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Actualizado: 18 sep 2022 / 10:14 h.
  • Toromedia
    Toromedia

Una mano de pintura y dos de voluntad obraron el milagro que la verborrea política confiaba a no sé qué proyectos faraónicos de los que se venía hablando casi una década. No, no hacían falta tantas historias para no dormir. Un rodillo y un palaustre –y menos cuentos- han bastado para reabrir las puertas del clásico coso de Pinichi, aquella plaza de “los carteles de lujo” que marcaba el inicio de la temporada en las recordadas corridas del 28 de febrero. También hacía falta un empresario que se echara para adelante.

Y ha sido Pedro Pérez Chichote el que ha puesto el último cascabel a este gato rodeando de carácter de reinauguración a este festejo mixto por más que el pasado mes de mayo se celebrara la triunfal encerrona de Jaime González-Écija, promesa local que hace un mes escaso decidía colgar el traje de luces. Atrás quedan siete largos años de inactividad y abandono de uno de los recintos de mayor tradición e historia taurina de la provincia de Sevilla. Esperemos haber escarmentado.

Los teletipos y estadísticas hablarán de la doble salida a hombros de Hermoso y Finito de Córdoba pero en honor a la verdad hay que resaltar que el mejor toreo de la sabatina lo firmó Ángel Jiménez a pesar de algunas carencias técnicas que puede y debe resolver. Pero el poso, la calidad, la memoria, el desmayo y la ilusión los puso el diestro ecijano que además se presentaba como diestro de alternativa en la plaza de su tierra, la misma en la que dio sus primeros pasos profesionales.

Jiménez se iba a entregar a tope con el exigente e importante tercero en una faena rítmica, iniciada de rodillas, en la que brilló su toreo expresionista, especialmente cuando se echó la muleta a la mano izquierda para trazar unos naturales de altísima nota que le habrían servido para cortar una oreja de peso. La espada iba a emborronarlo todo.

Decidido a amarrar el triunfo, Jiménez se marchó a la puerta de chiqueros para recibir al sexto con una accidentada larga de rodilllas a la que siguió otra en el tercio antes de formar un auténtico alboroto toreando a la verónica con garra, ritmo y expresión, abrochando con una media desmayada. Jiménez tuvo que sobreponerse a las dificultades de un animal que lo quería todo largo, muy por abajo, para aprovechar las inercias de una embestida exigente que bordeaba la violencia. Cuando el diestro ecijano supo verlo, espatarrado y hundido en la arena, la faena tomó otro rumbo con toro y torero enhebrados en un intenso trasteo en el que la belleza ganaba a la perfección. La espada tampoco iba a funcionar esta vez y la agonía del animal se prolongó mientras se porfiaba por atronarlo. El palco concedió un trofeo aunque le pidieron los dos. Era el triunfador moral de la tarde.

Había roto plaza el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza que cuajó una labor de menos a más que subió de tensión en un notable tercio de banderillas perfectamente enhebrado al ritmo y el temple del ejemplar de Bohórquez, al que toreó a dos pistas a la salida de las suertes. El navarro se ciñó con las cortas y fue certero con el rejón de muerte cortando las dos primeras orejas de la tarde. El cuarto, muy en Murube, se dañó una mano en el primer rejón de castigo pero el palco lo mantuvo en el ruedo. Fue un animal al que le faltó un tranquito para culminar las suertes de una labor mucho más esforzada en la que Hermoso apuró terrenos y distancias para poner la intensidad que le faltaba al toro. El rejón de muerte tardó en entrar enfriando el triunfo.

Finito de Córdoba lidió un primer 'fuenteimbro' que se empleó en el único puyazo que tomó pero planteó algunas dificultades en banderillas antes de que su matador, sin andar del todo a gusto, trazara una faena de toques fuertes y trazo grueso que no terminó de apurar las posibilidades que ofrecía por el pitón izquierdo. A pesar de todo fue premiada generosamente con las dos orejas.

El quinto, de bonitas hechuras, no acabó de permitir a Finito estirarse con la capa. El animal no se desplazó mal en el quite del sobresaliente Juan Millán y Finito hizo un insólito y triple brindis compartido: al banderillero ecijano Joselito Gutiérrez, vestido de paisano en el callejón; al público y al antiguo mozo de espadas Raúl Fijo, que presenciaba la corrida desde el tendido. Pero había que ponerse a torear y el diestro de Sabadell lo intentó, porfiando por sujetar en los medios una embestida de fondo rajado y acobardado que iba a brindar escasísimas opciones de lucimiento por más que esbozara algún apunte. Era imposible.

FICHA DEL FESTEJO

Ganado: A caballo se lidiaron dos toros de Fermín Bohórquez, templado y con ritmo el primero; más remiso el cuarto. A pie salieron cuatro ejemplares de Fuente Ymbro, correctamente presentados. Tuvo un buen pitón izquierdo el segundo; importancia y buen fondo el tercero; resultó absolutamente rajado el quinto y exigente el sexto.

Actuantes: El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, con casaca alpaca y plata, dos orejas y ovación

Finito de Córdoba, de negro y azabache, dos orejas y palmas

Ángel Jiménez, de celeste y azabache, ovación y oreja con petición de la segunda tras aviso

Incidencias: La plaza registró media entrada –la sombra llena y el sol desolado- en tarde de calor soportable. Actuó como sobresaliente Juan Millán. José Muñoz y El Tano saludaron tras banderillear al quinto.