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Actualizado: 04 oct 2016 / 20:57 h.
  • Unos autocares para ponerse amarillo
    La línea 134, que une la capital con Los Palacios y Villafranca y que ha sido duramente criticada por los palaciegos. / El Correo
  • Unos autocares para ponerse amarillo
    Una de las instantáneas con los usuarios hacinados en el autobús. / El Correo

En Los Palacios y Villafranca es proverbial esa anécdota del paisano en la capitalina avenida de La Palmera preguntándole al chófer del autobús si iba para «el pueblo». «¿Para qué pueblo?», dicen que contestó el conductor. Y el cliente: «Pues para el pueblo. ¡Para qué pueblo va a ser!». Por ese mismo efecto de antonomasia, en los últimos 70 años –los que tiene ya la empresa de Dos Hermanas–, los palaciegos no toman el autobús, sino El Amarillo, como se conoce popularmente a Los Amarillos S.L. que forma parte del Consorcio de Transportes del Área Metropolitana de Sevilla no solo con la línea 134 que une Los Palacios con la capital y viceversa, sino con otras cinco líneas más, además de otras muchas en Málaga y Cádiz. «Pues en ningún lado recibimos las críticas de aquí», asegura incrédulo el director de Operaciones, Ángel Escribá, que asegura además que «la inspección, que revisa los autobuses, no nos ha sancionado nunca».

Tal vez lo que los inspectores indagan cuando suben a los autocares no falla, porque lo que denuncian cientos de usuarios palaciegos –sobre todo en las paradas, los apeaderos, las barras de los bares y las redes sociales– es que no se enciende el aire acondicionado, que los vehículos no cumplen sus horarios y que se sube mucha más gente que asientos hay, con lo que los pasillos van repletos y el calor es asfixiante. «Es tercermundista», aseguran algunos de los usuarios, que se han quejado asimismo de la falta de limpieza y de la antigüedad de «esos trastos que se averían un día sí y otro también». Rocío Gómez, estudiante y usuaria del servicio a diario, ironizaba en su perfil de Facebook: «En el tiempo que tardas en leer este post, hay un palaciego sufriendo un autobús Amarillo. Di no al hacinamiento o al morirse cual pollo asado. Adopta un palaciego». «Hoy no ha ocurrido ninguna desgracia, pero mañana será otro día en esta ruleta rusa», decía el palaciego Juan Manuel Castillo el pasado fin de semana al regresar de Sevilla.

Como ellos, cientos de estudiantes, mujeres que trabajan en el servicio doméstico y pacientes de hospitales sevillanos como el Valme o el Virgen del Rocío sufren todos los días «el maltrato de la empresa», en palabras del alcalde palaciego, Juan Manuel Valle (IU), que no solo ha enviado ya decenas de cartas a la empresa y al Consorcio, sino que ha presentado una denuncia en el Cuartel de la Guardia Civil «para que dé curso a las sanciones que procedan según la legislación vigente». «Estamos hartos de ponernos en contacto con el Consorcio, de trasladarle quejas, sugerencias, llamadas de teléfono trasladándonos incidencias y de haber mantenido innumerables reuniones para conseguir el servicio de autobús que merecen nuestros vecinos. Y no vamos a parar hasta que solucionen definitivamente las deficiencias y faltas de respeto continuadas a los usuarios de esta línea», insiste Valle.

Homologado para ir de pie

El director de Operaciones de Los Amarillos, sin embargo, asegura que «en esa línea [la de Los Palacios] tenemos los mejores autobuses de todo el servicio». Además, Escribá –que sugiere que el alto nivel de protestas está relacionado con la frustración ciudadana por no tener tren en la localidad pese a las promesas de antaño– recuerda que además de los 30 trayectos que unen el pueblo con Sevilla cada media hora, con autobuses de refuerzo en horas punta, se han habilitado otras expediciones nuevas, las que pasan por Los Palacios desde Arcos, Ubrique o Chipiona. «Por otro lado, nuestros autobuses están homologados para llevar pasajeros de pie», asegura, y explica que cuando se permite «es por hacerles un favor a quienes lo piden y no quieren esperar unos minutos el siguiente autobús».

Al alcalde palaciego, no obstante, no lo convencen las explicaciones de la empresa porque las quejas son constantes. Ayer explotó: «La empresa nos tiene hasta el mismísimo pelo», dijo. Tanto es así, que una delegación municipal tiene mañana una reunión en la Delegación Territorial de Fomento de la Junta de Andalucía para tratar el asunto del servicio de la empresa Los Amarillos.