Desde que en 1991 se hiciera la primera peatonalización con la recuperación para el ciudadano de Tetuán y Velázquez durante el gobierno de Alejandro Rojas Marcos, los sevillanos han visto como la ciudad se transformaba y en muchas de sus plazas, sobre todo céntricas, y el coche comenzaba a dejar espacio al peatón.

Tras estas calles, llegó el turno de la avenida de la Constitución, la calle San Fernando y la Plaza Nueva, ya con Monteseirín. Luego sería la Alameda, la Alfalfa, la Plaza del Pan... Y así hasta las últimas de San Jacinto y la semipeatonalización de Baños.

Pero los planes de seguir haciendo de Sevilla una ciudad más amable para el peatón van más allá y, a expensas de que el Plan de Movilidad Urbana sea una realidad, hay aún varios proyectos pendientes de convertirse una realidad. Es el caso del entorno de la basílica de la Macarena o de los jardines de San Telmo.

En el primer caso, la peatonalización supondrá la creación de una «plaza abierta» ante la fachada de uno de los templos de mayor interés turístico en la ciudad y la reordenación del tráfico en la zona. Se trata en realidad de un viejo proyecto, que viene manejándose desde varios gobiernos municipales atrás –el último el de Juan Ignacio Zoido– y que nunca ha llegado a materializarse.

La intención del Consistorio que gobierna el socialista Juan Espadas es que las obras previstas en el proyecto, presentado en abril de 2016, arranquen al finalizar la Semana Santa de este año. La decisión de posponer el arranque de las obras fue sugerencia de la hermandad de la Macarena a la Gerencia de Urbanismo debido a que llegado el mes de septiembre aún no habían dado comienzo los trabajos, que tienen una duración de seis meses, y había posibilidades de que colisionasen con las fechas de la Semana Santa.

En cuanto al proyecto de reurbanización propiamente, que tiene un presupuesto de 423.411,84 euros, el planteamiento de Urbanismo pasa por la remodelación y reordenación de todo este espacio, con el objetivo de crear un entorno mucho más amable y noble, que realce este enclave, en especial la Basílica y el Arco de la Macarena. En consecuencia, se ha optado por la eliminación del tráfico rodado y el estacionamiento de vehículos, de tal forma que se obtenga un espacio mucho más diáfano y abierto, al estilo de una plaza. En contraprestación, se proponen alternativas a la circulación de vehículos, a la carga y descarga y, a la parada de taxis actual, que se desplaza a la calle Resolana. En cuanto a la ordenación de la circulación en el resto de la zona, se eliminará la entrada a la calle San Luis desde la calle Bécquer, si bien se mantendrá el paso esporádico desde la calle Macarena –por debajo del Arco- hacia las calles Doctor Fedriani y Parlamento de Andalucía.

El nuevo espacio que se configure tendrá un pavimento de granito, en plataforma única, que se dispondrá de forma que permita rememorar el trazado histórico de este ámbito, recordando el antiguo Camino de Ronda, que es actualmente la calle Bécquer, y que la configuración existente no permite apreciar. Como complemento a esta nueva plaza y a modo de separación de la misma del intenso tráfico de la calle Resolana, se construirá un carril bici, se plantará una hilera de naranjos y se ubicarán bancos, elementos éstos que actuarán como barreras visuales y conceptuales. Además, en ambos extremos de la plaza se dispondrán parterres con arbustos de poco crecimiento.

San Telmo y Gavidia

La peatonalización del entorno de la basílica de la Macarena es, quizá, la obra de peatonalización de mayor envergadura que tiene en cartera el Consistorio, si bien, hay otros proyectos por ejecutar como son el de la reordenación de la zona de los jardines de San Telmo. También es una propuesta largamente anunciada por varios gobiernos municipales y que nunca se ha terminado de poner en marcha.

El conjunto histórico que conforman los pabellones de la Exposición del 29 de Perú, Uruguay y Chile, así como el Casino de la Exposición y el teatro Lope de Vega, tienen un alto nivel de deterioro. El espacio urbano ha crecido de forma desordenada y el deterioro se ha incrementado con el establecimiento de varias bolsas de aparcamiento. Gobierno y oposición coinciden en este diagnóstico, y en la necesidad de ejecutar medidas para reordenar la zona.

El pasado mes de octubre, el pleno del Ayuntamiento aprobó una moción, a propuesta del grupo socialista, por el que se acordaba un plan de reordenación de toda la zona que incluye la peatonalización de varios tramos, la eliminación de los cerramientos individuales, acabar con las caracolas y reordenar el tráfico en toda la zona de Palos de la Frontera y Rábida. El planteamiento municipal es dar una nueva oportunidad a esta zona saturada de coches y deteriorada por actividades como la botellona. Tras los contactos previos con las entidades que actúan en ese área –Casa de la Ciencia, la fundación Valentín de Madariaga o la biblioteca Infanta Elena–, acordaron iniciar un proceso de regeneración del espacio y «dotarlo de una mayor unidad estructural para potenciarlo con un parque vinculado a las artes y las ciencias». Medidas con las que el Ayuntamiento confía en que se podrá recuperar este entorno «como espacio de oportunidad» y «convertir en un entorno emblemático de alto valor que se pueda emplear para la programación cultural y educativa de las instituciones» que programarán de manera conjunta para hacer de esta zona «un nuevo epicentro de la ciudad».

Precisamente recuperar un espacio público para el ciudadano es el objetivo que se marca el Ayuntamiento con la semipeatonalización de la calle Baños. La céntrica vía, que es uno de los accesos al casco histórico más empleado por el tráfico rodado, se blindó a los coches desde su confluencia con la calle San Vicente, los días previos a la Navidad. El cambio, que llegó para quedarse, permite que los vecinos recuperen Baños como una calle para poder transitar con normalidad y, sobre todo, hacer de la plaza de la Gavidia una zona de esparcimiento. Algo que era una petición histórica vecinal.

Peatonal será también la nueva calle que se abrirá para enlazar las trianeras calles Castilla y Alfarería. La vía se comunicará, a través de la calle nuestro Padre Jesús Nazareno, con Pagés del Corro, de manera que las tres vías principales del norte de Triana tendrán una comunicación directa para el peatón.

Micropeatonalizaciones

Han sido muchos los proyectos de peatonalización que se han anunciado en los últimos años y que no han llegado a término. En el anterior mandato, con Juan Ignacio Zoido en el Ayuntamiento, se puso sobre la mesa una actuación para ganar para el peatón la zona de la Magdalena. La intención entonces era convertir la zona en una puerta de entrada al viandante desde Triana.

También sobre la mesa, según el programa electoral del actual alcalde, están proyectos como la creación de un anillo peatonal y ciclista para unir Valdezorras con el Aeropuerto Viejo, Pino Montano y Alcosa; la puesta en marcha de itinerarios peatonales en determinadas zonas como la ribera del Guadalquivir; o la creación de accesos peatonales en colegios y otros equipamientos públicos. Todo esto sumado a las micropeatonalizaciones en barrios que se harían siempre, eso sí, bajo la petición de los vecinos, con el objetivo de impulsar la actividad comercial en los barrios. De hecho, los de Triana ya han hecho su reclamación. La asociación de vecinos Triana Norte pidió ya hace un año que se extienda el cierre al tráfico rodado de la calle San Jacinto, en concreto incorporándose el tramo comprendido entre Pagés del Corro y la calle Esperanza de Triana, respetando la entrada de residentes en los garajes, los horarios de carga y descarga y los servicios de emergencia y limpieza pública. De momento, todos estos proyectos, más o menos desarrollados, siguen siendo realidad solo sobre el papel.