Decía Canal Sur a primera hora de la mañana que esta sería la primera ocasión en la historia del acto institucional por el 28F en el que no participara al menos un ministro. Así fue. Ni rastro del Ejecutivo Rajoy en el teatro Maestranza, ni siquiera el sevillano Zoido, con agenda repleta de sevillanía, apareció por unos lares que conoce a las mil maravillas, supuestamente atareado con los problemas que pueda derivar la tormenta –literal– de agua y nieve que asuela el país.
En una ciclogénesis perpetua parecía que vivía el PSOE de un tiempo a esta parte. Sánchez escogió el Día de Andalucía para volver a hacer acto de presencia en el territorio de Díaz, y lo hizo con todo boato: entrada triunfal en el hall con locutazo cañero a Rajoy en el photocall y protagonismo en primera fila del teatro, en medio del Consejo de Gobierno que acaparaba las plazas de honor en el público. Sin embargo, el paso de Pedro Sánchez por Sevilla no dio por resultando una foto con la presidenta andaluza, con quién no coincidió. El secretario general venía acompañado por sus soldados andaluces: Celis, José Antonio Rodríguez –alcalde de Jun– y Carmen Calvo, además de Ábalos, a quién se le vio departiendo con su homólogo andaluz Cornejo. Sí tuvo tiempo el líder federal socialista para elogiar el espíritu andaluz y arrimar el codo en materia de financiación: «la propuesta de Díaz es muy positiva».
También en las primeras filas aparecían presidentes de otra época, como de la Borbolla o Escuredo, aunque ni Chaves ni Griñán fueran de la partida. Los expresidentes son defendidos a diestro y siniestro por el PSOE-A, pero a la hora de la verdad, aún no aparecen en los grandes fastos. De la oposición, solo la derecha: Juanma Moreno y Juan Marín, que aunque sus partidos se lleven como el perro y el gato, ambos comparten el gusto por este acto. Tanto Maíllo como Rodríguez acudieron a las manifestaciones de la calle.