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Actualizado: 23 mar 2018 / 19:56 h.
  • Un visitante contempla la muestra de medallas recogida por Mateo Marcellán. / El Correo
    Un visitante contempla la muestra de medallas recogida por Mateo Marcellán. / El Correo

En el Museo Municipal de Écija se puede visitar hasta mañana Domingo de Resurrección (1 de abril) una exposición de medallas y escapularios cofrades de toda España. La muestra, organizada por el Consejo General de Hermandades y Cofradías de la Ciudad de Écija, en colaboración con la administración local y la Diputación de Sevilla, además de Caminos de Pasión, reúne más de 900 piezas pertenecientes a hermandades y cofradías de prácticamente todo el país.

Se trata de la colección particular de Miguel Ángel Mateo Marcellán, un zaragozano que ha reunido las insignias más características de cada hermandad, tanto de penitencia como de gloria, de todo el territorio nacional. Mateo Marcellán se define como un gran enamorado de la Semana Santa. Su gran afición por coleccionar medallas de cofradías y hermandades de Semana Santa de España empieza en 1985, comenzando por las medallas de las cofradías que componen la Semana Santa zaragozana.

La colección actual ha estado expuesta en Zaragoza y ha viajado por Ceuta, Toledo, Lleida, Murcia, Castellón, Palma de Mallorca, ha estado dos veces en Valladolid, otras dos en la provincia de Jaén... Las medallas actuales son de 47 provincias de las 50 existentes, y de las 17 comunidades autónomas más las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

Cada medalla tiene una historia que, según cuenta su propietario, tienen que ver con la forma en que fue adquirida. Así, hay un total de 362 medallas y escapularios que Mateo Marcellán consiguió que le fueran donados; cerca de 200 más los consiguió al intercambiarlos por otras y cerca de 300 las consiguió mediante pago del importe solicitado de las mismas. Por cierto, que dice el coleccionista que el mayor importe abonado por una medalla de las de su colección ha sido 100 euros, en concreto por una insignia de plata de una cofradía de Castilla-León.

Y en no pocas ocasiones Miguel Ángel Mateo Marcellán ha tenido que hacerse hermano de alguna de las hermandades y cofradías cuyo emblema le faltaba en su colección. En concreto, tuvo que hacerse hermano de la Venerable Cofradía de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo de Valladolid poder adquirir su medalla. En Málaga tuvo que hacer lo propio con la Fervorosa Hermandad Sacramental y Real Cofradía de Nazarenos del Sagrado Descendimiento. Además, en el caso de la cofradía malagueña, el coleccionista tuvo que viajar desde su Zaragoza natal a la Costa del Sol para que le fuera impuesta la medalla, el primer domingo del mes de febrero del año 2003, tal y como indican los estatutos de la hermandad. Mateo Marcellán sigue siendo en la actualidad cofrade tanto de la corporación vallisoletana como de la malagueña.

Ese es uno de los «efectos colaterales» de la tarea de coleccionar medallas y escapularios. El otro es «la gran cantidad de amigos que he hecho por toda España, además de conocer la riqueza y diversidad de nuestras distintas Semanas Santas», afirma Mateo Marcellán. Muchas de las piezas «no se consiguen ni pagando», reconoce, por lo que cuando recibe una nueva medalla «es como recibir un trofeo o un premio, pero también cuando alguien me facilita una nueva dirección donde poderme dirigir es otro gran regalo para intentar comenzar una nueva amistad».

Las medallas son enmarcadas cada 20 ó 23 unidades recibidas. Los cuadros individuales pertenecen a las localidades que facilitan en bloque todas las medallas de su propia localidad. Esta colección es totalmente privada y todas las insignias que la componen son propiedad de Miguel Ángel Mateo Marcellán. No se recibe ayuda de ningún tipo y la colección se presta gratuitamente a petición de instituciones, hermandades o cofradías que la solicitan. Todas las exposiciones son sin ánimo de lucro por ambas partes.

Entre las piezas expuestas hay algunas de una sencillez espartana junto a otras dignas del trabajo del mejor orfebre; o medallas casi iguales procedentes de distintas ciudades separadas por grandes distancias; o una misma advocación representada de distintas formas. Cada una está cargada de historia, tradición, religiosidad y sentimiento.