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Noah Lyles, de los complejos al Olimpo de la velocidad

El estadounidense ya es el campeón olímpico y mundial en los 100 metros, una prueba para la que "no servía"

Noah Lyles conquistó París

Noah Lyles conquistó París / AP

David Rubio

David Rubio

Noah Lyles es un 'rara avis' en el mundo del deporte estadounidense de alto nivel. El nuevo campeón olímpico de 100 metros lisos no fue a la Universidad y se convirtió en profesional del atletismo con el gran objetivo de reinar algún día a nivel mundial en los 100 metros. Sin embargo, el atleta nacido en Florida hace 27 años no tenía una buena salida y decidió concentrarse en los 200 metros, dejando un poco de lado aquel objetivo de juventud... pero sin olvidarlo.

El caso es que Lyles empezó a labrarse una sensacional carrera como especialista en el doble hectómetro y en la última posta del 4x100. Así conquistó un 'doblete' en el Mundial de Doha'19 que se le resistió en Londres'19 al ser oro en 200 y plata en un relevo corto en el que hizo la segunda posta y cerró Marvin Bracy.

El año pasado fue el más importante en la carrera de Lyles. Tras mucho trabajo en la sombra, el de Florida ya estaba dispuesto para retar a los monstruos de la velocidad. Y ganó con 9.83, por delante del botswano Letsile Tebogo (9.88). Lloró de alegría y de rabia. Tantos días iguales de mejora en los tacos, tantas veces bajando la cabeza hasta que por fin demostró ser el mejor. De hecho, su plata en el Mundial bajo techo.

Este domingo en un abarrotado Stade de France las semifinales ya prometían emociones fuertes, con el jamaicano Kishane Thompson (él sí podría ser el heredero de Usain Bolt) corriendo en 9.80, por los 9.81 de su compatriota Oblique Seville, los 9.83 de Lyles con la segunda salida más lenta de los 27 semifinalistas y los 9.84 del también estadounidense Fred Kerley.

Lyles se tiró como un felino a por el oro olímpico

Lyles se tiró como un felino a por el oro olímpico / AP

El vigente campeón mundial salió aún peor en la final tras un espectáculo de luces ante el que tan solo puede uno quitarse el sombrero. Pese a ceder 178 milésimas y a salir el último, Lyles inició una alucinante remontada a partir de los 50 metros que habría firmado el mismísimo Carl Lewis.

Lo que se vivió en la parrilla de llegada pasará a la historia, con cuatro atletas en torno a 9.80 luchando por el podio cuando cuatro segundos antes parecía un hecho que Jamaica recuperaría con Thompson el trono que le arrebató en Tokio en italiano Jacobs tras tres títulos seguidos de Usain Bolt.

No fue así. Lyles aún tenía unas zancadas finales guardadas con mimo que le permitieron conquistar la gloria olímpica con 9.79, tan solo cinco milésimas menos que Kishane Thompson (784 a 789) con el excampeón mundial estadounidense Fred Kerley tercero (9.81) y el ya excampeón olímpico Jacobs quinto (9.85).

Con su carácter burlón, Noah Lyles se golpeó el pecho con una fuerza que se lo destrozaría a cualquier mortal y repetía el gesto de señalarse. Aquel joven rebelde y decidido que se hizo profesional sin pasar por la universidad y que salía fatal ya es el campeón olímpico de 100 metros. ¡Gloria!

El resto de la jornada

Otra que cumplió los pronósticos fue Yaroslava Mahuchikh. Grácil y leve como un jilguero, la de Dnipropetrovsk partía como clara favorita en la final de salto de altura tras borrar con 2,10 el histórico récord de la búlgara Stefka Kostadinova y no decepcionó. Con 2,02 (falló un intento sobre 2,04) ya es la vigente campeona olímpica, mundial y europea. La siguieron una Nicola Olyslagers que repite plata y un bronce compartido con unos indignos 1,95 por Eleanor Patterson e Iryna Gerashchenko.

Tampoco falló el principal candidato a la gloria olímpica tras su exhibición en el Mundial de Budapest'23, el canadiense Ethan Katzberg dominó con autoridad la final de lanzamiento de martillo desde su excelente primer lanzamiento de 84,12 que le dio el oro, seguido por un vence Halasz que se quitó la espina de la cuarta plaza universal el verano pasado en su país y por el joven Mikhaylo Kokhan (79,39).

Ethan Katzberg estuvo imperial con el martillo

Ethan Katzberg estuvo imperial con el martillo / AP

Sin españolas tras la 'escabechina' de la repesca que acabó con Adel Mechaal, Mario García y Nacho Fontes eliminados, las semifinales de 1.500 metros fueron un soberano paseo para Jakob Ingebrigtsen, quien era último en el primer paso por meta y primero en el segundo para no abandonar ya esa posición (3:32.38). En la otra serie volvió por sus fueros de manera imperial el estadounidense Nuguse (3:31.72), compañero de entrenamientos del citado salmantino. 

La sesión empezó con las series masculinas de 400 lisos, una prueba que llega marcada por la ausencia del 'recordman' mundial sudafricano Wayne Van Niekerk (43.04) y la del bahameño Steven Gardiner. Excelente imagen del estadounidense Quincy Hall (campeón de los Trials) con 44.27, de su compatriota Michael Norman (44.10), del triniteño Jereem Richards (44.31) y del británico Matthew Hudson-Smith prácticamente al trote con 44.78.

Las semifinales de 800 metros femeninos permitieron contemplar cómo Keely Hodgkinson ha asumido sin vacilar su papel de grandísima favorita después de que la vigente campeona olímpica estadounidense Athing Mu se fuese al suelo en los Trials y perdiese la opción de defender su título. La británica ganó su serie con 1:56.86 y se medirá en la final con su gran rival, la keniana Mary Moraa (1:57.86).

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