Opinión | Pensamiento Periférico

Los críticos del PSOE andaluz piden a Pedro Sánchez su sitio

En Andalucía los críticos le dicen que ya bastante tiene y que con ellos si quiere firmar la paz están más que dispuestos pero que les permita acomodarse para librar la siguiente guerra contra Espadas

Sánchez, junto Espadas, en Cártama (Málaga). / Álvaro Cabrera / Efe

El Congreso Federal del PSOE tendrá varios incendios. Madrid y Juan Lobato es el conflicto más grave y es la federación que llega en llamas pero no la única con problemas importantes. La extraña maniobra de Lobato ante un notario para exculparse de una supuesta filtración de los datos fiscales del novio de Isabel Díaz Ayuso ha sido el remate para abrir la federación madrileña en canal. Declarará el viernes como testigo ante el Supremo en el caso de la revelación de los datos fiscales de la pareja de la presidenta de Madrid y su testimonio puede dejar a los pies de los caballos a todo un ministro de Pedro Sánchez, Óscar López, y a la que fue su jefa de gabinete, Pilar Sánchez Acera. Ministro que fue hasta hace poco mano derecha en el gabinete de Moncloa y que había sido señalado para suceder a Lobato en la federación madrileña.

La dimensión de esta crisis interna es tan grave que todas las demás palidecen. Aragón llega al congreso dividido y dispuesto a perfilar su futuro. Extremadura ya ha fijado su congreso regional para mediados de enero y Miguel Ángel Gallardo no sabe si tiene garantizada su continuidad o habrá alternativa. El PSOE de Castilla y León llega a Sevilla en dos delegaciones, sin compartir ni siquiera hotel los afines y los contrarios a Luis Tudanca. ¿Y Andalucía? Los críticos a Juan Espadas son hábiles y ya han comenzado a jugar sus cartas.

"Un 40% de los delegados"

Quienes piden un relevo para el actual secretario general del PSOE andaluz asumen que ostentan el 40% de los delegados en el Congreso Federal. Son la mitad, avisan, entre los delegados de Huelva, Córdoba y Almería. Tienen entre el 15 y el 20% en Granada y Málaga. En Cádiz, todos los delegados son de la cuerda del secretario provincial, Juan Carlos Ruiz Boix, el único de los líderes del actual equipo andaluz que ha salido públicamente a pedir el relevo de Espadas. No saben si tienen afines en Sevilla, donde hay “un popurri” complicado de etiquetar, admiten, y asumen que no tienen espacio entre los delegados de Jaén, donde el secretario general Paco Reyes no ha dado sitio a los críticos, que salieron este lunes ya abiertamente a exhibir su descontento con el líder provincial y a pedir relevo en la cúpula jiennense y andaluza. Con estos números hacen una media: “Tenemos aproximadamente el 40% de los delegados en el Congreso Federal”.

¿Qué significa esto? En términos de apoyos a Pedro Sánchez y a su ejecutiva federal nada. No hay división ni cuestionamiento del liderazgo de Sánchez. Eso hace ya tiempo que quedó atrás. Ponen en duda a Espadas pero no al presidente del Gobierno, con quien habrá cierre de filas. Eso ya lo saben sus interlocutores en la dirección federal, que son el secretario de Organización, Santos Cerdán, y su adjunto y diputado por Jaén Juan Francisco Serrano. Porque hace meses que los críticos andaluces tienen hilo directo con la dirección federal. “Una línea abierta pero no una línea de negociación”, admiten queriendo dejar claro que ese momento aún no ha llegado.

Ferraz atenta

Ferraz quiso escuchar la situación interna de Andalucía desde hace meses y no ha descuidado esta interlocución, que contradice la afirmación de Juan Espadas de que eran cuatro gatos o textualmente “ocho compañeros”. En la dirección federal saben que el malestar en Andalucía es mucho más generalizado de lo que traslada el líder del partido aunque siguen sin emitir señales sobre qué decisión tomará Pedro Sánchez.

De momento los críticos lo que quieren es negociar sus cuotas en órganos como el Comité Federal y, si los dejan, en los nombres que designe Andalucía en la Ejecutiva Federal. Allí sentó Espadas a Nieves Ramírez, como secretaria de Políticas Sociales, Mayores y Movimientos Sociales, y a Ana María Romero, en el área de Agricultura, Ganadería y Pesca. La guerra de los andaluces no es en el congreso federal sino en el andaluz que viene justo después, donde ya han avisado que habrá candidato alternativo a Espadas sin despejar aún qué nombre pondrán sobre la mesa como rival. Sin embargo quieren empezar ya a jugar sus cartas y buscar sus huecos. La oferta es sencilla, paz en Andalucía para Pedro Sánchez, que ya bastantes incendios tiene en otras federaciones, cierre de filas con el secretario general y sus pesos pesados, por supuesto con Santos Cerdán y María Jesús Montero, y a cambio una cuota en el Comité Federal. “Generosidad para integrar a los territorios”, señalan pidiendo su espacio.

A la espera de Sánchez

Susana Díaz no es delegada pero asistirá como invitada. Nunca ha dudado de su presencia que será, dicen, “constructiva” en un momento muy delicado para el partido. Los chats de los socialistas arden en preguntas sobre los pasos que va a dar Pedro Sánchez en la antesala de la cita en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Fibes. Lo lógico sería que en estos días previos confirme a Montero y Cerdán pero hay angustia sobre cuál será el acostumbrado golpe de efecto de Sánchez para desviar los focos de un momento difícil para un PSOE asediado por varios frentes judiciales con el caso Koldo y el aviso de Aldama de que pondrá sobre la mesa pruebas de las distintas mordidas señaladas ante el juez a cargos socialistas. Con el caso de la revelación de datos del novio de Ayuso y con la mujer del presidente, Begoña Gómez, en otra causa. En esta vorágine ¿qué golpe de efecto dará Sánchez?, ¿qué as se guarda en la manga para desviar la atención de los tribunales?

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En Andalucía los críticos le dicen que ya bastante tiene y que con ellos si quiere firmar la paz están más que dispuestos pero que les permita acomodarse para librar la siguiente guerra contra Espadas con mayor mayor comodidad y desde los órganos federales.