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Actualizado: 19 nov 2017 / 20:20 h.
  • Misericordia-enfermedad, un binomio necesario
    El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, recibe la medalla de manos del presidente de la Academia, Jesús Castiñeiras. / Fotos: Jesús Barrera
  • Misericordia-enfermedad, un binomio necesario
    Antonio Morera Vallejo y Chary Maldonado con el arzobispo.
  • Misericordia-enfermedad, un binomio necesario
    Los asistentes al discurso de académico de Asenjo.
  • Misericordia-enfermedad, un binomio necesario
    Asenjo, durante su discurso de investidura.

Nada hay más humano que tener como prioridad la curación de los enfermos, preferencia compartida por los profesionales sanitarios y la Iglesia y que quedó bien patente en el solemne acto que nombró al arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo Pelegrina, académico de erudición por la Real Academia de Medicina. Un título que fue recibido con la más absoluta humildad –asegurando ante los presentes ser consciente de que el reconocimiento se le concedía no por méritos propios, sino por el cargo que ostenta– y que viene a consolidar la «estrecha relación» entre estas entidades, empeñadas ambas «en la búsqueda de la salud integral de las personas».

Ante un nutrido grupo de académicos, profesionales de la medicina, autoridades civiles, militares y eclesiásticas y personalidades de la sociedad sevillana, Asenjo pronunció su discurso de investidura, que trató sobre el vínculo «del todo especial, relación de servicio y ayuda, que tuvo Jesús con los enfermos en su vida histórica». A través de la descripción de unas sencillas imágenes narradas por los evangelios, el arzobispo sevillano logró hacer una analogía entre la labor de Jesucristo con los pobres y enfermos –nombró pasajes como El paralítico de Betesda, Jesús y la hemorroísa, Jesús y el leproso, Jesús y el paralítico de Cafarnaúm y Jesús, el Buen Samaritano– y la de los profesionales de la Medicina, «quienes nos harán un gran beneficio si se conmueven ante el sufrimiento ajeno en la enfermedad».

Así, Asenjo, afirmó que Jesús «no luchó solo contra las enfermedades, sino a favor de los enfermos, una enseñanza fundamental de la que todo profesional de la salud debería tomar buena nota». Pero no solo se refirió al personal sanitario. También tuvo palabras para pedir a los familiares y voluntarios que acompañan, a quienes indicó que «el cariño sincero, la mirada entrañable y el contacto físico, salvo en caso de prohibición facultativa, son modos excelentes de integrar, incluir, sanar y salvar al enfermo, a la manera de Jesús». Y, basándose en el libro de los Hechos de los Apóstoles, donde el Señor dice que «hay más alegría en dar que recibir», el discurso del arzobispo sevillano concluyó invitando a quienes se congregaron en el acto a «curar las heridas físicas y morales de nuestros hermanos con el vino de la alegría y el aceite de la misericordia». Virtud esta última que, tal y como expresó el presidente de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla, Jesús Castiñeiras, es uno de los principales «pilares del Cristianismo». De ahí que sea tan necesario «el binomio misericordia-enfermedad».

El nombramiento de Asenjo, que ya ostenta el cargo de académico de honor en la Real Academia de Bellas Artes, se debe, según explicó Castiñeiras, a «su sinceridad, honestidad, sencillez y humildad y, sobre todo, a que sigue siempre la estela de Jesús, que tuvo como predilectos a pobres y enfermos». Al finalizar los discursos, el presidente impuso la medalla e hizo entrega del diploma acreditativo al arzobispo.

PARTICIPACIÓN

Entre los asistentes, estuvieron presentes el presidente del Instituto de las Academias de Andalucía, Benito Valdés; el director de la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras, Rafael Valencia; la presidenta de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría y Marquesa de Méritos, Isabel de León; el presidente de la Real Academia Sevillana de Legislación y Jurisprudencia, Antonio Moreno Andrade; el rector de la Universidad de Sevilla (US), Miguel Ángel Castro; el teniente general jefe de la Fuerza Terrestre del Ejército de Tierra, Juan Gómez de Salazar; el director de Enseñanza, general de división del Ejército del Aire, Pablo José Castillo; el obispo auxiliar de Sevilla, Santiago Gómez Sierra; el arzobispo de Bilbao, Mario Iceta; el presidente del Colegio de Médicos de Sevilla, Juan Bautista Alcañiz; el presidente del Grupo Morera y Vallejo, Antonio Morera Vallejo, y su esposa, Chary Maldonado.

El acto concluyó con la solemne escucha de los himnos de Andalucía y de España.