Opinión | Pensamiento Periférico

Moreno ya no es intocable pero el PSOE sigue gripado

Hace un año, al responder cuál es el partido que cree que va a solucionar mejor sus problemas, el 28,8% de andaluces señaló el PP. Ahora, el porcentaje cae al 19,7%

Juan Espadas y Juanma Moreno, en una foto de archivo. / Francisco J. Olmo /Europa Press

El Barómetro del Centro de Estudios Andaluces (Centra) es un CIS andaluz, elaborado por un organismo adscrito a la Consejería de Presidencia con una muestra nada desdeñable, 3.600 entrevistas, y rigor en su elaboración. Como con el CIS, cada vez que sale la oposición, si el viento no le sopla favorable, denuncia la cocina de la encuesta y le quita credibilidad a sus resultados.

El último se difundió este lunes. En mitad de un panorama muy agitado en las filas del PSOE andaluz, donde el liderazgo de Juan Espadas se cuestiona cada vez que hay oportunidad, la lectura del barómetro no escapa del ruido. Los críticos socialistas lo agitan para dejar claro que a este ritmo necesitarían 20 años para tener posibilidad de llegar de nuevo a la Junta. Un ciclo casi tan largo como el que tuvieron ellos, 37 años de poder ininterrumpido. Los afines al actual aparato de Espadas insisten en leer bien lo que se llama los cualitativos de las encuestas donde hay, dicen, brotes verdes para la oposición.

Las tripas del sondeo

¿Tiene Juan Manuel Moreno datos en este barómetro que le quiten el sueño? Juzguen ustedes mismos. Dos años después de llegar al Gobierno con absoluta (58 diputados), le bailan dos escaños y su cómoda mayoría siguen sin estar en peligro. Esos dos diputados podría cogerlos el PSOE que pasaría de 30 a 32 en el mejor escenario, dice la encuesta. Habría que preguntar a cualquiera de los barones del PP que gobiernan con Vox o al propio Pedro Sánchez si no venderían su alma por una mayoría de estas características en mitad de la polarización y la crispación que recorre el país.

Moreno llegó con mucho voto prestado del PSOE. Votantes socialistas que confiaron en el líder del PP. Ese voto es más volatil y él lo sabe. Nunca lo ha perdido de vista. Por eso, sabiendo que las encuestas le interesan y le dan información para su gobierno, se entiende que a final de julio diera la sorpresa convirtiendo en un cambio a fondo lo que iba a ser un leve retoque en su Ejecutivo.

El barón andaluz sabe que la sanidad es un problema. La dependencia va por el mismo camino. Más allá de las presuntas irregularidades en los contratos a dedo del Servicio Andaluz de Salud, el problema es de fondo: listas de espera interminables, centros de salud sin médicos y un deterioro del servicio público. Cualquiera que sea paciente o tenga un enfermo cerca sabe perfectamente de qué va la vaina. Son problemas heredados pero son problemas que, seis años después de llegar al Gobierno, tiene en su mesa el presidente de la Junta de Andalucía. Culpar de todo a la herencia socialista ya no cuela.

Una caída de diez puntos

El PP ha conseguido algo que hace unos años era impensable: que los andaluces identifiquen a este partido como el que mejor defiende los intereses de Andalucía. En septiembre de 2023, al responder cuál es el partido que cree que va a solucionar mejor sus problemas, el 28,8% señaló el PP. Ahora, el porcentaje cae al 19,7%. Enfrente, esos diez puntos no los capitaliza el PSOE. El dato para los socialistas fue el 15,4% en 2023 y es el 14,2% ahora. La valoración media de Moreno es de 5,45 y era de 5,96 en 2023. Espadas tenía un 4,12 y ahora tiene un 4,44. Quizás el dato más llamativo está en el partido que más simpatía despierta entre los andaluces: el 26,3% señala el PP y el 22,4% el PSOE. Una distancia mucho más corta que los 15 puntos de diferencia que da el sondeo en votos.

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Una lectura triunfalista es absurda desde los dos partidos. El PP puede estar tranquilo pero no dormirse en los laureles. La percepción de su gestión empieza a deteriorarse. El PSOE debería cuidarse mucho de proclamar que su oposición funciona y preguntarse cómo no capitaliza ese malestar que empieza a aflorar, tímidamente, pero algo hay. Sus votantes se fueron al PP y ahora recriminan su gestión pero desde luego están muy lejos, eso dice el Barómetro, de volver a votar al PSOE con convencimiento. Andalucía es clave para gobernar España y eso lo sabe Pedro Sánchez.

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