La restauración de la cara norte de la Giralda se retomará tras la Semana Santa de 2023. Esta actuación, que se paralizó como consecuencia de la pandemia del coronavirus, tiene un plazo de ejecución de entre seis y siete meses y un coste cercano al millón de euros.
Así lo ha anunciado este martes el Cabildo Catedral de Sevilla durante la presentación de la Memoria de actividades de conservación y mantenimiento en el templo catedralicio en el periodo comprendido entre los años 2017 y 2022.
La intervención en la única fachada que quedaba pendiente tiene un coste más elevado que el resto de las fachadas puesto que se encuentra en "peor estado de conservación" y porque la actuación se llevará a cabo "teniendo en cuenta la experiencia de las anteriores y los conocimientos adquiridos en esos procesos", tal como ha señalado el arquitecto-conservador de la Catedral, Jaime Navarro.
En la citada intervención se aprovechará, además, para revisar el sistema de sujeción de las campanas de la torre y acometer posibles reparaciones en el caso de que fuera necesario.
La Comisión de Patrimonio aprobó el pasado mes de enero de 2020 la realización de obras de consolidación de dicha cara norte de la Girlada. Esas obras, como las acometidas en el resto de fachadas de la torre hasta el cuerpo de las azucenas, tenían -y tienen- carácter preventivo y de restauración arquitectónica, y se suman a la campaña de mantenimiento y continua auscultación que exige un conjunto arquitectónico tan amplio e importante.
La intervención en la cara norte constituye la última fase del proyecto de restauración de la torre puesto que en 2017 se actuó en la cara oeste, en 2018 se ejecutaron los trabajos en la cara sur y, posteriormente, en la cara este. Hasta la fecha, se han llevado a cabo en el monumento intervenciones esencialmente de "tipo epidérmico" y como resultado, se ha recuperado la policromía que se encontraba en avanzado deterioro.
En este sentido, se han efectuado sobre la fábrica de ladrillo cerámico y revestimientos de mortero de la torre labores de limpieza, consolidación, reintegración y reposición, respectivamente; y los elementos pétreos han sido objeto de limpieza, recuperación de volúmenes y de protección, entre otras actuaciones.