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Actualizado: 09 oct 2017 / 09:00 h.
  • Sevilla taurina 2017: sede vacante
    Pepe Moral fue el torero sevillano más destacado de la pasada Feria de Abril aunque su gran faena con los ‘miuras’ -en la imagen- no le sirvió para auparse al circuito de las primeras ferias. /Arjona-Toromedia
  • Sevilla taurina 2017: sede vacante
    Manuel Escribano ha sido el torero más destacado en el escalafón. / Efe

Después de mí naide, proclamó una vez El Guerra... dejémoslo hay. Detrás de Morante se abre una ancha sima que le separa del resto de coletudos sevillanos. Ésa es la tozuda realidad pero, eso sí, el torero más boyante en la estadística ha sido Manuel Escribano. No ha sido un año fácil para el valeroso diestro de Gerena, que afrontó los primeros compromisos sabiendo que aún no estaba recuperado por completo del gravísimo percance de Alicante que llegó a poner en peligro su vida. Escribano ha cubierto 36 funciones, trece de ellas en plazas de primera y segunda, que, al final, confirman su rehabilitación taurina.

El siguiente en la tabla es El Cid, que ha logrado sumar 32 corridas de las que sólo cuatro fueron en escenarios de resonancia. Su indisimulada e inevitable decadencia lo ha confinado al tercer circuito. El tiempo, inexorable, pasa por todos. El tercero en la estadística era Morante, seguido de Daniel Luque, que ha cubierto 22 contratos -seis en plazas de primera o segunda- y aún tiene que cerrar la temporada en Madrid junto a Javier Jiménez, el próximo jueves. El otro matador de Gerena quedó eclipsado a raíz de su ausencia abrileña pero brilló en su feudo manchego y se reivindicó en la feria de Ciudad Real. Aún está a tiempo...

Muy distinto es el caso de Salvador Cortés, que protagonizó una agria polémica con el empresario Ramón Valencia después de quedarse fuera de abril. El torero de Mairena del Aljarafe, con ocho corridas toreadas en España, se ha movido por plazas castellanas de tercera sin faltar incursiones a algunos ruedos americanos que también han sido el refugio de otros toreros como Esaú Fernández y Antonio Nazaré. El de Dos Hermanas ha cumplido cinco corridas acá y estuvo incluido en la miurada abrileña sin lote a favor. En aquel cartel también figuraba el nombre de Esaú, que tampoco tuvo opciones. El camero ha concluido la temporada con cuatro funciones. La juventud aún le acompaña. Pero aquella corrida de Miura iba a brindar una sorpresa, que tampoco era inesperada. Fue el recital de toreo al natural que volvió a revelar la excelencia -condenada al ostracismo- del diestro palaciego Pepe Moral. Cuajó por completo al gran quinto y rozó la Puerta del Príncipe. Desgraciadamente, ese campanazo no ha tenido fruto, más allá de una corrida en Pamplona -en la que volvió a puntuar- y una brevísima temporada basada en hierros duros y ruedos menores. Así está el patio...

El escalafón coloca en el número 53 a Javier Jiménez. Aún le queda una moneda por lanzar en la misma plaza que le colocó en el disparadero en 2016: la de Las Ventas. Pero el joven diestro de Espartinas, que comenzó esta temporada con los mejores augurios, ha pasado sin pena ni gloria por los mismos escenarios -todos de primera categoría- sin lograr mantener el mismo nivel de un año antes. Se lo vuelve a jugar todo a una sola carta el doce de octubre. Corre el riesgo de entrar en el mismo desván que su hermano Borja, que desciende al puesto 104 del escalafón de matadores. Sólo ha participado en dos corridas. La cosa se complica...

El caso de Pepe Luis Vázquez es radicalmente distinto. El veteranísimo diestro ha cubierto una temporada testimonial, espoleado por Morante, que le ha permitido cuajar una de las mejores faenas de su vida en el Corpus granadino. Por ahora e su última actuación de luces. En esa línea, Eduardo Dávila Miura volvió a reaparecer puntualmente para celebrar el 175 aniversario de la vacada familiar. Dávila ya había afrontado ese reto con éxito en Sevilla y Pamplona pero las cosas se pusieron en contra, y de qué manera, en Madrid. Su lote fue devuelto y no pudo estoquear ningún toro de Miura. ¿Habrá otra más? Dejamos para el final al que menos ha toreado. Oliva Soto sumó una única corrida en solitario en su pueblo pero mostró andar puesto, resuelto e inspirado para volver a la palestra. Hay dos más que casi no han toreado -Juan Ortega y Marco Antonio Gómez- y otros dos -Rafa Serna y Pablo Aguado- que acaban de llegar. Tiempo habrá de juzgarles.