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Actualizado: 10 mar 2018 / 23:05 h.
  • El blindaje contra las inundaciones
    Los trabajos del depósito de retención de aguas pluviales que se desarrollan en Kansas City estarán finalizadas a finales de este año.
  • El blindaje contra las inundaciones
    Se emplearán dos toneladas de acero y 27.800 metros cúbicos de hormigón. / Jesús Barrera
  • El blindaje contra las inundaciones
    El depósito, de planta rectangular, estará subdividido en tres compartimentos. / Jesús Barrera
  • El blindaje contra las inundaciones
    Las obras tienen una duración de 15 meses e implicarán la reurbanización de la zona. / Jesús Barrera
  • El blindaje contra las inundaciones
    Vista aérea del estado de la Alameda de Hércules cuando se realizaban las obras del depósito de retención de aguas de lluvia. / El Correo
  • El blindaje contra las inundaciones
    El depósito de la Alameda usó un antiguo túnel realizado en los 70 para la puesta en marcha del Metro. / El Correo

Desde hace varias semanas, Sevilla se encuentra casi a diario bajo un manto de agua y viento cuya virulencia ha llegado a originar múltiples incidencias en la capital hispalense como la caída de ramas, el desprendimiento de toldos o diversas anegaciones en algunas vías. Precisamente esto último es lo que pretende solventar el Ayuntamiento con la infraestructura que desde agosto construye en Kansas City: un depósito de retención de aguas pluviales, o lo que popularmente se conoce como tanque de tormentas.

El de San Pablo, el segundo de la capital hispalense, vendrá a solventar las inundaciones que se produzcan no solo en el área más cercana a la infraestructura sino también otras zonas de Sevilla. Y es que con el tanque de tormentas, que tiene un presupuesto de 21 millones, se aliviarán las tuberías que recogen el agua del cauce del Tamarguillo. Un arroyo que comienza en la zona donde se localiza el parque que lleva su nombre, en Alcosa, y cruza parte del distrito Macarena Norte así como parte de Nervión, San Pablo, Santa Justa, Cerro Amate y Sur.

Bien es cierto que la capital hispalense ha ido mejorando, gracias a los trabajos de actualización de las redes de Emasesa, el drenaje de las escorrentías generadas por grandes lluvias, muy atrás quedan imágenes de la ciudad realmente anegada sobre todo en las zonas más bajas de la ciudad como la Alameda de Hércules. Sin embargo, el blindaje de las cuencas y subcuencas que cruzan la ciudad sigue resultando fundamental. Así, hace años el Consistorio hispalense se planteó realizar diversos depósitos de retención de aguas pluviales en puntos clave para blindar la cuenca del Tamarguillo. De esta manera es como se puso sobre la mesa allá por 2009 la posibilidad de construir un tanque en Luis Uruñuela, en Sevilla Este, que ha quedado aparcado tras su paralización, así como en los terrenos localizados frente al pabellón de San Pablo, donde empezaron las obras el pasado mes de agosto.

«La ubicación de este tipo de infraestructura suele situarse cerca del principio de la cuenca, dentro de las opciones disponibles, para que recoja la mayor cantidad de agua posible», explica José Luis Gil Bruno, responsable de Emasesa. En este caso, el depósito recogerá el agua de los polígonos industriales Calonge y Store, San Pablo, Tesalónica, Los Arcos... así como todo el entorno hasta el cruce de Montesierra con la SE-30. «Cuando esté en funcionamiento inundaciones como las que se vivieron en Los Arcos hace unos años no volverán a suceder».

25 piscinas olímpicas

La fórmula para evitar que se desborden las tuberías que discurren por la ciudad es sencilla a la par que eficaz. Cuando se producen episodios de lluvia importantes como en el caso de Emma cuando los embalses llegaron a recoger 130 hectómetros cúbicos, lo que equivale a más de un año de consumo de agua en Sevilla y su área metropolitana, estos depósitos se ponen en funcionamiento y ayudan a que las tuberías no se colapsen desviando a los tanques el agua que no pueden asumir las canalizaciones. De esta manera, se alivia el sistema y, una vez pasa el periodo de lluvias, se libera de nuevo el agua almacenada a las tuberías. En el caso de Kansas City, que tiene una capacidad total de 63.300 metros cúbicos, 41.100 metros cúbicos útiles, equivalente a 25 piscinas olímpicas.

«La cuenca del Tamarguillo tiene 1.500 hectáreas. Este depósito afecta a 230 hectáreas y toda la lluvia que caiga en ese terreno es susceptible de entrar en el tanque», explica Gil Bruno. Los cálculos con los que trabaja Emasesa apuntan a que en un periodo de retorno (tiempo en que aparecen lluvias) de 25 años, el «caudal pico» será de 11.000 litros por segundo y esa es precisamente la capacidad de entrada de agua que tendrá el depósito. Según estos cálculos, sería necesario un tanque con una capacidad de 37.000 metros cúbicos, «se ha hecho para 41.000 metros cúbicos para tener un buen margen». Con estas cifras se situará como la infraestructura de este tipo más grande de la ciudad, por delante de la Alameda.

El depósito, de planta rectangular, tiene una altura de 174 metros de longitud, 40 metros de ancho y una profundidad media de 9,5 metros. La solera tiene inclinaciones para poder sacar el agua con más facilidad y está subdividida en tres partes –mediante muros de cuatro metros– con la idea de que el agua se vaya acumulando en ellas de manera progresiva consiguiendo así que sea más sencilla la salida posterior mediante un conjunto de bombas de extracción. El tanque cuenta también con sistema de limpieza, que se realizará tanto mediante torbas como manualmente.

Pero para que todo esto sea una realidad aún quedan unos meses. Actualmente los trabajos se centran en consolidar los muros que acogerán el futuro depósito, donde trabajarán un máximo de 80 personas. Para ello se instalan muros de hasta 22,5 metros hacia abajo, «hasta llegar al terreno firme». A partir de entonces, se retirará poco a poco el suelo colocando vigas progresivamente para terminar instalando el tanque. «Todo quedará bajo tierra y los vecinos no verán nada más que la zona reurbanizada que se ha acordado con ellos», apunta Gil Bruno.

Prueba de que esto es la infraestructura que se encuentra instalada en el corazón de la Alameda de Hércules. Es probable que las nuevas generaciones desconozcan la fisonomía que tenía la que ahora es una de las zonas más frecuentadas por los sevillanos. Emasesa decidió emplear uno de los túneles realizados en los 70 para la puesta en funcionamiento del Metro para albergar el primer depósito de la capital hispalense, que comenzó a funcionar a finales de 2008. Gracias a este tanque circular, de 24 metros de profundidad, se evitaron las inundaciones que azotaban este área.

Viejos y nuevos proyectos

Una vez que se puso en funcionamiento, los estudios de la empresa municipal de aguas señalaron la necesidad de que la ciudad contara con más infraestructuras de este tipo. Kansas City y Sevilla Este fueron las apuestas después de barajar hasta cinco localizaciones. La inversión total sería de 30 millones para tratar de contener el Tamarguillo y mejorar la resistencia de los polígonos industriales de Store, Calonge, Su Eminencia, Aeropuerto o Hytasa. El primero estaba proyectado exactamente donde se está ejecutando años después, frente al pabellón de San Pablo, y el segundo, previsto bajo la calle Gruta de las Maravillas, en las inmediaciones de Luis Uruñuela, se topó con el rechazo vecinal. Una negativa que llevó a que el pleno municipal a paralizar las obras, que contaban incluso con financiación europea.

Pasados los años, Emasesa ha rescatado el proyecto de Kansas City y, siguiendo el espíritu de la Alameda, se ha recurrido a un espacio donde había pistas deportivas y zonas de aparcamiento, para construir esta infraestructura. Si bien, la ciudad sigue necesitando más depósitos de este tipo. Por ello, se plantean nuevas construcciones en otros puntos de la ciudad. En concreto, tiene en estudio un total de tres nuevos depósitos en la provincia, que se sumarán a los de Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra, Alameda y Kansas City. Además de un nuevo tanque en Dos Hermanas, se construirán otros en Miraflores y en el recinto ferial. Para ello, la empresa metropolitana ha solicitado un préstamo a CaixaBank de 58,5 millones de euros que terminará de pagar en 2028.