Las familias atendidas por Cáritas Diocesana, entidad eclesiástica, aumentaron un 26,6 por ciento el pasado año, hasta alcanzar a 50.773 personas vulnerables durante la pandemia, según recoge la Memoria 2020 de la ONG, presentada este martes en una rueda de prensa.
En el acto ha participado el administrador apostólico de la Archidiócesis de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, y el director de Cáritas, Mariano Pérez de Ayala. Durante el mismo, la institución ha querido transmitir su pesar ante el "profundo dolor" que provoca el importante número de pérdidas humanas, el sufrimiento de sus familias y las consecuencias de la enfermedad generadas por la pandemia.
"Las restricciones de movilidad y contacto social han forzado el cierre de negocios, la intensificación de las condiciones de precariedad laboral, una gran recesión económica y, de nuevo, el ascenso de la tasa de paro", con un total de 208.000 personas desempleadas en la provincia, han destacado los responsables de la ONG en su intervención. "Unido a que se debilitan las redes de apoyo y la falta de una respuesta eficaz de la Administración ha provocado un impacto que, como siempre, se ha resentido con mayor gravedad en las personas más vulnerables".
En este sentido, la atención a los barrios más pobres de Sevilla se ha duplicado. Así, las parroquias de Polígono Sur, Torreblanca y Tres Barrios han pasado de atender a 1.428 familias en 2019, a 2.542 familias en 2020. Familias que responden a perfiles tales como desempleados de larga duración con problemas añadidos; dependientes de ayudas sociales o prestaciones no contributivas que no dan cobertura suficiente a sus necesidades básicas; familias con menores a cargo, gran parte de ellas monoparentales, separadas o en proceso de separación; migrantes y personas con empleo de economía informal o con contratos precarios, entre otros.
Asimismo, Cáritas Diocesana ha destacado el incremento de la brecha digital en esas familias en un año "marcado por el papel fundamental de la conectividad para el desarrollo laboral, educativo e incluso afectivo". Además, la entidad advierte de que la crisis social "no termina con la sanitaria", sino que "hay que observarla con perspectiva y a más largo plazo, ya que las redes de ayuda y los recursos continuarán acabándose para muchas personas y harán, previsiblemente, surgir nuevos perfiles en las demandas recibidas". Los mayores y los migrantes sin documentación han sido dos de los colectivos más afectados.