La de este jueves ponía un punto y aparte en el serial de novilladas picadas incluidas en el abono sevillano. Aún habrá un séptimo y último festejo que la empresa, con acierto, ha retranqueado a las vísperas de San Miguel. El cartel permanece en blanco y reunirá a los novilleros triunfadores de la temporada, más allá de lo acontecido en Sevilla. Eso sí: el marcador sevillano se cerró ayer con la oreja que cortó Kevin de Luis que enseñó retazos de personalidad y ciertas dosis de valor para sobreponerse a las asperezas del encierro de los antiguos ‘pablorromeros’ que, una vez más, se quedaron en su fachada arqueológica.
Resumen Maestranza 21 Junio 2018 internet from Maestranza Pagés on Vimeo.
Kevin de Luis, de alguna manera, resume el panorama en el que navega la novillería de hoy. Ya anda más cerca de los treinta que de los veinte y después de cinco temporadas en el escalafón, era nuevo en Sevilla. El novillero de Bollullos se encontró con un novillo, el segundo, que iba y venía sin humillar nunca. Lo bregó bien Curro Robles y Kevin supo llevarlo con buen trazo y firmeza, especialmente sobre el pitón izquierdo. El muchacho también enseñó un aire añejo con la muleta en la derecha antes de sufrir una fortísima y doble voltereta de la que salió con el vestido destrozado. El percance animó al público a pedir, y obtener, la oreja de su enemigo.
De Luis volvió a dejar una grata impresión con el deslucido quinto, al que recibió en una complicada portagayola que le obligó a tirarse al suelo. Kevin no tiene mal aire con el capote pero volvió a mostrar entrega y personalidad toreando a ese ejemplar mirón, de embestidas cortas con el que estuvo mejor que como merecía. La estocada cayó algo desprendida. La impresión, en cualquier caso, fue buena.
Curro Durán era el más antiguo del cartel. El novillero utrerano sorteó en primer lugar un ejemplar remiso y desclasado al que acertó a provocar en una serie con mérito, tapando siempre todos los defectos de su enemigo, que no tuvo continuidad. El cuarto, había sido el de embestida más formal hasta ese momento. Durán enseñó su buen corte capotero y se mostró correcto con él antes de que el animal echara el freno. Poco más.
Aquilino Girón, por su parte, tuvo que enfrentarse con un correoso tercero con aire y embestida de ‘victorino’ que reponía en todos los embroques. El animal se acabó orientando, especialmente después de la dura voltereta que propinó al novillero que debe mejorar con la espada. El duro y escurrido sexto pareció quedar algo maltrecho después de la suerte de varas. Después no regaló ni una embestida, pasando por allí con la cara alta y buscando bronca hasta poner en evidencia los pocos recursos del chaval, que se sobrepuso a sí mismo en los últimos compases de su faena cuajando los mejores y más entregados muletazos.
