aunque en esta ocasión primando más la experiencia– vino de manos de José María Roca, fundador de Producciones Imperdibles. Un invitado de honor que también trajo en su disertación a su propio Tenorio, que ya puso en escena hace una década, en 2007, en el Real Alcázar de la capital hispalense con el espectáculo Don Juan, Tirso, Molière, Zorrilla.

Finalizada la escenificación, seguida en todo momento por numeroso público, llegó la gala de clausura. Entre todos los participantes de esta jornada se reconoció al mejor director, actor, actriz y vestuario, así como la mejor versión y un reconocimiento colectivo. Todos recibieron galardón y diploma conmemorativo, así como la honda satisfacción de seguir dando vida a un mito del teatro español. Porque este, y no otro, es el fin que subyace tras todo lo celebrado. Y seguir consiguiendo que con este drama romántico Don Juan y Doña Inés cobren vida y paseen su amor por las calles alcalareñas.