Facebook Twitter WhatsApp Linkedin Copiar la URL
Enlace copiado
Actualizado: 04 may 2018 / 08:34 h.
  • Dos turistas fotografían la Giralda de Sevilla. / Manuel Gómez
    Dos turistas fotografían la Giralda de Sevilla. / Manuel Gómez

Sevilla sigue inmersa en lo que parece una eterna primavera turística y así lo corrobora una afluencia de visitantes que no tiene techo. Pero, conforme gana en visitantes, también le afloran las críticas al modelo. Primero los hoteleros, quejosos por la proliferación de pisos turísticos; luego las advertencias de masificación y, por último, la denuncia de partidos, como el PP, que afearon que el turismo low cost haya derivado en una «proliferación de las despedidas de soltero» en el casco histórico.

De todo ello se rebeló ayer el gobierno municipal, que no quiere que el «motor económico» de la capital hispalense gripe con estas quejas y más a las puertas –será en 2019– del enorme escaparate que supone la celebración del World Travel & Tourism Council (WTTC), la cumbre por excelencia de la industria turística mundial. La defensa del modelo llegó a través del delegado de Hábitat Urbano, Turismo y Cultura, Antonio Muñoz, que recriminó a todo aquel que «quiera manchar el buen momento turístico» de la capital hispalense. Y, al respecto, fue tajante al comparar ciudades. «Sevilla no es Montecarlo ni Venecia ni Magaluf», resumió Muñoz para reivindicar que su modelo turístico es variado. Con ello, aclaró que la ciudad ni está basada –ni pretende– en el lujo como sí ocurre en la capital del Principado de Mónaco; ni está masificada como la denominada ciudad de los canales, ni «se fomenta el turismo de borrachera como dice el PP». De hecho, Muñoz replicó que de ser así la tendencia, no habría firmas interesadas en abrir hoteles de cuatro o cinco estrellas en la ciudad.

Sí se mostró más serio con la queja, ya extendida, de proliferación de los pisos turísticos. Un fenómeno que, aunque mantienen que sigue sin ser de extrema gravedad como en otros territorios, aseguró que el Consistorio hispalense «está trabajando desde el minuto 1». Para dar fuerza a esa afirmación, expuso como prueba que ya se ha hecho un diagnóstico de la situación que señala zonas de Triana y Casco Antiguo como las más afectadas por la utilización de viviendas para fines turísticos. Aunque Muñoz aclaró que la capacidad sancionadora es limitada, ya que es competencia de la Junta de Andalucía –no como la ciudad de Barcelona, a la que la Generalitat sí le ha otorgado la capacidad para multar–. De todos modos, señaló que, pese a ese escaso margen, recordó la moción recientemente aprobada en el pleno –a expensas de IU–, en la que el gobierno municipal se comprometió a la elaboración de una ordenanza urbanístico-turística, que permita endurecer la presencia de pisos turísticos y establecer «una zonificación» de este tipo de apartamentos, para evitar aglomeraciones. O dicho de otro modo, poner coto en determinados sitios en los que la masificación de viviendas turísticas esté cerca del límite deseable para la convivencia de los vecinos. Al respecto, el delegado añadió que no le gusta esa «mezcolanza» de que, en un mismo bloque, haya viviendas residenciales con otras que sean de uso turístico.