JJ.OO. | Atletismo
María Pérez: "El tercer abrazo con Álvaro pasaría a la historia del deporte"
La granadina afronta con ilusión y como campeona del mundo los 20 km marcha nueve meses después de una lesión
Con permiso de una Ana Peleteiro que defenderá el bronce en triple salto logrado hace tres años en Tokio, la gran esperanza del atletismo femenino español en los Juegos de París es una María Pérez que llega como vigente campeona mundial de 20 y de 35 kilómetros marcha.
La granadina ha realizado la última fase de carga en la altura de Font Romeu (Pirineos franceses) y ha afinado en la CAR de Sant Cugat tras meses muy complicados por culpa de una lesión en el sacro con la que ganó ya los dos oros y que le fue diagnosticada en noviembre y de un triple virus a finales de la primavera.
Con el recuerdo de sus abrazos con el extremeño Álvaro Martín tras el oro de ambos en 20 km en los Europeos de Múnich 2018 y en el doble título mundial común (20 y 35) en los Mundiales de Budapest, la discípula de Jacinto Garzón conversó largamente con SPORT antes de volar hacia la capital gala, donde este jueves a partir de las 9.20 luchará por un tercer abrazo que sería histórico.
La gran pregunta... ¿Cómo está?
Bien, estoy bien. Hace un mes y medio estuve regular, porque pillé tres virus juntos, que no sabía que eso podía pasar. Pillé el parvovirus (sarpullido leve, fiebre, goteo nasal, dolor muscular y dolor de cabeza), el citomegalovirus (fatiga y décimas de fiebre) y la mononucleosis (la enfermedad del beso).
Hace mes y medio pillé tres virus a la vez, que no sabía ni que eso puede pasar
Y eso después de la lesión...
Al menos no se me está haciendo larga la preparación, porque como no he podido entrenar... Ahora estoy con muchas ganas y, como se suele decir, el pescado ya está vendido, así que... ¡que salga lo que tenga que salir!
¿Cómo asimiló el pasar del éxtasis de los dos oros en Budapest a la lesión en noviembre?
Más que cambiarme, fue un golpe de realidad. Me llevé un buen varapalo. Desde entonces valoro mucho más la salud y doy las gracias a Miquel Ángel Cos (fisio de la RFEA y del CAR que la ha tratado como hace ahora con María Vicente y con Yulimar Rojas), que se ha portado superbien conmigo. En noviembre seguía con muchos dolores y dejamos de hacer resonancias, probamos con un tac y salió la rotura en el sacro. Gracias a él no he estado postrada en una cama con un hueso roto y podré disputar mis segundos Juegos Olímpicos.
Fue duro verla en noviembre recoger con una muleta el premio que recibió en la VI Gala Valores de SPORT...
No lo he querido mostrar todo lo que he sufrido. Hice la broma de que tenía cuatro piernas y sacaba la risa, pero las dos primeras semanas... Fue el miércoles 7 de noviembre. Estaba en el CAR cuando recibí el email con los resultados, Miquel Àngel se había ido a Madrid y aquí estaba su mujer, Patxi (Morales, una gran exvelocista y ahora fisio de la RFEA y del CAR). Cuando leí la palabra rotura se me vino el mundo encima. ¡Que está roto! Decía... ¿Pero qué he hecho yo para merecer esto, no? Bajé pálida a hablar con ella.
Cuando leí la palabra rotura en el email se me vino el mundo encima
¿Y cómo lo superó a nivel mental?
Lo primero fue aprender a ir con muletas todo el día, que no es cogérselas a un amigo para hacer la gracia. La primera semana fue todo nuevo, pero en la segunda fue muy dura, porque veía que estaba perdiendo tiempo con respecto a mis rivales. Ahora soy consciente de que el resto está más entrenado y en mejor forma, pero yo llego más fresca que nadie. Voy a sacar el lado positivo y a dar lo mejor de mí como siempre. ¿Sabes? Se aprende más de las cosas malas que de las buenas. Casi no me acuerdo de los dos oros de Budapest y sí de todo el proceso de antes, durante y después de los grandes resultados. Las personas nos forjamos ahí.
¿Ha sido una contrarreloj continua?
Sí. Empecé en la piscina de Sierra Nevada 21 días después de la operación. Después aquí en la elíptica del CAR, pero sobre todo con el miedo de que no se rompiera.
¿Temía una recaída?
Nada más conocer el resultado, Miquel Àngel me intentaba animar y me decía que lo habíamos pillado a tiempo y que por poco no tendría que pasar por el quirófano. Lo primero que pensaba es que si se me rompía no podría caminar normal, porque habría tenido un clavo dentro. Y que me quedaría sin Juegos, claro.
¿Se arrepiente de haber salido en el 35 en Budapest?
No.
¿Volvería a hacerlo?
Claro. ¡Que me quiten lo 'bailao'! Tengo dos oros y nadie me los va a quitar. No sabemos qué habría pasado si no hubiese salido, pero está claro es que no habría ganado... aunque quizá la lesión no habría sido tan seria.
¿O sea que también compitió lesionada en el 20?
¡Eso estaba roto ya! En Budapest ya me molestaba y esas molestias... Cuando me tiré al suelo tras ganar, que no me podía levantar, ya lo notaba. Me había roto la sacroilíaca y pisaba diferente por la rotación de la cadera. En la radiografía se veía como una contractura, pero tenía 4,3 centímetros de rotura en la cabeza del bíceps femoral. Como estaba tan inflamado, no se veía y por suerte me dejaron competir. Si a principios de julio en Barcelona me hubiesen detectado que el sacro estaba roto, no habría ido al Mundial. Lo positivo es que tengo dos oros y puedo decir que los gané rota (ríe). ¿Sabes? El dolor es psicológico. Yo lo superé y jugué mis bazas en el 35. Sabía que no podía ir a unos ritmos demasiado altos y Patxi y Cos estaban pendientes de mí todo el rato. El después fue más duro. Las dos veces que recojo la medalla voy vendada del pie para abajo, que se puede ver en algún vídeo. Pero, bueno, ahora estoy marchando, voy a competir en los Juegos y estoy contenta.
¿Se ha sido injusto con usted?
Mira, el día que me retire ya diré lo que tenga que decir.
¡Que yo no le tengo miedo a nadie, solo a mí! Mi gran rival soy yo misma
Me refiero a esta temporada, al tema de los vídeos, ¿se ha sido injusto con la bicampeona del mundo?
No me quiero meter ahí ahora, no es el momento. Te lo digo de otra forma. Yo me tomo las cosas con un calentón enorme, pero muchas veces después lo veo de otra forma. Creo que puedo ser un buen ejemplo para los jóvenes y lo estoy demostrando. Yo creo que he venido al mundo para ayudar y para hacer feliz a mucha gente. Eso es lo que me motiva a seguir cada día. Aunque la gente ve lo de las redes sociales, no se ve nuestro día a día y lo mucho que trabajamos la técnica. Desde 2022 la he trabajando como nunca. Sí me parece injusto que a veces la sociedad juzgue a los deportistas sin saber lo que hay detrás. Al final el tiempo pone a cada uno en su sitio. Yo soy fuerte mentalmente y lo estoy demostrando. Lo dije en 2022 (dos descalificaciones) y el año pasado (dos oros mundiales). Yo sigo los consejos que me daba mi abuela, que son los mejores.
¿Qué importancia ha tenido Jacinto (Garzón, su entrenador) en estos meses?
Mucha, porque al final un deportista tiene mucha incertidumbre. Ves diferencias en la planificación, ves que otra está más fuerte que tú... ¡Que yo no le tengo miedo a nadie, solo a mí! Mi gran rival soy yo misma. Yo me alegro que en hombres y en mujeres tengamos ese nivel de técnicos, de deportistas y de entrenadores. Todo lo que tenemos los atletas es gracias a nuestro entrenador y hay que ser franco. Yo no soy egoísta y siempre miro más por la gente que por mí.
Estos no son sus últimos Juegos...
Me gusta tener los pies en la tierra y la lógica dice que me quedan estos y los siguientes. Y si es con Jacinto, pues mucho mejor. Más que un entrenador, es como alguien de mi familia con el que he conseguido grandes resultados. Hemos pasado buenos momentos y otros malos juntos. Eso es lo bonito del deporte. Que al final, cuando esto se acabe, él siempre va a estar ahí como una persona muy importante en mi vida.
¿Kimberly García (la peruana) es ahora la favorita?
Mmm... no creo que haya favoritas al 100%. Yo voy a darlo todo y creo que no es la única favorita. También está Antonella (Palmisano, oro en el europeo de Roma), que es una grandísima rival igual que Kimberly, aunque quizá en las grandes citas no ha estado tan a la altura. En Budapest esperaba que me plantease más batalla. Como dije en Tokio (cuarta en 20 km), ganará la que mejor se adapte y rinda mejor. Todas vamos a luchar por el mismo resultado. También estará alguna china y ojo con las francesas, que juegan en casa.
El estado anímico también es lo más importante para afrentar unos Juegos y yo tengo muchas ganas
Cuando recibió el premio de SPORT en diciembre, ¿habría firmado encarar los Juegos así?
Entre como estaba con las muletas y como estoy ahora, claro. No voy a mirar para atrás. Estoy bien y estoy feliz, que es lo importante. Al final el estado anímico también es importante y yo tengo muchas ganas. Solo he hecho un 20 en La Coruña y no fue muy diferente al del año pasado, así que el día 1 veremos el resultado.
Fue cuarta en Tokio y en Europa ganó el Europeo de Múnich, dos oros en el Mundial en Budapest y los Juegos son en Europa...
(Esboza una sonrisa pícara). Bueno... también he tenido algún momento malo en Europa, ¿eh? Mis primeros Juegos de la normalidad tras los de la pandemia serán especiales por eso de vivirlos con la familia y con los amigos, que es lo más importante. Yo no miro tanto las medallas. Sí, sé que me falta la olímpica, pero si tiene que ser será, y si no, pues no. Yo vivo el momento y disfruto de la salud que me va a permitir disputarlos.
Nos decía Álvaro (Martín) en Budapest el futuro de la marcha era negro y que ahora es gris. ¿Le preocupa que talentos jóvenes como Sofía Santacreu o Aldara Meilán no puedan tener una carrera como ha tenido usted?
¡Claro que me preocupa! Tanto Álvaro como yo y como los demás miramos más por los jóvenes que por nosotros. Aldara va a la guerra como yo, y a Sofía la veo como una especie de María Vasco, me ha recordado a ella este año cuando hemos coincidido en Font Romeu. Tengo muy buena relación con ella y le tengo muchísimo cariño. Te tratan como si fueses su hermana mayor y nos ven como a alguien que ha logrado grandes éxitos, como sus referentes. Hace poco dije en una charla que Los Ángeles 2028 podrían ser mis últimos Juegos y que ojalá pudiese compartirlos con el futuro de la marcha. Merecen las mismas oportunidades que hemos tenido nosotros. Pedimos respeto para la marcha, que es la disciplina menos consentida y la que más resultados da. Además, cuando me retire quiero disfrutar viéndolas a ellas por la tele.
Pedimos respeto para la marcha, que es la disciplina menos consentida y la que más resultados da
¿Hay igualdad en el atletismo?
Hablando de la marcha, tenemos que seguir luchando para que se mantenga esta igualdad, porque antes las mujeres solo tenían el 20 y los chicos competían también el 50. Ahora hay una paridad, pues que siga y no solo en París, sino también en Los Ángeles, en Brisbane y siempre. Estoy supercontenta de que sea la primera vez que en unos Juegos habrá más mujeres que hombres en atletismo. Esto debe ser un empujón para que las instituciones sigan apoyando el deporte femenino igual que el masculino. Yo no hablo ni de machismo ni de feminismo en este caso, sino de que el hombre y la mujer de la mano siempre consiguen más.
Hablando de hombres y de mujeres. ¿Piensa solo en el 20 o también en el relevo?
Ahora mismo pienso solo en el 20 y la composición de los relevos dependerá mucho de cómo acabemos en el 20. No voy a pensar en que haré dos pruebas, porque el año pasado también estaba centrada en el 20 y el 35 fue un premio que me gané a base de esfuerzo y de perseverancia. Si me dan la oportunidad de disputarlo no diré que no, pero ahora la vista está puesta en el día 1 y si eso, después la pondríamos en el día 7.
¿Se imagina repitiendo la foto con Álvaro por tercera vez?
Hemos vivido muchas cosas juntos. Nos fuimos de casa jóvenes y somos parecidos en carácter. Yo me definía como un soldado, pero a él lo ves rodando y te impone. Aunque seamos serios, luego es un cachondo y los dos tenemos ese punto. Fue como el abrazo de la amistad, tu sueño y el de un amigo. La marcha es como La Familia del baloncesto. Sería como cerrar ese círculo tras los abrazos del Europeo y el Mundial. Tres abrazos diferentes en tres situaciones diferentes. Pase lo que pase nos lo daremos, ¿eh? Sí, serían tres abrazos para la historia del deporte español. Ojalá a todos nos vaya superbien y superemos las 22 medallas de Barcelona.
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