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Actualizado: 29 sep 2021 / 21:30 h.
  • Luque navega en el naufragio
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No falla. Los dos miércoles de este largo, atípico y ansiado abono de San Miguel han respondido a la escasa química de las ternas elegidas y al escaso resultado de dos ganaderías –la de Santiago Domecq y Ricardo Gallardo- que gozan de una buena hoja de servicios en la plaza de la Maestranza. El día, perdido en medio de la semana laborable, ha certificado su maleficio una vez más en un festejo en el que, eso sí, volvió a sobresalir el excelente momento personal y profesional de Daniel Luque, el único que logró llegar a la orilla en medio del naufragio inevitable.

Falló, sí, la corrida de Fuente Ymbro. Pero también fallaron aptitudes o actitudes como la del diestro extremeño Antonio Ferrera que sumaba su segunda y última corrida en el ciclo sin terminar de concretar nada más allá de esa fachada un punto sobreactuada que se queda en nada cuando falta el verdadero contenido. Y es que el inmenso zambombo badanudo que abrió plaza –en mi pueblo le habrían puesto dos bolas de fuego en otro tiempo- tuvo sus cosas buenas aunque le costaba un mundo mover esa mole de pellejo, años, kilos y pitones. Ferrera anduvo por allí poniéndose sin ponerse ni decidirse a meterle mano de verdad. Hubo embestidas emotivas junto a algunas discontinuidades y la faena, ésa es la verdad, no fue a ningún sitio. Eso sí la estocada, que resultó corta y de fea colocación, fue fulminante. Ferrera iba a repetir el mismo guión con un espesito cuarto muy castigado en el caballo que, posiblemente, ofreció mayor y mejor rendimiento que el que logró el diestro pacense, que acabó impacientando al personal. Le esperan seis en Madrid. Pues a ver qué pasa.

¿Qué pasó con Perera? El otro extremeño del cartel se encontró con un segundo –el mejor hecho de toda la corrida- de pelo jabonero y carbonero al que templó con el capote hasta los medios. Lo banderilleó bien Ambel pero el bicho blandeó desde el primer muletazo sin poder tirar del esqueleto. La labor de Perera no iba a ninguna parte: los muletazos de acá para allá no tenían trascendencia y sólo quedaba coger la espada, que cayó pronto y bien. Muchas más dificultades iba a plantear el quinto, un ejemplar de fuertes querencias que puso las grupas en las tablas después de salir del caballo. Costó un mundo banderillearlo, poniendo a prueba a todos los hombres de la cuadrilla entre los que sobresalió, volviendo por sus fueros, el gran Curro Javier que firmó los dos mejores pares de la tarde. Había que sacar de su refugio al toro pero la faena, una vez más, iba a resultar insustancial por no decir insufrible. El toro no quería ni coger la muleta de verdad y la cosa, además, se acabó complicando con el acero.

Dejamos para el final lo mejor de la tarde. Luque anda puesto y dispuesto aunque su nombre quedaba un punto perdido en la fecha y el cartel. Habría merecido otros puestos. Ya los tendrá. El caso es que el diestro de Gerena formó un lío gordo parando con el capote al tercero en un macizo, largo, templado y preciso ramillete de verónicas que remató con sabor en las dos medias. Ese buen tono capotero se mantuvo en el quite por Chicuelo y en los lances que aún pegó después comprobando lo remisa que era la embestida del toro de Fuente Ymbro.

No importó: le sacó todo lo que tenía en una faena llena de garra, plena de autoridad y de excelente caligrafía en la que tuvo que solventar las continuas distracciones de su enemigo, que salía de todos los muletazos buscando a la familia por el tendido. A pesar de todo le iba a servir a Luque, que toreó con buen trazo sobre el pitón derecho antes de ponerse a resolver problemas por el izquierdo. Y le acabó pegando naturales. La faena estaba dicha y hecha cuando se fue a por la espada después de un pase de desdén. Tenía la oreja en la mano pero pinchó a la primera y la muleta quedó enredada en la testuz. Hubo que entrar de nuevo para cobrar un estoconazo al que le faltó contundencia hasta sonar un aviso. El sexto no le iba a dar esas opciones aunque volvió a mostrarse firmísimo, ensañándole los caminos, sujetándole cuando se quería ir hasta acabar apurando lo poco que tenía, muy metido entre los pitones. Fue el único superviviente del naufragio oceánico. El nombre de Luque cotiza al alza.

FICHA DEL FESTEJO

Ganado: Se lidiaron seis toros de Fuente Ymbro, desigualmente presentados y de feas fachadas en líneas generales. Tuvo cosas buenas el primero; se desinfló el segundo; sirvió a medias el distraído tercero; resultó espeso el cuarto; aquerenciado y mando el quinto y vacío de todo el sexto.

Matadores: Antonio Ferrera, de tabaco y oro, silencio y silencio

Miguel Ángel Perera, de brandy y oro, palmas y silencio

Daniel Luque, de nazareno y oro, ovación tras aviso y ovación de despedida.

Incidencias: la plaza registró un cuarto de entrada en tarde muy calurosa. Saludaron Javier Ambel y Curro Javier.