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Actualizado: 10 feb 2022 / 19:33 h.
  • El diestro de Gerena pasea las dos orejas de un toro de Miura en la pasada feria de San Miguel. Foto: Arjona-Toromedia
    El diestro de Gerena pasea las dos orejas de un toro de Miura en la pasada feria de San Miguel. Foto: Arjona-Toromedia

Seis ‘miuras’ para él solo. Es el gesto inesperado que ha trascendido este jueves –adelantado por El Mundo- otorgando un giro insospechado a la confección de unos carteles que se encuentran ya muy avanzados en sus líneas maestras pero que habrían encontrado otros escollos. En cualquier caso, el pronunciamiento de Manuel Escribano supone un volantazo fuera del guión que había marcado Ramón Valencia a la hora de poner en pie unos carteles, los de la recuperación de la normalidad taurina en la plaza de la Maestranza, que ya no deben tardar.

El torero había sido noticia hace escasas fechas a raíz del acto de donación del vestido de torear que lució la tarde que indultó al célebre ‘Cobradiezmos’, aquel bravo y codicioso ejemplar de Victorino Martín que se convirtió en el segundo toro indultado en la historia reciente de la plaza de la Maestranza. Escribano estuvo acompañado de su apoderado, el diestro retirado José Luis Moreno, que transmitió ese día a la empresa Pagés el ofrecimiento de su torero. La oferta, visto lo visto, no ha caído en saco roto...

Hay que recordar que Manuel Escribano formó parte de la nómina de triunfadores de la pasada Feria de San Miguel, un ciclo largo y atípico que sumó los carteles originales pensados para esa fecha con la temporada que no se pudo celebrar en primavera. El diestro de Gerena cortó dos orejas al mejor toro del encierro de Miura revitalizando la simbiosis con una ganadería que ha marcado a fuego su propia carrera. Escribano estaba prácticamente fuera del circuito cuando aceptó la sustitución de El Juli en la Feria de Abril de 2013. Aquel día se produjo su providencial encuentro con ‘Datilero’, otro gran toro de Miura que le recuperó para las ferias y le convirtió en el gran triunfador de aquel ciclo abrileño. Desde entonces la carrera del valeroso diestro –marcada por gravísimos percances que no han hecho flaquear su ánimo- ha gravitado en torno a los hierros más duros del campo bravo. Este gesto recuerda el empeño de Espartaco, que también afrontó una encerrona de seis miuras en la Feria de Abril de 1987.

Pero habíamos aludido a algunos escollos que estarían ralentizando la definitiva cocción de los carteles: son las negociaciones con Emilio de Justo, que se encontrarían en punto muerto y lejos de un acuerdo. El apoderado del torero extremeño, Alberto García, considera que el trato de la empresa Pagés no está acorde con la dimensión del triunfo alcanzado en la Feria de San Miguel en la que cortó dos orejas rotundas a un complejo ejemplar de Victorino Martín. Algunas informaciones situaban al torero en esa corrida, sumada a la de Matilla. El equipo del matador cacereño quiere una tercera tarde y un trato de mayor categoría. Todo permanece ahora en el aire pendiente de una negociación que, según ha trascendido, no sale aún de la vía muerta.