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Actualizado: 09 oct 2017 / 00:18 h.
  • «El problema ha sido la falta de diálogo»

El desafío soberanista que la Generalitat ha realizado al gobierno de la nación y, en definitiva, al conjunto de los españoles, es una preocupación no solo para el ejecutivo de Mariano Rajoy que hasta ahora no ha abierto el pico, sino para todos los españoles e incluso para los sevillanos. Esta semana visitó el plató de Sevilla al Minuto Josu Gómez, colaborador asiduo del Correo de Andalucía y Presidente de la Fundación Glocal.

—¿La raíz de todo este problema ha sido, como han defendido otros muchos analistas políticos, la falta diálogo?

—Totalmente. Es un conflicto que viene de largo, concretamente, de hace ya diez años, desde el Estatuto de Autonomía de Cataluña, que contó con una participación de más del 50% de la población y que luego fue recurrido. Eso ya generó unas consecuencias nefastas, y con todo lo sucedido ahora pueden ir a peor.

—En algunos artículos has defendido que la solución podría llegar cuando todos rememos hacia la consecución de un Estado Federal.

—Sí. Tenemos que partir de la base de que el estado de las autonomías actual podría ser federal de facto porque se nos está brindando una oportunidad histórica para fijar de forma clara las competencias territoriales y la financiación autónomica siempre desde un punto de vista igualitario para con todas las comunidades autónomas y todos los territorios. Claro, que esto requiere de esfuerzo y de este diálogo que hasta ahora no ha existido. ¿Qué es lo malo? Que aunque después de todo, parece que no todas las partes quieran sentarse y hablar. Lo del 1-O ha sido muy fuerte y puede traer consecuencias catastróficas.

—¿Qué ha hecho tan mal el gobierno de la nación para que se haya dado tal situación?

—A ver, el gobierno de Rajoy ha podido llegar a pensar que dejando pasar todo este tiempo y dejando hacer quizás se podía haber ido desinflando el sentimiento nacionalsita. Pero han provocado todo lo contrario: se han enquistado posturas y ahora hay muchos más catalanes independentistas que hace tan solo unas semanas. Ahora hay actitudes muy radicalizadas y la sociedad ha sido fragmentada, tanto en Cataluña como en el resto de España.

—¿Qué pasos habría que dar urgentemente sin dejar correr ni un minuto más?

La clave está en evitar la DUI por todos los medios. Por un lado, habría que fijar una mesa de diálogo que analice la raíz del problema entre el gobierno de Mariano Rajoy el de Carles Puigdemont. Tras ello, hay que realizar una reforma constitucional en la que entren todos los territorios para asegurar un marco de convivencia. No vale solo con solventar el cupo catalán, que es lo que ellos llaman el “autogobierno fiscal”. Si cedemos a eso a partir de un referéndum ilegal estaríamos creando un problema mayor porque supondría un 10% de financiación para territorios como Andalucía o Extremadura.

—Lo que sí parece estar claro es que no funciona el actual estado de las autonomías.

No. Hay una doble vara de medir creada con la creación de la Constitución de 1978 que ha permitido que tras el referéndum aún no haya ni una sola decisión firme y contundente por parte del ejecutivo de Rajoy.