Entrevista

Carolina Marín: "Mi legado ya está escrito"

La jugadora de bádminton repasa su trayectoria en una entrevista con Prensa Ibérica, antes de buscar en París su segunda medalla olímpica, tras la que consiguió en Río 2016

Carolina Martín buscará en los Juegos Olímpicos de París su segunda medalla olímpica.

Carolina Martín buscará en los Juegos Olímpicos de París su segunda medalla olímpica. / DAVID CASTRO

Sergio R. Viñas

Sergio R. Viñas

El oro de Carolina Marín (Huelva, 1993), entonces estrella incipiente del bádminton pero ya consolidada en el panorama internacional, fue uno de los grandes hitos de España en los Juegos Olímpicos de Río 2016. En Tokio, había grandes ilusiones depositadas en un nuevo éxito de la jugadora de bádminton, pero dos lesiones de rodilla, la última a dos meses de la cita olímpica, le apartaron de aquellos Juegos.

Con cicatrices en el cuerpo, también en el corazón por el trágico fallecimiento de su padre en el verano de 2020, Carolina Marín, ya veterana, galardonada este mismo año con el Princesa de Asturias, mira fijamente hacia el oro parisino. Segura, confiada y evolucionada en su cabeza y en su juego, irradia en su conversación con Prensa Ibérica la convicción de que, por qué no, su segundo oro olímpico, ocho años después, es una posibilidad muy real. Su misión arranca este sábado.

¿Qué queda y qué ha cambiado de aquella chica de 23 años que ganó el oro olímpico en Río 2016?

Lo que más queda es ilusión y las ganas por ir a unos Juegos Olímpicos de nuevo. Después, hay muchas diferencias. La primera es la evidente, que han pasado ocho añitos, entonces tenía 23 y ahora tengo 31. Tengo mucha más experiencia, mucha más madurez y me han pasado cosas importantes a lo largo de mi vida, tanto en mi carrera deportiva como en el plano personal.

También el bádminton ha cambiado mucho, ha evolucionado.

Sí, es cierto que el bádminton, en individual femenino, ha cambiado mucho desde Río hasta ahora, más allá de que me voy a enfrentar a jugadoras que son ocho o nueve años más jóvenes que yo. Hemos analizado al detalle el tiempo de las jugadas y de los partidos en general y resulta que ahora es el doble. Entonces, lógicamente, es un deporte que en el plano físico se ha vuelto mucho más exigente y, por tanto, mentalmente tienes que estar también muy preparada para esas jugadas largas, para tener más paciencia, para no jugártelas en todo momento… No es casualidad que las número uno y dos del mundo tengan ese estilo de juego.

Cuando se ganan tantos títulos, pongamos por ejemplo sus ocho campeonatos de Europa, ¿se llega a perder la perspectiva de lo difícil que es ganar tan solo uno de ellos?

Yo creo que sí, se llega a perder la perspectiva porque te metes en un bucle en el cual no eres tan consciente de, por ejemplo, la necesidad de disfrutar de cada uno de los torneos que has ido ganando. Yo gané el All England en marzo, que era un campeonato que no había conseguido desde hacía nueve años, pero no me dio tiempo de disfrutarlo ni de celebrar nada porque a los dos días ya estaba compitiendo en Suiza. Es a lo que te arrastra este deporte, tenemos un circuito mundial en el que todos los meses tenemos competiciones y casi no te da tiempo a disfrutar y a saborear esas victorias. Y es una pena porque, al fin y al cabo, tú te entrenas mucho tiempo y muchas horas precisamente para conseguir ese tipo de victorias importantes en forma de medallas.

Llegas a perder la perspectiva de todo lo que has ganado y lo difícil que ha sido

Carolina Marín

El propio calendario le obliga a ganar un título el domingo y que el lunes ya tenga que pensar en el siguiente.

Es eso, efectivamente. Desafortunadamente, mi deporte es así, un no parar. Hasta que no tienes tiempo para sentarte y relajarte no piensas, "ostras, es que he ganado todo esto". Esto lo hablaba con amigos y familiares hace poco. Y yo les decía eso mismo, que no seré verdaderamente consciente de todo lo que he ganado hasta el día en el que me retire y pueda decir, "ostras, es que he ganado todo esto". Porque, al final, vives en un bucle continuo en el que no paras y no llegas a ser consciente.

Por todo lo que le ha pasado estos últimos años, con las dos graves lesiones de rodilla, el fallecimiento de su padre... ¿La plata mundial del año pasado le supo mejor que algunos de los campeonatos que ganó antes?

Tampoco quiero decir ni que me ha sabido ni mejor ni peor, porque cada medalla ha tenido su porqué detrás. Y tampoco me puedo quedar con una medalla, ni siquiera me puedo quedar con la medalla olímpica como la más importante. No. Porque siempre ha habido algo detrás de cada medalla. Siempre digo que las medallas son muy bonitas, pero que para mí lo verdaderamente importante es el camino que he recorrido para poder conseguirla en forma de recompensa.

La jugadora de bádminton Carolina Marín es una de las grandes opciones de medalla de España en París 2024.

La jugadora de bádminton Carolina Marín es una de las grandes opciones de medalla de España en París 2024. / DAVID CASTRO

¿Se hubiera creído capaz en 2019 de superar todo lo que le tocó vivir después?

Es complicado, es complicado... Porque uno no se imagina todo lo que la vida te puede poner por delante... Pero aquí estamos, cinco años después, habiendo superado todo, con muchas ganas y ambición de querer conseguir otro gran sueño.

¿Tokio es una espina clavada de la que necesita desquitarse?

Tokio fue algo que sentí... como que me habían arrebatado. No quiero decir que es una espina, porque ya es algo pasado, ocurrió hace tres años, pero sí que me siento afortunada de sentirme otra vez competitiva y que puedo conseguir el gran sueño que en Tokio no pudre lograr. Conseguir otro oro olímpico con 31 años sería un gran sueño para mí. Lo dije en Río, entonces tenía las cosas muy claras, sabía a lo que iba. No iba ahí para ver el Cristo del Corcovado y de hecho me fui sin verlo, me fui con lo que quería, que era el oro. A París voy con la misma intención, han pasado ocho años y va a ser más complicado, pero sé que ellas no tienen la madurez que yo tengo, yo ya sé lo que es jugar una final olímpica y gestionar esa presión. Me lesioné a falta de dos meses para Tokio y lo superé. No hay nada imposible. 

Ahora soy consciente de la necesidad de disfrutar de mis éxitos

Carolina Marín

Fue quizá de las primeras grandes deportistas de España que puso el foco en la importancia del entrenamiento mental, en estar preparada psicológicamente además de estarlo física y técnicamente.

Para mí siempre ha sido un aspecto clave. Yo vine a Madrid por primera vez con 14 añitos y empecé a trabajar esa parte mental con un psicólogo al año siguiente, con 15. Siempre he tenido muy claro que el cerebro es una parte más de nuestro cuerpo y que también hay que entrenarlo, al igual que se entrenan las piernas, los brazos o la espalda. Y creo que en mi deporte es todavía más importante, porque en pequeños detalles... Yo he llegado a perder un partido en 30 segundos por desconectar esa parte mental, por no estar totalmente focalizada en ello.

¿Qué ha aprendido de sí misma gracias a las dos lesiones de rodilla que ha sufrido?

Muchas cosas. Pero muchas cosas. Porque es precisamente lo que decía antes, cuando estás compitiendo en el circuito mundial, no paras, es una avalancha que te arrolla. Cuando de repente la vida te frena en forma de lesión, aparte de que tienes más tiempo para dedicarte para ti misma, tienes más tiempo para pensar en ti y empiezas a desarrollar otras virtudes, como por ejemplo la paciencia. Yo soy muy impaciente, quiero las cosas para ya y ante una lesión grave he tenido que tomarme mi tiempo, no he podido correr aunque quisiera hacerlo porque la naturaleza de tu cuerpo te pide ciertos tiempos y ciertos márgenes. Realmente he aprendido mucho.

Carolina Marín se perdió los Juegos de Tokio por una grave lesión de rodilla.

Carolina Marín se perdió los Juegos de Tokio por una grave lesión de rodilla. / DAVID CASTRO

¿Empieza ya a pensar en, cuando se acabe su carrera deportiva, el legado que va a dejar tanto a nivel nacional como internacional?

Yo creo que a nivel nacional, y a nivel internacional también, con todo lo que he conseguido en mi deporte, ya hay un legado que he ido construyendo a base de victorias. El legado está escrito, ya solamente queda lo que vaya sumando de aquí hasta que me retire.

Cuando usted ganó su primer mundial, las licencias federativas de bádminton en España no llegaban a 7.000 y hoy ya están cerca de las 10.000.

Todavía me parecen pocas, porque creo que la federación debería hacer mucho para fomentar nuestro deporte en nuestro país. Por ejemplo, cuando gané el oro en los Juegos Olímpicos de Río, debería haber aprovechado ese momento, que fue algo brutal aquí en España, para explotarlo mucho más. Sí es cierto que también sé que antes en España jugaba mucha gente a bádminton sin sacarse las licencias hasta que hubo un momento en el que la federación, para contabilizar la cantidad de gente que jugaba a bádminton, fomentó que la gente se federase. Aunque eso no se ha llegado a hacer del todo, porque sé que hay muchísima gente que juega a bádminton y no tiene ninguna licencia, porque incluso a mí me han llegado, pero creo que se puede hacer mucho más el seguir fomentando nuestro deporte en nuestro país.

Tracking Pixel Contents