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Actualizado: 05 ene 2018 / 00:27 h.
  • La ‘noche de Reyes’ más rara y mágica de Alcalá de Guadaíra
    El Rey Melchor se afana con fuerza para no dejar a ningún niño sin caramelos en Alcalá de Guadaíra. / A.G.
  • La ‘noche de Reyes’ más rara y mágica de Alcalá de Guadaíra
    El Baltasar alcalareño también mostró buenas maneras. / A.G.

Sus Majestades los Reyes de Oriente, Melchor, Gaspar y Baltasar, tuvieron su noche grande en Alcalá de Guadaíra. Adelantada y no exenta de polémica, pero llena de grandes emociones para pequeños y mayores, al fin y al cabo. Aunque con cielo nublado, las cosas no le han podido venir más propicias a la Asociación de Amigos de los Reyes Magos, organizadora de esta cabalgata del centro, en un día extraño pero mágico, en el que no solo se evitaron las temidas fuertes lluvias, también el frío fue benévolo y el pueblo de Alcalá salió en masa a la calle, registrándose, a falta de datos oficiales, una «mayor afluencia que en años anteriores».

Fue Alcalá la primera de las tantísimas cabalgatas de la provincia que decidió adelantar su salida a este día 4 de «rara Noche de Reyes», huyendo de los pronósticos negros de nubes, y el feliz desenlace de su cortejo fue sin duda el mejor cierre para la polémica. La más antigua de las cabalgatas alcalareñas, con 59 ediciones a sus espaldas, decidió apostar por este adelanto que hasta ahora nunca se había hecho (sí se había retrasado al día 6 en dos ocasiones), por mor de salvar esta noche mágica para los niños, y pese al aluvión de críticas, se han salido con la suya. El hecho además de adelantarse con respecto a otras localidades, ha favorecido una importante afluencia de visitantes de toda la comarca gracias al efecto llamada.

El itinerario de sus Majestades y la Estrella de la Ilusión comenzó pronto, pasada la una de la tarde, en el Santuario de Nuestra Señora del Águila, para continuar fiel a su cita, en el abarrotado patio del Ayuntamiento, donde Ana Isabel Jiménez, alcaldesa de Alcalá, les entregó la «llave de oro de la ciudad». Fiel al espíritu solidario de esta cabalgata, en poco más de dos horas se llevó la alegría de esta comitiva a la Residencia de Ancianos La Milagrosa, el Convento Hermanas Clarisas, la Residencia de Ancianos Geriatros, la Residencia Cristo de la Salud, la UED Las Moreras y la Residencia de Mayores Guadaíra Nueva Alcalá.

Y a las cinco en punto, tal y como se anunció, el cortejo se echó a las calles de Alcalá, con veinte carrozas, cinco bandas de música y cientos de beduinos, para una comitiva en total formada por un millar de personas. La carroza de la Estrella (Cristina Ortiz), precedida por la Banda de Cornetas y Tambores Santa María de la Victoria, de Málaga, y sus beduinos, abrían la comitiva, completando su tramo tres carrozas de benjamines. Tras la Banda Académica de Música Nuestra Señora del Águila, de Alcalá de Guadaíra, desfilaba la Carroza del Gran Visir, este año encarnado por Enrique Oliver, y su cortejuelo de carrozas que se interrumpían con los beduinos del primero de los reyes, Juan Miguel Domínguez Cansino, Melchor.

Tras las cuatro carrozas que completaban el tramo del monarca, una nueva agrupación musical, la Banda de Cornetas y Tambores Nuestro Padre Jesús del Soberano Poder, también de Alcalá, y los respectivos beduinos del Rey Gaspar (Manuel Alba Huéscar), seguido a su vez por otras cuatro carrozas. Mención especial merece la última de las bandas, la Agrupación Musical Santísimo Cristo de la Bondad, también de Alcalá de Guadaíra, que levantaba a su paso unánimemente a niños y padres. Y cerraba el real cortejo Jesús Quesada González, este año en la piel de Baltasar.

Con apenas reseñable retraso, la comitiva enfiló de nuevo la calle Escultor Duque Cornejo, donde Sus Majestades encerraron las carrozas. Pero no acabó ahí la labor de los mágicos de Oriente, que tras ello se desplazaron hasta la sede del Colegio Salesiano Nuestra Señora del Águila, donde varias decenas de niños recibieron lotes de juguetes de las propias manos de los Reyes Magos.