¿Ha decidido finalmente venir a conocer la Semana Santa de Sevilla? Pues ha hecho muy bien, ya que se trata sin lugar a dudas de algo que se debe hacer al menos una vez en la vida. Así, espero que los humildes consejos que podrá leer en este artículo le puedan servir de inspiración a la hora de disfrutar de este histórico festejo, el cual representa apasionadamente el amor del hombre por la Pasión de Cristo, durante unos días mágicos en los que se mezcla todo; el luto y la alegría, el fervor religioso y la tradición, o la imaginería barroca y la gastronomía.
Como brevísima información general, las diferentes hermandades se dirigen en imponentes cortejos procesionales desde sus templos hasta la Catedral, para luego regresar. Dichos cortejos están compuestos tanto por patrimonio humano (nazarenos, penitentes, monaguillos, etc.) como por valiosas y veneradas imágenes religiosas, las cuales son portadas en pasos. Normalmente cada cofradía o hermandad lleva dos: un paso de Cristo, en el que nos podemos encontrar con crucificados o con misterios, cuando existen diversas figuras que representan una escena de la Pasión de Jesús. Y un palio, en el que una Dolorosa, como se nombra a las Vírgenes, se sitúa bajo un palio ricamente bordado.
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La Semana Santa día a día. Recomendaciones
La semana comienza con el Domingo de Ramos, un día grande en el que se respira la ilusión de la gente que ha esperado pacientemente durante todo el año. Para comenzar la jornada, nada mejor que acudir al Parque de María Luisa para ver a la Virgen de la Paz en su camino a la Catedral; es espectacular su manto blanco, donde se refleja la luz del mediodía que se cuela entre las ramas y las hojas de los árboles. También es muy bonito ver a la Hermandad de la Amargura poco después de salir, para así disfrutar del emocionante momento en el que las hermanas de la Cruz le cantan a la Virgen desde su convento, situado en la calle Santa Ángela. Y si aún le quedan fuerzas, le aconsejo acudir a la plaza de los Terceros para ver entrar los 3 pasos de la Hermandad de la Sagrada Cena, entre un mar de saetas. El primero de ellos es un auténtico prodigio, con todos los apóstoles representados en el instante de la Última Cena. Por cierto, si se quiere tomar algo en un sitio especial, muy cerca se encuentra El Rinconcillo, el bar más antiguo de Sevilla.
El Lunes Santo es uno de mis días preferidos. Por ejemplo, porque sale a la calle el misterio de la Hermandad de Santa Marta; le recomiendo ver esta armónica representación del traslado de Cristo yacente a su salida de la parroquia de San Andrés, acompañada del tañido de las campanas. También me parece muy interesante la sencillez del cortejo de la cofradía de la Vera-Cruz, la cual cuenta con el Cristo más antiguo de nuestra Semana Santa (siglo XVI); es muy bonito verla entre los muchos naranjos plantados junto a la Iglesia del Dulce Nombre de Jesús, desde donde sale. Y para contrarrestar la sobriedad de las dos citadas anteriormente, le aconsejo contagiarse con la alegría que desprende la Hermandad de El Rocío cuando viene de recogida por la plaza de San Leandro.
El Martes Santo es una jornada en la que se puede admirar una de las tallas más sobrecogedoras, la del Cristo de la Buena Muerte de la Hermandad de Los Estudiantes. Su figura reflejada en las murallas de los Reales Alcázares hará que valgan la pena los agobios y pisotones que haya podido recibir en el tiempo de espera. Por otro lado, es espectacular la salida milagrosa de los pasos de la Hermandad de San Esteban por la estrechísima puerta de su homónima y antigua iglesia; se le pondrán los pelos de punta al ver como consiguen algo que a priori parece imposible. Y aunque haya que alejarse del centro, es muy bonito ir a los barrios donde aguardan con ilusión el regreso de sus veneradas imágenes, como en el caso de las Hermandades del Cerro del Águila y de San Benito.
El Miércoles Santo se pueden ver en la calle una gran cantidad de crucificados. Por la magnífica talla del Cristo, además de por la sencillez de su cortejo, me gusta mucho ver la Hermandad del Cristo de Burgos, preferentemente a la salida y la entrada de la Iglesia de San Pedro, templo donde el genio de la pintura Diego Velázquez fue bautizado. También me parece espectacular la cofradía de San Bernardo en su regreso, frente al Parque de Bomberos situado en su barrio; en un emocionante momento, algunos de sus integrantes se suben a una grúa para desatar al paso de las imágenes una lluvia de pétalos de flores. Y como no el espectacular andar del paso de Cristo de la Hermandad de los Panaderos; me gusta especialmente en la Cuesta del Bacalao, donde se congrega una multitud desde mucho tiempo antes de su llegada.
Espero querido lector que leer estas líneas le sirva de ayuda. En el caso de que usted siga en Sevilla hasta el final de la semana, o venga a la ciudad para disfrutar de los últimos días de este maravilloso festejo, sepa que el próximo jueves podrá leer la continuación de este artículo, con más consejos e información sobre la segunda mitad de nuestra Semana Santa