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Actualizado: 21 ene 2018 / 23:12 h.
  • El punto negro está en las motos
    Un motorista espera en la zona habilitada para solo motos. Los accidentes mortales con estos vehículos se han disparado en el último año en la provincia. / Jesús Barrera

Perdió el control de su quad y falleció de la colisión. El fallecimiento de este joven de 23 años en Herrera fue el epílogo de un año que las carreteras sevillanas han salvado los muebles, conteniendo el repunte de víctimas mortales que se padeció en 2016 y, sobre todo, una tendencia nacional al alzar que arrojó el peor año en las carreteras desde 2012. Sin embargo, pese al descenso registrado en Sevilla –que no se dio, por ejemplo, en provincias limítrofes–, ha surgido un nuevo punto negro, no habitual en este viario: el incremento de los fallecidos en moto, que antaño se circunscribía, y de manera puntual, en rutas moteras, como la antigua Vía de la Plata (N-630) o la puerta de acceso a la Sierra Norte (la A-432, que conecta Cantillana con El Pedroso) y que ahora se ha generalizado tanto en vías convencionales como en autovías.

La radiografía inicial –los datos son provisionales– de la Dirección General de Tráfico (DGT) muestra que se han contabilizado el mismo número de accidentes mortales en las carreteras sevillanas (31) que en 2016, aunque la diferencia ha estado en el desenlace, con 35 fallecidos frente a los 37, lo que supone una reducción de la siniestralidad vial del 5,4 por ciento, pero que está lejos de los 25 detectados en 2015.

Sin embargo, los implicados y, sobre todo, el tipo de vehículo, difiere. Solo se registró un accidente mortal con ciclistas de por medio, dos con peatones y tres con camiones o vehículos articulados –en este caso, se incluye un tractor cuyo remolque volcó en su finca de Morón de la Frontera–. En esta lista, los siniestros con turismos, como es lógico por su masiva presencia, es el que lidera la luctuosa estadística con un total de 20 muertos a lo largo de 2017. Sin embargo, los accidentes con moto causaron ocho fallecidos, cerca de una cuarta parte de todos los de la provincia. Y, lo que es peor, con cifras no vistas en años. Para muestra un botón: antes de la alarmante cifra de 2017, las carreteras sevillanas habían contabilizado diez fallecidos en el lustro 2012-2016. El peor de estos años fue 2012, con cuatro.

La mayoría de estos accidentes se produjeron en colisión entre la motocicleta con vehículos o camiones, en el que el primero parte en clara desventaja. Es el caso del fallecido que chocó con un camión entre Bellavista y Dos Hermanas (SE-3206) el pasado 20 de diciembre. También el impacto con un camión causó, el pasado 20 de agosto, la muerte a un hombre y una mujer que circulaban en moto en la A-363, en Pruna. En término de Los Palacios y Villafranca, de hecho, se han contabilizado dos motoristas perecidos en accidentes: uno que colisionó con otra moto en la avenida de Los Palacios y una colisión, el pasado 13 de octubre, en la carretera SE-9023.


Carreteras convencionales

Los ejemplos citados tienen un nexo en común: todos se dieron en carreteras convencionales. Los datos aportados por la DGT reflejan que el 62,86 por ciento de las víctimas (22) se produjeron en este tipo de vías, frente a los 12 que perecieron en autovías sevillanas y una única víctima que perdió la vida en la autopista. En concreto, un motorista que se salió de la vía en la A-49 a la altura del peligroso cruce de la Pañoleta, en término de Camas.

Las causas de los accidentes en la provincia se concentran en dos factores, que aglutinan el 90 por ciento de los casos: la conducción distraída o desatenta, que es el primer factor de fallecimiento al volante, con un 48,4 por ciento; y la velocidad inadecuada, que supone un 41,9 por ciento de los casos contabilizados de manera provisional por la DGT. Tras ellos, le sigue el factor de cansancio o sueño, que se produce en el 9,7 por ciento de las ocasiones. El resto tan solo se han producido de manera puntual en las carreteras sevillanas, con el balance de un muerto: adelantamiento antirreglamentario, irrupción de peatones o animales, conducción temeraria o incluso por una enfermedad figuran en esta lista de causas.

El balance también se desgrana por meses. Desgraciadamente no quedó ni uno en 2017 exento de fallecidos. Eso sí, los peores meses fueron abril, con seis accidentes que dieron como resultado siete fallecidos, seis heridos graves y tres leves; y noviembre, con cinco accidentes en el que perdieron la vida siete personas y resultaron heridos graves otras dos. En el total del año, todos los accidentes con fallecidos en la provincia dejaron además 16 heridos de gravedad y nueve más de pronóstico leve, según Tráfico.