Sevilla aún cuenta con vestigios de la dictadura franquista. En concreto, la capital hispalense alberga más de medio centenar de elementos que homenajean a militares del régimen. Desde calles hasta placas, pasando por farolas, escudos, lápidas, retablos, azulejos, murales o incluso los nombres de algunos colegios de la ciudad, son parte del listado de las asociaciones memorialistas que reclaman que se borre por completo la simbología franquista de las calles.
Hasta la fecha, el Ayuntamiento de Sevilla ha borrado de la mayoría de sus calles los rótulos que incumplían la Ley de Memoria Histórica, que data de 2007. A pesar de que el pleno municipal aprobó un año más tarde la eliminación del callejero franquista, no ha sido hasta casi 10 años después cuando la ciudad ha completado con lo acordado. Así, desde 2016, el gobierno local de Juan Espadas, ha ido modificando el nomenclátor de los viales. Un proceso que culminó a comienzos de este año con el cambio de la calle Somosierra en Torreblanca que pasó a llamarse Concepción Reina Peláez a petición de los vecinos. Sevilla decía así por fin adiós a su pasado franquista.
Al menos en parte pues, según denunció ayer IU, y atendiendo al catálogo de vestigios de la dictadura con el que cuentan las asociaciones memorialistas, aún siguen existiendo otros muchos elementos que además debían haber sido suprimidos antes del pasado día 3 de abril, día en el que se cumplía el plazo de 12 meses dado por la Junta de Andalucía a los consistorios para dar cumplimiento a la Ley andaluza de Memoria Histórica aprobada el año pasado por el Parlamento.
La concejal de IU, Eva Oliva, denunció ayer la «pasividad» del gobierno de Juan Espadas. De ahí que «estemos expuestos a las sanciones económicas y a la pérdida de ayudas públicas». El balance que Oliva hace del primer año de esta ley es «bastante decepcionante». «Compartimos y entendemos el desánimo que empieza a cundir en el movimiento memorialista a cuenta de esta situación», apuntó la edil de IU, quien criticó el «ninguneo» que sufre la Mesa de Participación de Memoria del Ayuntamiento y reclamó el cumplimiento de los acuerdos; la señalización de los Lugares de la Memoria; la dignificación de las fosas comunes del cementerio; o la creación de un lugar de uso para las asociaciones memorialistas en la antigua Cárcel de La Ranilla.